A los Dolomitas también se les conoce como los Alpes Rosas. Y reciben este nombre por su composición geológica, a base de un mineral llamado también dolomita (caliza de magnesio) que, en función de la incidencia de la luz, refleja bonitos matices de ese color.
De hecho, los amaneceres y atardeceres en los Dolomitas suelen ser espectaculares, con los rayos del sol potenciando el color de las enormes formaciones rocosas que lo componen y dibujando paisajes de auténtico ensueño.
Desde luego, los Dolomitas son uno de los lugares mas recomendables del Norte de Italia. Un conjunto montañoso, a unos 200 kilómetros de Milán y su célebre Catedral, en el que la naturaleza ha dibujado parajes de verdadero impacto.
Desde las más altas cumbres, que superan con creces los 3.000 metros de altitud, a los lagos y glaciares alimentados por nieves perpetuas. Con inmensos bosques alpinos y con localidades en las que puede aún puede respirarse un pasado popular en el que la montaña fue la absoluta protagonista.
Un viaje de ensueño a los Dolomitas de Italia
Los Dolomitas están en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde el año 2009. En su reconocimiento, según la memoria redactada por ese organismo, influyó el hecho de “ser uno de los paisajes de montaña más espectaculares y representativos del mundo”.
Sin duda, la riqueza natural de este macizo montañoso es apabullante. La reacción habitual de todo aquel que visita por primera vez cualquiera de los parajes que componen los Dolomitas es la de asombro. A esa sensación le sigue la de admiración y, más tarde, la de satisfacción por estar en uno de los lugares más singulares de Europa.
En total, 231.000 hectáreas de superficie repartidas entre las provincias de Bolzano, Trento, Belluno, Pordenone y Udine. A lo largo de todo el macizo se abren 30 puertos de montaña, unos 40 glaciares, un parque nacional, ocho parques naturales y dos dominios de esquí con 35 estaciones.
Y, por supuesto, con decenas de lagos de alta y media montaña, que poco tienen que envidiar en belleza y escenografía a los de Como o Garda.
Por supuesto, hay decenas de rutas para amantes del senderismo y la bicicleta de montaña, con diferentes niveles de dificultad. Algunas solo aptas para deportistas profesionales. También se pueden practicar deportes como el rafting (en el Valle de Sole); o la escalada, con vías ferratas de una gran calidad en las zonas de las Tres Cimas de Lavaredo y La Marmolada.
Qué ver en los Dolomitas, visitas imprescindibles
En una región tan grande y diversa como la que ocupan los Dolomitas no resulta fácil hacer una selección de los lugares y reclamos naturales y/o turísticos más interesantes. Pero aquí están algunos de los más recomendables:
Lago de Braies
En pleno Parque Natural Fannes-Sennes y Braies, este lago es muy conocido por sus aguas de color esmeralda y por los picos que se reflejan en ellas.
Cortina d’Ampezzo
Esta localidad alberga la estación de esquí más mundana de los Dolomitas. Sus 120 kilómetros esquiables están englobados en el dominio Dolomiti Superski, con más de 1.200 kilómetros de pistas.
La Marmolada
La cota de este collado es Punta Penia que, con sus 3.342 metros, es la máxima altura de los Alpes Orientales. Murallones verticales, nieves permanentes y algunos de los paisajes más conocidos de los Dolomitas.
Lago de Carezza
Situado a unos 25 kilómetros de Bolzano, es muy apreciado por su riqueza cromática. De hecho, su superficie muestra un color diferente en cada época del año y en función de las circunstancias meteorológicas.
Tres Cimas de Lavaredo
Se consideran la cuna del alpinismo extremo. Estos picos hermanos (casi trillizos) son tres rocas casi verticales con paredes que superan los 700 metros de altura. Los menos preparados pueden admirarlas desde la terraza del refugio Locatelli.
Lago de Sorapis
Hasta aquí solo se puede acceder a pie, tras una caminata por la alta montaña de en torno unas dos horas de duración. El premio es la seguridad de estar en uno de los lugares más sobrecogedores de los Dolomitas, sobre una meseta a 2.000 metros de altitud y rodeado de enormes cimas.
Macizo de Brenta
En la provincia de Trento, aquí están algunas de las mejores vías ferratas de los Dolomitas. Una de las más asequibles, pero también de las más satisfactorias, es la de Bochette Central.
Los Alpes italianos
No se puede escribir sobre los Dolomitas sin enmarcarlos en la cadena a la que pertenecen: los Alpes italianos. Esta gran cordillera paneuropea, que recorre parte de Francia, Italia, Mónaco, Suiza, Eslovenia, Liechtenstein, Austria y Alemania, describe en el Norte del país trasalpino un arco ininterrumpido de montañas de, aproximadamente, unos 400 kilómetros.
En la zona de Italia, los Alpes ocupan hasta seis regiones: el ya citado Valle de Aosta, Piamonte, Lombardía (de la que Milán es la capital), Trentino-Alto Adigio, Véneto y Friuli-Venecia Julia. En total cubren unos 3.000 km2. Es decir, un diez por ciento de la superficie total de Italia. Aquí se encuentra la máxima altura de Europa Occidental, el Monte Bianco (o Mont Blanc) que, con sus 4.810 metros de altitud preside el italiano Valle de Aosta y la francesa localidad de Chamonix.
La gran montaña blanca comparte protagonismo con otras dos grandes cimas alpinas: el Cervino (4.478 metros), entre Aosta y el Valais suizo; y el macizo del Monte Rosa (4.634 metros), entre el Piamonte, Aosta y Suiza.
Ruta por los Dolomitas
Por los Dolomitas discurren varias de las mejores rutas senderistas de Europa. Recorridos que van desde unas pocas horas a varios días de duración, en función de la preparación física de cada senderista y del punto de inicio y término elegido por cada uno.
Un buen ejemplo es el gran recorrido, de unos siete jornadas de caminata, que comienza en el refugio Munt de Senes, en la provincia de Bolsano y finaliza en Alleghe, considerado como uno de los pueblos más bonitos de los Dolomitas.
Esta ruta cubre en torno a unos 70 kilómetros, tocando lugares tan espectaculares como la Croda Rossa, las Tres Cimas de Lavaredo y el monte Civetta (3.220 metros).
A lo largo de la misma se puede descansar, comer y dormir en cualquiera de los muchos refugios que hay aquí. Un recorrido ideal para realizar a finales de primavera o durante el verano y para el que es aconsejable contar con el soporte de alguna empresa especializada.