Peñíscola es una de esas localidades que merece la pena no perderse en una visita a la Comunidad Valenciana. Primero, por su escenografía, con ese casco histórico aupado sobre una peña que se sitúa al final de una de las playas más bonitas de este litoral. Y, segundo, por el núcleo urbano coronado por un inmenso castillo que fue la sede del papado de Benedicto XIII, más conocido como el Papa Luna.
Tan impresionante resulta el conjunto, que Peñíscola ha sido elegida como localización para el rodaje de varias películas. Entre ellas, El Cid, dirigida por Anthony Mann y protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren.
Cómo no, la serie de televisión Juego de Tronos tampoco ha podido resistirse al encanto de este lugar. Así que aquí se rodaron varias escenas de uno de los capítulos, en el que varios de los protagonistas visitan la ficticia ciudad de Meeren.
- Qué ver en Peñíscola
- La playa de Peñíscola
- Parque Natural de la Sierra de Irta
- Dónde comer en Peñíscola
Qué ver en Peñíscola
Sin duda, el elemento más llamativo de Peñíscola y, además, de obligada visita, es su castillo. Su nombre oficial es Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola y ocupa la parte más elevada de la colina sobre la que se asienta la localidad. Lo construyeron, entre los siglos XIII y XIV, los caballeros templarios, a imagen y semejanza de aquellos que antes habían levantado en tierras de Palestina.
En el siglo XIV el castillo se convirtió en una de las tres sedes papales de aquella conflictiva época, junto a El Vaticano y Aviñón. Este fue el refugio (cárcel dorada, más bien) de Benedicto XIII hasta su muerte. Aunque la Iglesia oficial lo considere un antipapa, lo cierto es que ha pasado a la Historia como el Papa Luna. De hecho, al castillo de Peñíscola también se lo conoce con ese mismo nombre.
Pero, además, en la localidad hay otros monumentos y parajes naturales que merece la pena destacar:
- Iglesia parroquial de Santa María: del edificio original del siglo XIII solo se conserva la portada y el muro que la enmarca (la iglesia sufrió un grave incendio en el siglo XV). Lo que actualmente se admira es, en su mayor parte, de los siglos XVII y XVIII.
- Parque de Artillería: se trata de los jardines del castillo del Papa Luna, reconvertidos en un parque botánico. Es uno de los mejores miradores a la Playa Norte.
- Las murallas: de los tres lienzos de murallas construidas a lo largo de la convulsa historia de Peñíscola, destaca la parte renacentista. Ésta corresponde al frontal de la fortificación del castillo y del proyecto se encargó el italiano Antonelli en el siglo XVI.
- El bufador: se trata de un túnel natural bajo la roca en la que se asienta el casco histórico de Peñíscola. Se llama de esta forma porque, al penetrar aquí el oleaje del mar, provoca sonoros bufidos.
La playa de Peñíscola
Sin duda, el elemento natural más significativo de Peñíscola es su Playa Norte. En total, cinco kilómetros de fina arena, y una anchura media de 44 metros, flanqueados por un bonito paseo marítimo. Esta playa es también el principal atractivo de la localidad, sobre todo durante los meses de verano. Y no solo por el arenal y el mar en sí, sino por la amplia y atractiva oferta de ocio que tiene lugar a su alrededor.
Se trata de un espacio muy cuidado y, como tal, ha recibido en diversas ocasiones la certificación como playa con Bandera Azul, concedida por la Unión Europea, además de la “Q” de Calidad Turística.
Uno de los momentos más especiales para visitar esta playa es el amanecer, cuando el sol parece surgir desde el mar y la silueta del castillo del Papa Luna se refleja en la arena húmeda. Escenografía y belleza puras.
El Parque Natural de la Sierra de Irta
A pocos kilómetros al Sur de Peñíscola se sitúa el Parque Natural de la Sierra de Irta. Un espacio protegido conformado por una pequeña cadena montañosa litoral de unos 15 kilómetros de longitud y que alcanza los 573 metros de altura en el pico Campanilles.
Aquí llaman la atención los paisajes rocosos, los vertiginosos acantilados sobre el mar y las pequeñas calas. También los bosquecillos de matorral típicamente mediterráneo. Por ejemplo, lentisco, brezo, romero, palmito, aliaga, tomillo, espliego, adelfas, madroños, fenás, zarzas, té de roca, poleo, jaras, enebro, manzanilla…
En cuanto a la fauna, es importantísimo el capítulo de las aves marinas como la gaviota Audouin y el cormorán grande. Pero también se pueden avistar numerosos ejemplares de curruca, águila perdicera, cernícalo, ratonero y águila culebrera, entre otras aves.
En cuanto a los mamíferos, aquí viven especies como la ardilla roja, el jabalí, el zorro, la gineta y el tejón.
Dónde comer en Peñíscola
Peñíscola es un magnífico lugar para degustar los sabores de la cocina mediterránea y los arroces típicos valencianos. Algunos de los mejores restaurantes son:
- Casa Jaime (Avenida Papa Luna, 5): ideal para probar los arroces al estilo castellonense. Además, con la garantía que da el hecho de que el lugar lleva abierto desde hace más de medio siglo. Entre las propuestas, conviene no perderse el arroz de galeras con huevas de sepia y alcachofas.
- La Golosona (Avenida Papa Luna, 53): en este restaurante realizan una curiosa fusión entre la cocina a la valenciana y la italiana. De hecho, a veces es difícil decantarse por sus arroces y fideuás o sus pizzas marinara. Mucho ojo al capítulo de los postres transalpinos.
- El Peñón (Santos Mártires, 22): este local depara dos sorpresas. La primera, comer junto a los muros del castillo del Papa Luna. Y la segunda, degustar algunos de los mejores platos de inspiración mediterránea en todo Peñíscola. Sobre todo, los realizados con los pescados y mariscos que llegan a diario desde la lonja de la localidad. Mejor reservar una mesa con vistas.