Las columnas de San Lorenzo tal vez no sean el monumento más popular de Milán. Sin embargo, las Colonne di San Lorenzo, como las conocen los locales, son uno de esos rincones que merece la pena visitar si no por su espectacularidad, por su singularidad. Y es que, en todo viaje, hay puntos de interés que destacan por unos u otros motivos y, en este caso, lo hacen por ser una de las pocas ruinas romanas que quedan en la ciudad.

Su esbelta silueta es solo comparable a la grandiosidad de unas piezas que se revelan en todo su esplendor frente a la basílica de San Lorenzo Maggiore, la iglesia más antigua de Milán. Sobrias y de inspiración clásica dan una idea de la importancia que la propia ciudad alcanzó en tiempos del Imperio, motivo más que suficiente para merecer la atención del viajero… ¡Pero hay más!

Ubicadas a escasos metros del corazón de la ciudad, las columnas de San Lorenzo son, además, punto de encuentro para conocer el ambiente de la noche milanesa. Bares, locales y restaurantes salpican un entorno que, por si fuera poco, está a escasos minutos de lugares tan emblemáticos como la Piazza del Duomo o el Palacio Real de Milán.

Colonne di San Lorenzo: un poco de historia

Aun a riesgo de sufrir el popular síndrome de Stendhal que amenaza, incluso, a los viajeros más experimentados, hablar de Italia es hablar de historia y arte en cada rincón. Si bien es cierto que ciudades como Roma o Venecia ocupan las primeras posiciones en la lista de escenarios con un vasto patrimonio, Milán cuenta con encantos suficientes para cautivar a cualquiera.

Las Columnas de San Lorenzo son un buen ejemplo de ello y es que, con el permiso de ‘imprescindibles’ como el Duomo, el Castello Sforzesco, el Cementerio Monumental o la Pinacoteca Ambrosiana, son una pieza clave de la historia local. Su importancia se remonta a la época del imperio, momento en el que formaron parte de un templo o baño romano datado en el siglo II aproximadamente.

Coincidiendo con la construcción de la basílica de San Lorenzo Maggiore, las dieciséis columnas corintias en hilera fueron trasladadas a su ubicación actual. Fue entonces cuando pasaron a formar parte de un antiguo conjunto arquitectónico que unía la propia iglesia con la vía Ticinensis hacia la vecina localidad de Pavia.

Los avatares históricos, entre ellos un nuevo plan de urbanismo y los efectos de la II Guerra Mundial, propiciaron la desaparición de las antiguas casas ubicadas en los alrededores de la basílica, hasta la columnata. Liberada esa superficie, el espacio delantero de la iglesia pasó a albergar en el centro una estatua del emperador Constantino (copia de la romana original) mientras que, el entorno de las columnas de San Lorenzo, se convirtió en una amplia zona verde conocida hoy como el Parque de la Basílica o Parco Papa Giovanni Paolo II.

Qué ver cerca de las Columnas de San Lorenzo

El barrio Navigli acoge este monumento, aunque, entre sus calles llenas de boutiques, bares y ocio nocturno, también hay lugar para otros muchos atractivos. Tomando como referencia la columnata, merecen una visita otros enclaves como la iglesia paleocristiana de Sant´Eustorgio o el arco del triunfo del siglo XIX ubicado en la Piazza XXIV Maggio, así como sus museos, escaparates… ¡y hasta canales!

Basílica de San Lorenzo Maggiore

El telón de fondo de las Colonne di San Lorenzo es una de las iglesias más antiguas de la ciudad. En el momento de su construcción fue considerada uno de los ejemplos de la arquitectura occidental más importantes, no en vano, su interior es impresionante, mezcla de mausoleo, iglesia y palacio.

Porta Ticinese

Los vestigios de la antigua muralla medieval siguen presentes en Milán. A escasos metros de las columnas, aún puede apreciarse la Porta Ticinese (también conocida por los locales como Porta Cicca), cuyo origen data del siglo XII.

Los canales de Milán

Casi 300 kilómetros separan Venecia de Milán y, sin embargo, esta última también puede presumir de canales. Naviglio Grande y Naviglio Pavese, nombre al que responden los canales milaneses, son otros de los lugares que no pueden quedar fuera de tu itinerario cuando visites las columnas de San Lorenzo. Aunque hace cerca de cien años que perdieron su función original, hoy en día ofrecen un bonito recorrido con múltiples alternativas de ocio y gastronomía, además de paseos en barco.

Ambiente inolvidable

¿Vas a viajar a Milán con amigos? Entonces estás de enhorabuena. Las Columnas de San Lorenzo no son solo una parada obligada en tu ruta por el patrimonio histórico de la ciudad. Como legado histórico del imperio romano, han de ocupar un lugar en el itinerario de cualquier viajero pero, si además buscas alternativas para salir de fiesta en Milán, son un ‘must’ de tu viaje.

Los alrededores de las Colonne di San Lorenzo son punto de encuentro para muchos jóvenes de la ciudad, sobre todo, al caer la tarde y los fines de semana. Más allá del monumento, ese ambiente juvenil y agradable tiene como telón de fondo un gran número de locales ideales para tomar un aperitivo italiano, un café y hasta unas copas si se tercia, un plan que, en cualquier caso, puedes adaptar a tu viaje y tus intereses.

Contemplar las imponentes columnas a la luz de la luna te brindará una estampa de película de esta zona en la que, por otro lado, también la iluminación nocturna de la Basílica de San Lorenzo Maggiore merece una visita. Si, además, vas a viajar a Milán en verano, hasta es posible que tengas oportunidad de disfrutar de alguno de los eventos o conciertos que tienen como escenario el vecino Parque de las Basílicas. ¿Qué más se puede pedir?