La caldera de Bandama está considerada como uno de los espacios naturales más singulares de Gran Canaria. Un lugar que, por otra parte, no suelen visitar muchos de los que vienen a esta isla por vacaciones. Fundamentalmente, por desconocimiento de su existencia.

Pero merece mucho la pena acercarse hasta este paraje que, por cierto, está muy cercano a la capital isleña, Las Palmas . No solo para comprender la intensidad de las fuerzas geológicas que lo originaron, sino también para admirar el grado de adaptación humana a este complicado entorno.

La zona supone todo un reto (asequible, eso sí) para senderistas y amantes de la naturaleza, en general. Y desde las alturas del pico de Bandama se divisa una de las panorámicas más completas de la zona nororiental de la isla, con la capital enmarcada por el océano Atlántico. Y, en días claros, también se puede ver desde aquí la vecina isla de Fuerteventura.

  1. Qué es la caldera de Bandama de Gran Canaria
  2. Bandama: la caldera
  3. El pico de Bandama y el mirador de la caldera de Bandama
  4. Volcanes en Gran Canaria

Qué es la caldera de Bandama de Gran Canaria

La caldera de Bandama es parte de un volcán, sí. Pero, pese a su apariencia, no es exactamente un cráter, sino el hundimiento de éste. Es decir, durante la erupción (ocurrida hace unos 2.000 años), la capa superficial que cubría el cráter volcánico se derrumbó sobre la caldera, provocando el enorme agujero que hoy puede observarse desde el borde superior.

 

 

Una de las curiosidades de la caldera de Bandama es el propio nombre con que se la conoce. Que no es sino la castellanización de Daniel Van Damme, un flamenco que adquirió este lugar con la intención de explotarlo plantando en él sus viñas.

Un aprovechamiento agrícola que continua hoy en día: en esta zona, conocida como Monte Lentiscal, son varias las bodegas que aprovechan la riqueza de la tierra volcánica y la protección de las laderas de este paraje para producir vinos con una notable calidad. Un buen ejemplo es Hoyos de Bandama.

Caldera Bandama
Cráter volcánico «pico de Bandama»

Todo el entorno está protegido como Monumento Nacional desde el año 1994. Además, está considerado como un Área de Sensibilidad Ecológica.

Bandama: la caldera

La caldera de Bandama como tal es el resultado de un proceso eruptivo que comenzó unos 4.000 o 5.000 años atrás y que finalizó con una enorme erupción. Como consecuencia de ese proceso, como ya hemos dicho, el recubrimiento del volcán acabó hundiéndose sobre la cámara magmática.

 

Y eso es, precisamente, lo que se puede admirar hoy: un enorme agujero de forma casi circular, con un diámetro de algo más de un kilómetro, un perímetro de 3 kilómetros y una profundidad de unos 200 metros.

La parte superior de la caldera de Bandama presenta pronunciados riscos que, no obstante, pueden salvarse a través de los diferentes senderos trazados en ellos, hasta llegar (en una media hora de caminata) hasta el fondo de este espacio protegido.

En cuanto al interior, está cubierto por abundante vegetación, formada fundamentalmente por lentiscos, acebuches, palmeras de diferentes especies, dragos, sabinas, almácigos, mocanes y marmolanes.

Caldera de Bandama
Senderistas subiendo al pico de Bandama

También algunas plantas endémicas de las islas Canarias, como los tajinastes y los guaydiles. Sin duda, restos del bosque de tipo termófilo (un tipo de vegetación que soporta elevadas temperaturas) que cubría estas paredes volcánicas antes de la llegada de los conquistadores castellanos.

En cuanto a la fauna, destaca la presencia del lagarto gigante de Gran Canaria. También de aves como el aguilillo, el cernícalo canario, el búho chico y la lechuza.

Existen numerosos indicios de que el interior de la caldera de Bandama se utilizó en tiempos prehispánicos para el aprovechamiento agrícola. Por ejemplo, el yacimiento arqueológico Cueva de los Canarios, un silo situado en la cara norte de este espacio natural, que se utilizó para almacenar las cosechas y otros alimentos. También se han encontrado diferentes grabados sobre la superficie de algunas rocas de la zona.

 

 

El pico de Bandama y el mirador de la caldera de Bandama

El pico de Bandama constituye el saliente más prominente del perímetro de la caldera. Una elevación del terreno que alcanza los 570 metros y que está conformada por grandes bloques de magma expulsados durante la erupción volcánica.

Sobre él se ha habilitado uno de los mejores miradores de la zona nororiental de Gran Canaria. En concreto, desde este punto, caldera de Bandama aparte, se divisan  las localidades de Las Palmas, La Atalaya y Santa Brígida, además del campo del Real Club de Golf de Las Palmas.

Entre la capital isleña y el Pico de Bandama existe una ruta senderista que ofrece grandes atractivos paisajísticos y naturales. Aunque por su longitud (algo más de 18 kilómetros), y por sus prolongadas cuestas, requiere de una cierta preparación física.

Para después del esfuerzo, en torno a la cadera de Bandama hay varias tascas y restaurantes en los que reponer fuerzas. Algunos incluso con espectaculares vistas a la naturaleza de la zona, como Bodegón Vandama (Crta. Bandama, 116, Santa Brígida), en el que también se puede disfrutar de lo mejor de la comida típica canaria  y española.

 

Volcanes en Gran Canaria

La caldera de Bandama es, con seguridad, una de las manifestaciones geológicas más llamativa de Gran Canaria. Pero los amantes del vulcanismo pueden encontrar en esta isla parajes no menos interesantes. Estos son algunos de ellos:

    • Roque Nublo: situado en las inmediaciones del Pico de las Nieves, máxima altura de la isla (1.949 metros), también de origen volcánico. El Roque Nublo supone una rareza geológica. También una meca para senderistas. Su singularidad es que está conformado por la consolidación de nubes ardientes emitidas durante una erupción. Para los canarios (presentes y pasados) tiene un gran simbolismo.
    • Barranco del Draguillo: como la caldera de Bandama, este lugar también está considerado Monumento Natural. La solidificación del magma provocó la aparición de numerosas cuevas, muchas de las cuales fueron habitadas por los primigenios habitantes de la isla. El barranco como tal está flanqueado por varios conos volcánicos.
    • Playa de Güi-Güi: en realidad no es una sino tres playas contiguas, de arena fina y negra, de origen basáltico y enmarcadas por enormes acantilados de origen volcánico. Solo se puede acceder a ellas en barco o después de una complicada caminata de no menos de dos horas de duración.