La Via Appia Antica está considerada la reina de las calzadas romanas. Era la gran autopista del imperio. Enlazaba, en una primera fase, Roma con Benevento, y más tarde, Roma con Brindisi, en el sur de la península italiana, que entonces era el más importante puerto comercial del Mediterráneo. Esta gran calzada se transformó en el símbolo de la grandeza de la República y generó estabilidad, paz y libertad a los ciudadanos del Imperio. El artífice esta magnífica obra fue Apio Claudio el Censor en el siglo IV a.C. Además, por primera vez, un camino tomaba el nombre de su constructor, y no el de la función o del lugar al que se dirige.
La Via Appia Antica asumió pronto una función militar y estratégica, aunque cerca de los centros habitados el camino estaba bordeado de grandes villas, tumbas y monumentos funerarios.
Hoy la Via Appia (Roma) forma parque del Parque Regional de la Via Appia Antica y se puede recorrer a pie o en bicicleta, mientras se disfruta de un bonito espacio rodeado de vegetación y ruinas de grandes monumentos. Forma parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2024.
Historia de Appia Antica: construcción y relevancia
Fue Apio Claudio Caecus (el ciego), tras ser nombrado censor romano en el año 312 a.C., quien comenzó las obras de la Via Appia Antica con el fin de dar solución a los problemas de suministro que padecía el imperio. También es el promotor del primer acueducto que sirvió para suministrar agua a Roma. La calzada comenzaba en el Foro Romano y continuaba hasta la Puerta Capena en dirección a la salida de la ciudad. Se cree que fue la primera calzada romana que incluyó cemento de cal y piedra volcánica en su construcción. De hecho, la superficie era tan lisa que no se podían distinguir las uniones.

La Via Appia empezaba su tramo costero en Tarracina y desde allí continuaba hasta la ciudad de Capua, donde terminaba la calzada en una primera fase. La longitud total de la vía era de 212 kilómetros. Más tarde, se añadieron otros 57 kilómetros y al itinerario se incorporaron Calatia, Caudium y Benevento.
Posteriormente, el emperador Trajano construyó la Vía Trajana como una extensión de la Vía Appia hacia Brindisi, vía Bari. Y para su inauguración se levantó un arco del triunfo en honor del emperador en Benevento.
Tras la caída del Imperio romano, el camino se abandonó durante mucho tiempo. En la Edad Media, se transformó en una ruta de peregrinación, porque desde Brindisi los peregrinos se embarcaban hacia Tierra Santa. Y ya en el Renacimiento comenzó a recuperarse gracias a la pasión de numerosos arqueólogos que decidieron restaurar la Via Appia.
Puntos de interés que podrás visitar
Desde que se comenzó a construir la Via Appia en el corazón del Imperio de Roma, se fueron añadiendo en su entorno bonitas villas, catacumbas y otros elementos monumentales. Merece la pena transitar los primeros kilómetros de esta gran avenida y disfrutar de los puntos de interés más sobresalientes. Son éstos:
Catacumbas de San Calixto
Durante la época del Imperio romano, estaba prohibido enterrar a los muertos dentro de las murallas de la ciudad, por que los cementerios se ubicaban junto a las vías arteriales. Las Catacumbas de San Calixto, con más de 170.000 tumbas y medio millón de cuerpos, constituyen uno de los más impresionantes cementerios subterráneos de la ciudad, junto con las Catacumbas de San Sebastián. Datan del siglo II y tienen una extensión de 15 hectáreas en cinco niveles distintos. Aquí estuvieron enterrados los restos de 16 Papas y de Santa Cecilia.
Ruinas de la villa de Majencio
La villa original de Majencio consta de tres edificios principales: el palacio, el circo y el mausoleo dinástico, diseñados en una unidad arquitectónica inseparable. Hay que recordar que Majencio fue el rival de Constantino el Grande en la batalla de Ponte Milvio en el año 312.

Circo de Majencio
Este circo romano, integrado en la villa de Majencio, fue edificado en el año 309 y sólo se celebraron juegos durante su inauguración por la muerte de Rómulo, el hijo del emperador. El circo tiene 520 metros de largo y 92 de ancho y su gradería podía contener hasta 20.000 espectadores.

Mausoleo de Cecilia Metella
Estamos ante uno de los monumentos funerarios más importantes de la Via Appia Antica. Tiene una base cuadrada sobre la que existe un gran cilindro cubierto con losas de travertino y decorado con un friso de mármol con festones y cabezas de buey. Cecilia Metella era hija de Quinto Metello Cretico, el cónsul que conquistó la isla de Creta en el año 67 a.C.

Casal Rotondo
Es el mausoleo circular más grande de la Via Appia Antica. Este imponente monumento funerario data de finales del siglo I a.C. y originalmente estaba cubierto de travertino. Debe su nombre a una masía construida sobre las ruinas del mausoleo.
Cómo recorrer la Appia Antica
Lo más recomendable es ceñirse a los 16 kilómetros de la Via Appia Antica que se hallan dentro del Parco Regionale dell’Appia Antica, un área de más de 3.400 hectáreas. Hay que tener en cuenta que es imposible recorrerlo todo.
Para llegar a la Via Appia Antica, lo mejor es tomar el autobús 118 en los Foros Imperiales. Esta línea recorre toda la Via Appia Antica, así que se puede hacer uso del autobús para ir hasta el final o para regresar una vez completado el recorrido.
Otra forma muy práctica de conocer el Parque Regionale della Via Appia es en bicicleta. Hay rutas oficiales trazadas para recorrerlo y de todo esto te pueden informar con detalle en el Centro de Información al Visitante, situado en la Via Claudia.