El Museo Poldi Pezzoli es una de las instituciones artísticas de Milán que, a pesar de no ser muy conocida por el gran público, cuenta con una colección de arte extraordinaria. Alberga el interesante legado del coleccionista y aristócrata Gian Giacomo Poldi Pezzoli (1822-1879), en el que caben obras maestras de grandes artistas. Entre ellos, Miguel Ángel, Filippo Lippi, Andrea Mantegna, Bellini, Piero della Francesca, Rafael, Canaletto, Tiepolo y Botticelli. Además, cuenta con recuerdos renacentistas y muebles singulares.

Merece también la pena admirar la sala dedicada a los relojes procedentes de la donación de Bruno Falk y Piero Portaluppi. Y para los amantes de la literatura, el espacio dedicado a la lectura de Dante es una verdadera joya. Se encuentra emplazado en un bonito palacete del siglo XVII del centro de Milán, en las inmediaciones del Teatro alla Scala.

Origen del Museo Poldi Pezzoli

Antes de hablar de quien era Gian Giacomo Poldi Pezzoli, hay que recordar a su madre, Rosa Trivulzio, que se tuvo que hacer cargo del pequeño tras la muerte de su marido. Ella era hija del príncipe Gian Giacomo Trivulzio, un gran amante de la Literatura y la poesía, quien se relacionaba muy bien con los escritores del momento, como Vincenzo Monti o Giuseppe Parini. Así que el pequeño Gian Giacomo Poldi Pezzoli creció rodeado de literatos y de amantes de la cultura y el arte.

Cuando llegó el momento de heredar en 1846, a los 24 años de edad, Poldi Pezzoli ya había recibido como legado de su madre el amor por el Arte. Fue poco después cuando se produjo la revolución de 1848 a la que el aristócrata Poldi Pezzoli se sumó con su apoyo. Aquello le costó el exilio y la confiscación de sus bienes por el Gobierno austriaco. Así que la represión austriaca le obligó a trasladarse a Europa, lo cual le sirvió para relacionarse con otros coleccionistas internacionales y empaparse del arte europeo y de las primeras exposiciones universales. En Londres, quedó fascinado por el espacio que luego se convertiría en el Victoria & Albert Museum. Y aquel joven Poldi Pezzoli comenzó a acumular cuadros y otros objetos de arte, como armas, cerámica, tapices, arqueología, orfebrería, etc. Dicen que entonces compró la alfombra persa del siglo XVI más grande de mundo, hoy en el Museo Poldi Pezzoli.

Salone Affresco
Salone Affresco

De vuelta a Milán, Poldi Pezzoli pudo recuperar la posesión familiar, donde vivió el resto de su vida rodeado de grandes piezas de arte y objetos valiosos. Y fue entonces cuando contrató a ebanistas, pintores y escenógrafos para decorar su casa como si fuera un auténtico escenario teatral, con cada estancia pensada de un modo distinto para albergar piezas apropiadas a ese espacio.

El Salón Dorado del Museo Poldi Pezzoli

Las salas más visitadas del museo son la Armería, diseñada por el escultor Arnaldo Pomodoro, y el Salón Dorado, en el que se exhiben las grandes obras maestras de este peculiar museo, como la Piedad de Botticelli o el Retrato de una dama de Antonio Pollaiolo, uno de los emblemas de la institución. También encontraremos el lienzo de la Virgen y el Niño de Mantegna, un Ecce Homo de Bellini y otras de Piero della Francesca y Sandro Botticelli. Desde aquí hay unas preciosas vistas al jardín trasero de este bonito edificio, cuyas habitaciones están decoradas con diferentes estilos que van desde el Trecento hasta el Barroco.

Hay que recordar que su peculiar decoración ha servido de inspiración a otras casas museo, como la de la estadounidense Isabella Stewart Gardner, en Boston, o la de los franceses Nelly Jacquemart y Edouard André.

Armería
Armería

Un museo para el “beneficio público”

Cuando Poldi Pezzoli murió en 1879, tenía 57 años y legó tanto su casa de dos plantas como su colección a la Pinacoteca de Brera, cuyo director, Giuseppe Bertini, preparó el Museo Poldi Pezzoli antes de su inauguración oficial en el año 1881. En su testamento, el aristócrata dejó escrito que la casa debía transformarse en un museo “de uso y beneficio público, a perpetuidad”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Museo Poldi Pezzoli sufrió daños irreparables, si bien las obras quedaron indemnes al haber sido evacuadas antes de los bombardeos. Sin embargo, las vidrieras, estucos y tallas del edificio quedaron destruidos definitivamente, aunque algunas piezas se han reconstruido siguiendo el modelo original. Hasta que el museo se reabrió de nuevo en 1951.

Durante la segunda mitad del siglo XX, el Museo Poldi Pezzoli ha aceptado importantes legados de importantes colecciones, que van del textil a la relojería o la pintura.

En el corazón de Milán

El Museo Poldi Pezzoli se encuentra en el corazón de Milán, a dos pasos de la Galería Víctor Manuel II, de la Pinacoteca di Brera, de la Catedral de Milán y de la Piazza Mercanti. También está muy cerca de la Via Montenapoleone, así que si tienes un rato libre, podrás dedicarlo a disfrutar, en esta calle, de las compras más elegantes y exclusivas de la ciudad.

¿Una anécdota vinculada con el Museo Poldi Pezzoli? Al parecer, nuestro aristócrata Gian Giacomo tuvo la iniciativa de declarar una huelga de humo cuando los austriacos invadieron la ciudad. Es decir, consiguió convencer a los habitantes de Milán de que no compraran tabaco ni tampoco lotería, con el fin de ocasionar un grave perjuicio a las arcas austriacas del Tesoro.