Tiene la comida típica de Gran Canaria muchos elementos comunes con la del resto de las islas del archipiélago. Por ejemplo, con la cocina popular de Tenerife. Es lógico, si tenemos en cuenta la proximidad y similitud de condiciones orográficas y climáticas, y el tipo de productos alimentarios que se producen en cada una de ellas.

Platos típicos de Gran Canaria

Así, las papas arrugás, los diferentes mojos y el gofio están presentes en buena parte de las preparaciones de la comida típica de Gran Canaria. Y también el bienmesabe (pasta hecha con almendras molidas, miel y azúcar) que acompaña a buena parte de los postres grancanarios.

Pero hay mucho más en la comida típica de Gran Canaria. Una cocina que ha adoptado, a lo largo de más de cinco siglos de intercambios culturales lo mejor de muchas otras cocinas nacionales de Europa, África y América.

 

 

Por tanto, ese es el principal valor de la cocina típica de Gran Canaria: su diversidad. Algo que se refleja tanto en las técnicas culinarias como en las combinaciones de ingredientes. También en el gusto por la abundancia de comida sobre la mesa, de la que es materialmente imposible levantarse con hambre.

A continuación detallamos algunos de los platos más representativos de la cocina típica de Gran Canaria.

Potaje de berros

potaje de berros gran canaria
Potaje de berros

El potaje de berros es, junto con el puchero canario, que explicamos más adelante, el gran guiso semanal de la cocina típica de Gran Canaria. Y también del resto de las islas de este archipiélago.

La base, como en cualquier otro potaje, son las legumbres (en este caso, alubias blancas), a las que se añaden todo tipo de ingredientes vegetales y animales. Entre ellos, uno de los más sorprendentes: piña tropical.

Por supuesto, también lleva berros, de ahí el nombre del plato. Esta verdura se cultiva desde hace milenios por ser una de las más nutritivas y por sus propiedades medicinales. El berro lo llevaron de Europa los conquistadores castellanos y es de suponer que también la receta base del potaje. Una preparación que ha evolucionado de forma muy notable a lo largo del tiempo.

Así, las verduras, las alubias y los trozos de carne y huesos hierven hasta lograr un caldo bien consistente. Posteriormente se añaden papas, pimiento, cebolla y tomates cortados, lo que aporta aún mayor consistencia al plato.

En el caldo del potaje de berros es donde “cuece” otro de los platos más típicos de la cocina típica canaria: el gofio escaldado. Este último es un acompañante habitual de varios platos de carne y pescado en las islas.

Puchero canario

Dentro de los platos de la comida tradicional de Gran Canaria, sin duda el puchero canario es el más contundente. Pero, y pese a eso, también es uno de los más equilibrados desde el punto de vista nutricional, pues combina e incluye cantidades razonables de todo tipo de alimentos: verduras, patatas y otros tubérculos, garbanzos, diversas piezas de carne y la sustancia que le aportan los grandes huesos con que se elabora este guiso.

Es decir, el puchero canario es el equivalente insular de ese gran plato nacional que es el cocido. Pero con varias particularidades, claro está. Fundamentalmente la introducción de millo (maíz), batatas y peras. Y el característico sabor y textura de los chorizos y el tocino de los cerdos criados en Canarias.

Como en el caso del potaje de berros, el caldo del puchero canario también sirve para cocer y enriquecer el célebre gofio escaldado.

Ropa vieja canaria

ropa vieja gran canaria
Ropa vieja canaria

Dentro de la comida típica canaria, la ropa vieja es, quizás, el mejor exponente de la cocina de aprovechamiento. O lo que, desde siempre, se ha conocido como utilizar las sobras del día anterior para cocinar un nuevo plato.

En el caso de la ropa vieja canaria lo que se “recicla” son los restos del puchero. Aunque también es cierto que en muchas casas canarias no se utilizan los restos de ese guiso, sino que la ropa vieja canaria se elabora como una entidad culinaria en sí misma. Es decir, se parte de cero.

Para ello se realiza un típico sofrito a base de ajo, cebolla, pimiento y tomate triturados, en el que luego se rehogan tanto los garbanzos (conocidos aquí como garbanzas) como los trozos de carne desmenuzada y libres de todo hueso.

A este rehogado se le añade un vaso de vino, incluso agua, para que quede más jugoso pero no “ensopado”: pues es un plato de tenedor, no de cuchara.

 

 

Sancocho canario

sancocho gran canaria
Sancocho canario

El sancocho canario es uno de esos sorprendentes platos de la comida típica de Gran Canaria. Y lo es por el equilibrio entre todos los ingredientes que conforman esta preparación: todo un alarde nutricional.

La base es un pescado salado, por lo general cherne, aunque también podría ser corvina o, incluso, burro (Plectorhinchus mediterraneus). Sea cual sea el pescado elegido debe desalarse al menos 24 horas antes de su elaboración.

Para ello, se cuecen en una olla trozos de patata y batata (ésta sin pelar) para posteriormente añadir los trozos de pescado.

 

Todo lo anterior se sirve en un plato llano, acompañado de una buena pella de gofio y mojo verde, rojo o picón, en función del gusto de cada comensal.

El sancocho canario es el equivalente insular de las típicas preparaciones “de vigilia”, propias de la Cuaresma y la Semana Santa, cuando el precepto religioso prohíbe comer carne los viernes.

Carne fiesta

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Carne fiesta

Desde luego, de entre los platos de la comida típica de Gran Canaria, la carne fiesta es el más  calórico. Eso sí, nada que ver con tiempos pasados, cuando esta preparación rezumaba (literalmente) grasa.

Tiene sentido que la carne fiesta sea lo menos parecido a un plato de dieta, pues es típica de celebraciones. De hecho, en Gran Canaria se la conoce como la receta parrandera (de celebración) por definición.

También recibe el nombre de cerdo en adobo. Y ahí está la clave de su éxito y su jugoso sabor. Que la carne del cerdo se baña (adoba) en aceite, pimentón, orégano, sal, ajo y vinagre durante todo un día antes de proceder a su elaboración.

Esta receta consiste en freír los trozos de cerdo en abundante aceite. Con el jugo resultante se elabora la salsa (mojo) con que luego se riega la carne, acompañada con abundantes patatas fritas.

Aunque se trate de un plato típico de fiesta, lo cierto es que, cada vez más, los restaurantes y guachinches (casas de comidas) lo incluyen en la carta.