Milán, la capital de la región de Lombardía, es una ciudad de contrastes. Su singular mezcla entre arquitectura antigua y edificios de corte más moderno es, sin duda, uno de sus grandes atractivos.

En lo que a museos se refiere, no importa si te inclinas más por los grandes maestros del Renacimiento italiano o si te sientes más atraído por las primeras vanguardias del siglo XX. En el primer caso tienes a tu disposición bellas galerías como la Pinacoteca de Brera y para piezas más contemporáneas, el Museo del Novecento te está esperando.

Su ubicación no puede ser más céntrica, ya que se halla en la misma Piazza del Duomo y ocupa el edificio del Palazzo dell’Arengario. En su interior encontrarás un recorrido expositivo que incluye a artistas de la talla de Giorgio de Chirico, Lucio Fontana o Piero Manzoni.

La peculiar sede del Museo del Novecento

Uno de los primeros datos que llama poderosamente la atención es el edificio donde está situado el Museo del Novecento. El lugar que se escogió para situar la sede de esta galería fue el Palazzo dell’Arengario, en uno de los lados de la Piazza del Duomo. El origen de dicha construcción hay que buscarlo en 1936, cuando los arquitectos Portaluppi, Muzio, Magistretti y Grifini comenzaron a trabajar en su diseño. Tras demoler una parte del Palacio Real, se quería aportar a la Piazza del Duomo un carácter más monumental.

Se proyectan dos edificios gemelos con la fachada decorada por Arturo Martini. Una de sus funciones debía ser acoger un espacio –el balcón del Arengario­– desde el que Mussolini pronunciara sus discursos. Después de la II Guerra Mundial fue abandonado y no se volvió a ocupar hasta la década de 1950. Hubo que realizar una restauración para que la edificación pudiera ser utilizada como sede de oficinas.

Fachada del Museo Novecento
Museo del Novecento de Milán

No fue hasta la década del año 2000 cuando se decidió dar un nuevo giro a este gran espacio. Se encargó a los arquitectos Italo Rota y Fabio Fornasari la rehabilitación completa del Palazzo dell’Arengario, para que pudiera contener el Museo del Novecento.

Un interior espectacular

La reforma interna convirtió este edificio, inaugurado en el año 2010, en uno de los lugares culturales más importantes de Milán. Al observar su fachada, que continúa prácticamente intacta, no imaginas todo lo que te espera en el interior. El elemento que causa mayor sensación es la gran escalera en espiral, que parece inspirada en el Guggenheim de Nueva York: una impresionante solución arquitectónica que conecta todos los niveles del museo, desde la parada de metro hasta la terraza panorámica donde puedes admirar el Duomo.

El Museo del Novecento también está unido al Palacio Real a través de una pasarela suspendida situada al aire libre. Desde el momento de su inauguración, su tarea ha sido difundir el arte del siglo XX, dándolo a conocer al mundo.

Los artistas que te esperan en el Museo del Novecento de Milán

Gracias a la generosidad de los coleccionistas privados y a las donaciones, hoy en día la colección del Museo del Novecento es una de las más destacadas de este período en toda Italia. Casi 400 obras se exponen en orden cronológico. Comienza en 1902, el año en el que el pintor Giuseppe Pelliza da Volpedo realizó su cuadro más conocido, El cuarto estado. Con esta obra, un fiel retrato de la sociedad de la época que tiene su propio espacio en la galería, comienza un recorrido por los diferentes movimientos vanguardistas del siglo XX, prestando especial atención a los artistas italianos.

En primer lugar, hallarás piezas de principios de 1900 firmadas por genios de la talla de Picasso, Braque, Kandinsky o Modigliani. A continuación, llegarás a uno de los platos fuertes del Museo del Novecento, las salas dedicadas al Futurismo. Este movimiento surgido precisamente en Milán de la mano de Marinetti busca romper con el pasado y la tradición. En esta sección reserva tiempo para detenerte frente a los trabajos de Giacomo Balla, Umberto Boccioni y Gino Severini, entre otros.

Dejando atrás el Futurismo, llega el momento de continuar con los años 20 y 30, galopando entre el Arte Abstracto y espacios dedicados a inclasificables artistas como Giorgio de Chirico, Giorgio Morandi o Arturo Martini.

En la tercera planta, toda una sala dedicada al pintor y escultor abstracto Alberto Burri estará a tu disposición para que la disfrutes el tiempo que desees. Seguidamente se sitúa una sección dedicada al Informalismo con los principales representantes italianos, como Emilio Vedova o Gastone Novelli.

Te adentrarás entonces en los años 50 y 60, donde el irónico arte conceptual de Piero Manzoni y los miembros del grupo Azimuth, como Enrico Castellani, tienen su particular representación.

La planta de Lucio Fontana en el Museo del Novecento

En el último piso se encuentra la guinda del pastel del Museo del Novecento: el Hall de Fontana. Se trata de toda una planta dedicada a la obra y la figura de Lucio Fontana, diseñada como una auténtica experiencia de inmersión ambiental con la Piazza del Duomo como telón de fondo. El fundador del Espacialismo deseaba crear arte para una nueva era y así lo demuestran sus piezas más famosas.

Para conocer la última parte de la colección del museo tendrás que cruzar el puente peatonal que conecta con el Palacio Real. Aquí se localizan los trabajos de las últimas vanguardias entre la década de los 60 y los 80, enfocándose sobre todo en el arte Cinético, el arte Pop o el arte Povera, otro de los movimientos más famosos surgidos en Italia.

No olvides pasear delante del museo por la noche para contemplar el espectáculo que se crea en el último piso con las conocidas instalaciones de neón firmadas por Lucio Fontana, que ahora alumbran las horas nocturnas de la Piazza del Duomo.