La historia del convento de Santo Domingo sigue viva en parte de sus paredes que se mantienen en pie, en ruinas, como testigos únicos de la historia de Pontevedra. Su imponencia hace que no se puedan ver como simples restos y más desde que el Museo Provincial decidiera instalar entre sus muros una exposición de sepulcros y escudos de las grandes familias.
- Historia del Convento de Santo Domingo
- Museo Provincial de Pontevedra
- Qué podrás ver en tu visita
- Horario e información para la visita
Historia del Convento de Santo Domingo
El convento de Santo Domingo tiene su germen en la llegada de esta congregación a Pontevedra a finales del siglo XIII. De hecho, en 1282 se habla de un pequeño grupo de frailes instalados cerca de la Capilla de San Roque.
Al inicio del siguiente siglo, estos dominicos empezaron a levantar una iglesia de estilo gótico que sufrió varios avatares, reconstrucciones y derribos. Lo primero que se construyó fue la cabecera y la sala capitular.
Con la llegada de los ingleses, en 1719, el convento sufrió un incendio y hubo que restaurar parte del templo, levantando una nueva nave ya de estilo neoclásico, pero quedó parte sin derribar y otra parte sin terminar por la desamortización de Mendizábal.
Desde ese año, 1836, el convento fue un asilo, una cárcel de mujeres, un hospicio, una escuela y hasta cantera de materiales para pavimentar las calles próximas.
Se intentó durante varias veces su derribo definitivo, pero estas increíbles ruinas se salvaron por la intervención de grandes personalidades de Pontevedra hasta que en 1938 este espacio se cedió al Museo Provincial para realizar exposiciones.
Museo Provincial de Pontevedra
El primer paso para convertir este espacio en parte del Museo Provincial de Pontevedra se produjo a finales del siglo XIX cuando finalmente se cedieron los restos del convento, en un estado lamentable, a la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, una institución casi recién nacida en esos años, que había puesto sus ojos en estas imponentes ruinas para instalar allí su museo.
Su principal impulsor fue Casto Sampedro y Folgar y a su muerte, en el año 1937, todos los fondos de esta sociedad, incluido el convento de Santo Domingo, pasaron definitivamente a manos del Museo de Pontevedra, que amplió su colección a esta segunda sede.
De las ruinas del convento sólo se conservan la cabecera porticada y cinco capillas que estaban ubicadas en el brazo transversal del crucero y que son suficientes para testimoniar una construcción única en Galicia, una iglesia gótica con cinco ábsides.
En este espacio de gran valor arquitectónico, se exponen piezas relacionadas con la historia de la ciudad mientras que en el exterior se exhiben sepulcros de grandes personalidades de Pontevedra y una increíble colección heráldica de las casas nobles. Algunas de estas piezas mortuorias estaban enterradas en la misma iglesia.
Qué podrás ver en tu visita
Uno de los elementos más importantes que podemos ver durante la visita a esta dependencia del Museo Provincial son las propias ruinas del convento. En la iglesia que queda en pie se puede disfrutar todavía de la capilla central mayor que se levantó hacia el año 1331. La más antigua es la del Evangelio y las otras dos de alrededor se añadieron en los siglos XV y XVI.
También podemos visitar la capilla de Santa María Magdalena, la del Buen Jesús, la de San Andrés y la del Espíritu Santo antigua, donde se ubica el sarcófago del gran capitán Tristán de Montenegro, uno de los más famosos de las ruinas.
Pero no es el único sepulcro de un noble pontevedrés que se puede contemplar en este espacio, ya que otros sarcófagos se disponen a lo largo del jardín.
En el muro frente a la sacristía sobrevive todavía el rosetón que estaba ubicado en la fachada norte y que fue trasladado a este espacio. Además, en la entrada capitular se atraviesa parte de la arquería del antiguo convento y algunos arcos traídos de otras iglesias destruidas.
En el espacio de esta sala se exhiben capiteles, restos de tímpanos, baldaquinos y algunas estatuas.
Pero uno de los puntos fuertes de la vista es la colección de muestras heráldicas que consiguió reunir la Sociedad Arqueológica de Pontevedra de las grandes familias nobiliarias de la ciudad y que crean una exhibición única para los amantes de los escudos y su tradición. En total, cuentan con más de 63 piezas, pero ahora en las ruinas sólo se pueden ver 19.
Horario e información para la visita
Las ruinas del Convento de Santo Domingo suelen permanecer abiertas desde Semana Santa hasta finales del mes de octubre, precisamente porque es cuando el tiempo permite visitar un espacio al aire libre y disfrutar de las obras que se exponen.
El horario de visita es de martes a sábado de diez de la mañana a dos del mediodía y de cuatro de la tarde a siete y media. Los domingos también abre pero solo de once a dos.
Además, todos los días entre semana a las 12 del mediodía se organiza una visita guiada por todo el espacio en el que se explica bien tanto el valor de las ruinas como de los objetos que allí se exponen. La visita es con entrada libre.