Situado en la parte asiática de Estambul, justo al norte del Puente del Bósforo, el Palacio Beylerbeyi es el segundo palacio que se construyó en el Bósforo, y fue concebido como residencia de verano de los sultanes del Imperio Otomano y como vivienda de los jefes de Estado y mandatarios extranjeros que visitaban la ciudad.
Historia del Palacio de Beylerbeyi
El Palacio Beylerbeyi se construyó en la década de 1860, en el barrio de Beylerbeyi, cuyo nombre significa “Señor de señores”, un título que se otorgaba al gobernador de la provincia. Y ocupa el espacio dejado por un palacio de madera anterior que fue destruido por un incendio y que pertenecía al sultán Mahmut II.
El Palacio Beylerbeyi fue encargado por el sultán Abdülaziz (1830-1876). En aquella época, a los líderes turcos les gustaba construir palacios de estilo europeo en las costas del Bósforo. Hay quien dice que el Palacio Beylerbeyi es un Versalles en miniatura. Lo único es que en vez de estar en Francia, se encuentra en la línea que separa Oriente de Occidente.
Entre los visitantes más ilustres del Palacio Beylerbeyi se encuentran el rey Eduardo VIII y la señora Simpson; el emperador austriaco Francisco José, la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, y el Sha de Persia. Corre la leyenda de que la emperatriz Eugenia de Montijo quedó tan prendada de las ventanas del palacio de Beylerbeyi que mandó construir unas idénticas en el Palacio de las Tullerías de París. Y también de ella se dice que fue abofeteada por la madre del sultán por entrar al palacio del brazo de su hijo.
También se sabe que el Palacio Beylerbeyi fue el último lugar donde estuvo cautivo el sultán depuesto Abdulhamid II desde 1912 hasta su muerte en 1918.
Arquitectura e interior del Palacio Beylerbeyi
Diseñado por el arquitecto Sarkis Balyan, según los cánones de los estilos del Segundo Imperio, el Palacio Beylerbeyi es bastante sobrio si se le compara con los excesos decorativos de Dolmabahçe o Küçüksu, a pesar de estar construido en mármol blanco y tener una rica y barroca decoración interior.
Es desde las aguas del Bósforo donde se aprecia mejor la belleza del palacio, ya que desde aquí se observan sus dos espectaculares pabellones de baño, el de las mujeres (harén) y el de los hombres (selamlik), que están en primera línea de playa. Una de las salas más bonitas es la recepción, ya que cuenta con un estanque con llamativas esculturas y una fuente de la que mana continuamente agua, y es que el agua corriente se hizo muy popular en las mansiones otomanas porque aportaba una agradable “banda sonora” al recinto y producía un efecto refrescante en los días de más calor.
De dimensiones mucho más reducidas que el Palacio Topkapi, el Palacio Beylerbeyi tiene tres entradas principales, seis grandes salones y 24 habitaciones decoradas con un gusto excepcional. No se cortaron nada con el presupuesto. En el suelo, se usaron esterillas de carrizos egipcios como aislamiento, las alfombras son de la exclusiva fábrica Hereke y están tejidas en los telares imperiales y las arañas de cristal proceden en su mayoría de Baccarat (Francia) y de Bohemia. Por no hablar de los relojes y muebles franceses, los candelabros europeos y la porcelana china y japonesa.
Una de las estancias del Palacio Beylerbeyi cuenta con una piscina en la que se bañaban los sultanes junto con sus invitados, y en la parte trasera del edificio se sitúan los espectaculares jardines de magnolios, una gran piscina y algunos quioscos decorativos y relajantes.
El barrio de Eyüp de Estambul
El Palacio Beylerbeyi es uno de los iconos arquitectónicos del barrio de Eyüp de Estambul, que guarda también joyas como la singular mezquita de Eyüp Sultan, donde, dicen, se encuentra enterrado el portaestandarte o mano derecha de Mahoma, Ayyub Al-Ansari, quien se cree que murió en este lugar en el siglo VII. Su tumba estuvo perdida durante siglos hasta que, en el siglo XV, un sultán la encontró en este lugar y mandó levantar un complejo religioso que aún hoy rezuma espiritualidad.
El edificio que contemplamos data del siglo XIX, porque la edificación original fue destruida por un terremoto. En cualquier caso, la mezquita de Eyüp Sultan está considerada una obra maestra del estilo otomano en la que sobresale su curiosa combinación de mármol blanco, oro y azulejos. Además, tiene la singularidad de que la zona reservada para las mujeres está situada en la planta superior, a diferencia de otras mezquitas.
En las inmediaciones de la mezquita de Eyüp Sultan, se encuentra el célebre Café Pierre Loti y un interesante cementerio que discurre por la colina de Eyüp, todo un museo funerario. Si no quieres subir a pie la pendiente de la colina, hay un teleférico que se puede pagar con Istanbulkart y que conduce hasta el Mirador de Pierre Loti. No te arrepentirás, porque las vistas que tendrás del Cuerno de Oro son para quitar el hipo. Y si quieres rematar la experiencia por este barrio singular, siéntate a descansar un rato en el Café Pierre Loti. Comprobarás por qué el novelista y aventurero francés Julien Viaud, más conocido como Pierre Loti, llegaba hasta aquí a diario en busca de inspiración. Y si tu estancia coincide con la puesta del sol, disfrutarás de un espectáculo imposible de olvidar.