Si nos encontramos en el centro histórico de Milán, no debemos dejar de visitar la Plaza del Mercado –Piazza dei Mercanti, en italiano–, un bonito y tranquilo rincón situado a tan sólo 50 metros de El Duomo, que en otra época ocupó, nada más y nada menos, que el centro político y social de la ciudad. Construida a mediados del siglo XIII, en la época medieval, dicha plaza acostumbraba a ser un continuo hervidero de gente –mercaderes y comerciantes, banqueros y abogados–, si tenemos en cuenta que en la misma se encontraban tanto los puestos del mercado popular, como el Consejo General Ciudadano o la cárcel.
Hoy en día, la Piazza Mercanti está considerada como la muestra mejor conservada de la arquitectura medieval existente en Milán. El palazzo de la Ragione, la logia degli Osii, el palazzo dei Giureconsulti, el palazzo delle Scuole Palatine y la casa Panagirola, son los 5 edificios históricos que dan forma a la plaza, y cuya visita permite conocer el pasado medieval de Milán. Si quieres conocer más acerca de estos edificios históricos, sigue leyendo y te lo contamos.
Descubre la Piazza Mercanti de Milán
La fecha de creación de la Piazza Mercanti (1228) coincide con el año en que fue colocada la primera piedra del palacio de la Razón –palazzo della Ragione, en italiano–, su edificio más antiguo. Originalmente, la plaza tenía forma rectangular y su recinto poseía hasta seis accesos, uno por cada distrito de la ciudad. De hecho, hay constancia de que cada una de estas seis callejuelas adoptaba el nombre de un gremio en concreto, siendo la vía Orefici —calle de los orfebres, en castellano—, la única que aún hoy pervive.
Como ya se ha dicho, desde su creación (y hasta principios del siglo XX), el día a día de la Piazza Mercanti era sinónimo de revuelo. Al griterío de los comerciantes que acostumbraban a pregonar su mercancía, se unía el clamor del público que asistía a la plaza. También se sumaban las sonoras campanadas del cercano palazzo dei Giurenconsulti, las cuales avisaban con inmediatez de la celebración de ejecuciones públicas.
Asimismo, era habitual escuchar, desde el balcón de la logia de los Osii, el anuncio, por parte de los jueces, de ordenanzas y sentencias de interés público. El ruido de la plaza subía unos decibelios más cuando, además, el pórtico abierto del palazzo della Ragione acogía la celebración de asambleas ciudadanas, arbitrajes y ordenanzas. Y si a esto le sumamos el ir y venir de los profesores y alumnos del palacio de la Escuela Palatina, el bullicio debía alcanzar dimensiones legendarias.
Tal vez por este motivo, también resultaba habitual encontrarse a banqueros dialogando en los laterales del palazzo della Ragione. Según se dice, la especial disposición de sus columnas permitía una acústica ideal para el intercambio clandestino de mensajes importantes.
Qué ver en en la Piazza Mercanti
Palazzo della Ragione
Con una característica fachada de ladrillo visto, este palacio situado en el centro de la Piazza Mercanti nos ilustra, a la perfección, la arquitectura civil milanesa desde la Edad Media hasta el siglo XVII. Terminada su construcción en 1233, desde sus inicios este edificio ha respondido también al nombre de Broletto Nuovo, si tenemos en cuenta que broletto era el término lombardo para referirse a los recintos dedicados a la realización de asambleas ciudadanas. Su elemento distintivo, el cual todavía hoy se conserva intacto, era la planta baja abierta mediante un pórtico, el cual permitía la presencia del pueblo durante la toma de decisiones importantes en la ciudad. De hecho, no fue hasta más tarde que dicho edifico pasó a incorporar a su estructura las plantas superiores que hoy exhibe, dedicadas a la celebración de reuniones del Gran Consejo General.
Actualmente, el mismo acoge un interesante museo público en el cual es posible contemplar muestras artísticas temporales, así como fotografías, bocetos o recortes de periódico que nos hablan del pasado de Milán.
Logia de los Osii
Mandado construir por Matteo Visconti –señor de Milán– en 1316 sobre los terrenos de la familia Osii, este edificio de estilo gótico destaca sobre todo por el contraste de sus mármoles blancos y negros. Ubicado en el lado oeste de la plaza, desde el balcón de la logia –conocido en italiano como “parlera”–, los jueces solían anunciar decretos públicos ante el pueblo. Tal es así que la frontal del balcón exhibe todavía hoy el relieve de un águila cuyas garras capturan una presa –como símbolo de la justicia impartida adentro–.
Palazzo delle Scuole Palatine
Junto a la logia de los Osii encontramos este otro palacio que, desde el medievo, acogió la sede de la prestigiosa Escuela de Estudios Superiores de Milán. Se conoce que, por aquel entonces, sólo los miembros más eruditos de Italia eran aceptados para enseñar en la escuela. Asimismo, hoy en día es posible contemplar en su interior el retrato de los alumnos más aventajados que pasaron por sus aulas. Si ponemos atención, podremos observar en su fachada varias estatuas de San Agustín y una placa romana perteneciente al poeta Magno Ausonio. La misma reza un viejo epigrama que compara la grandeza del Milán del siglo IV con la de Roma.
Palazzo dei Giureconsulti
Este edificio de estilo manierista –también conocido como palazzo Affari–, terminó de construirse en 1652, durante la época de dominación española. Desde sus inicios, acogió la sede del Colegio de los Nobles Doctores, una institución orientada a la formación de los futuros políticos y abogados de entonces. No fue hasta 1797 que el palacio comenzó a emplearse a otros fines: sedes de la bolsa de valores, de la compañía de telégrafos y del Banco Popular de Milán, y, finalmente, desde 1911 hasta hoy en día, Cámara de Comercio de Milán.
La casa de Panigarola
Por último, llegamos al quinto edificio histórico que modela la Piazza Mercanti. También conocida como palacio de los Notarios, la casa de Panigarola hereda su nombre de la familia de notarios que la construyó a finales del siglo XIV. Se dice que, bajo sus arcos apuntados de estilo gótico, los notarios solían transcribir los decretos ducales. Hoy en día, un restaurante muy prestigioso en Milán ocupa el piso del pórtico.