Hablar de la Via Montenapoleone de Milán es aludir al gran lujo y a marcas tan exclusivas y selectas como Versace, Armani, Valentino, Gucci, Prada, Rolex, Dior… Es la calle de los escaparates más elegantes y exclusivos de la capital de la Lombardía y el lugar de cita de los que buscan comercios únicos, joyerías de precios imposibles y tiendas prêt-a-porter. Evidentemente, es una de las arterias urbanas más caras por metro cuadrado del mundo. Así que, atención los más adinerados porque aquí tienen su sitio para ir de compras en Milán.
Sin embargo, y aunque tu bolsillo no tenga un tamaño espectacular, es conveniente que dediques un tiempo, en tu escapada turística por Milán, a pasear por este territorio exclusivo conocido con el sobrenombre de “Cuadrilátero de Oro” (Quadrilatero della Moda), ya que también comparte tiendas de súper lujo con otras tres vías: Via Manzoni, Via Venezia y Via della Spiga. Si te gusta la moda y te consideras una “fashion victim”, seguro que disfrutarás un montón observando las nuevas tendencias en ropa, bolsos, zapatos y joyas.
La larga historia de la Via Montenapoleone
Además, a pesar de su fachada glamurosa y selecta, la via Montenapoleone, situada a un paso del Teatro alla Scala y del Museo Poldi Pezzoli, también tiene una larga historia para contar.
En primer lugar, ¿por qué se llama así? Se denomina de esta manera porque en esta calle, por iniciativa de Napoleón, se instaló un gran banco con el fin de que gestionara la deuda pública. Y cuando los austriacos se hicieron con Milán, no cambiaron el nombre de la vía, y así se quedó para siempre. Evidentemente, los milaneses se rebelaron contra los austriacos y el puesto de control de los rebeldes estaba precisamente en esta calle. Por eso, encontrarás dos placas en recuerdo de la insurrección milanesa.
Además, hay que remontarse mucho más atrás en la Historia para conocer los orígenes de esta calle. Y es que, de hecho, el trazado de la vía Montenapoleone sigue el mismo trazado que tuvo la muralla levantada por los romanos en el siglo II d.C.
Qué ver: Edificios singulares de la Via Montenapoleone
Hay muchos edificios singulares en la Via Montenapoleone, pero entre todos ellos es conveniente que te fijes, al menos, en cuatro.
- En el número 1 de la Via Montenapoleone vivió y murió el notario y poeta Tommaso Grossi.
- En el 2 está el Palazzo Taverna, que pertenece en la actualidad a la Casa Armani, si bien en su día fue la residencia y el lugar donde murió Carlo Porta, uno de los escritores milaneses más célebres. Aquí, además, el rey Vittorio Emanuele II inauguró la primera sede del Automóvil Club Italiano.
- En el 12 de la Via Montenapoleone se halla el Palazzo Marliani, que acogió en su día el banco que gestionaba la deuda pública y que hoy es propiedad de la Casa Dior. Es una de las residencias más suntuosas de Milán. Fue restaurada por el arquitecto Giuseppe Piermarini y reconstruida completamente en el siglo XX por Balossi para albergar la Real Compañía de Seguros. Su trabajo no fue muy apreciado, y los milaneses utilizaron el término dialectal “baloss” cuyo significado es “canalla” en alusión al último arquitecto que intervino en el edificio.
- Y en el número 23 de la Via Montenapoleone, acercándonos a Via Manzoni, nos encontramos con las placas dedicadas a ‘Los cinco días de Milán’, cuando los ciudadanos de Milán se rebelaron contra los austriacos. Además, este edificio fue la sede de la Casa Rectoral de San Francisco de Paula y, en el siglo XIX, hubo un convento con un enorme órgano en el que Giuseppe Verdi, al parecer, creó su genial “Nabucco”. Y es que el compositor vivía en un hotel cercano.
En realidad, la Via Montenapoleone cobró protagonismo en la ciudad a partir del siglo XVIII, cuando las familias más ricas de Milán comenzaron a instalarse en sus inmediaciones. Ahora es una zona emblemática sobre todo para los diseñadores, porque desde los años 50 las grandes casas de moda se concentraron aquí y transformaron el área en una zona comercial.
La Via Montenapoleone de Milán, como la Via Condotti de Roma, es una calle donde se respira moda, por lo que se ha convertido en uno de los paraísos soñados por los que eligen Milán como destino de shopping. Ésta es una de las zonas de compras más exclusivas, pero tampoco pierdas de vista otros espacios, como la emblemática y acristalada Galleria Vittorio Emanuele II.
Así que, aunque sólo sea para ver a los viandantes luciendo trajes de diseño espectaculares o vestidos de pasarela, bien merece la pena que te des un paseo por la Via Montenapoleone. No olvides que Milán es la gran capital europea de la moda.