La escultural y bellísima Fontana de Trevi es, posiblemente, la fuente más famosa y fotografiada de la Historia. Se encuentra en el corazón de Roma y se llega a ella casi sin querer, mientras se transita por alguna de las tres calles que le dan nombre; Pues Trevi no significa otra cosa que “Tres vías”.
La tradición de tirar monedas a la Fontana de Trevi
Además de por su belleza, la Fontana de Trevi, de 40 metros de frente, es célebre por la tradición que anima a lanzar una moneda a sus aguas si se desea regresar a Roma. Y, claro, todos los turistas echan una moneda para volver y disfrutar de una fuente que también hizo inmortal el mítico baño de la actriz Anita Ekberg, en la película La dolce vita, de Federico Fellini.
Hay quien dice que si lanzas dos monedas, tendrás un nuevo romance, y si son tres, está asegurado el matrimonio. Incluso hay quien riza el rizo y asegura que lo que trae suerte es arrojar tres monedas con la mano derecha por encima del hombro izquierdo.
¿Cuánto dinero recauda a diario la Fontana de Trevi, o di Trevi como dicen los italianos? Se estima que se lanzan más de 3.000 euros diarios a la fuente, un dinero que la ciudad de Roma destina a fines sociales.
Una de las cosas que sorprende al viajero es descubrir que esta descomunal y hermosísima fuente que rinde homenaje al agua y a la vida se encuentre situada en una plaza de reducidas dimensiones y encajada entre calles estrechas.
Curiosidades de la Fontana de Trevi de Roma
El agua que alimenta esta fuente barroca procedía originalmente de Acqua Vergine, un acueducto que mandó construir Agripa en el año 19 a.C. para llevar el agua a Roma desde las colinas. Existe la leyenda de que fue una hermosa joven la que mostró el manantial a unos soldados romanos. Un manantial que nacía a 22 kilómetros de Roma y que, por cierto, sigue surtiendo a la ciudad a razón de 80.000 metros cúbicos de agua al día.
Sin embargo, en el año 537 los asediadores godos destruyeron los acueductos, y los romanos de la época se vieron obligados a extraer el agua de pozos contaminados y del río Tíber, que tampoco debía estar muy limpio, porque se usaba también como cloaca.
Antes de la existencia de la Fontana de Trevi hubo otra fuente que se construyó en 1453 por orden del Papa Nicolás V, que pagó aquel proyecto con los impuestos que se aplicaban al vino. Por eso, los romanos decían que el pontífice había “quitado nuestro vino para darnos agua”.
La historia de la Fontana de Trevi
La Fontana de Trevi se comenzó a construir por iniciativa del Papa Clemente XII en 1732 y fue inaugurada 30 años más tarde por Clemente XIII. Sin embargo, ya el papa Urbano VIII pidió a Bernini, con anterioridad, que elaborase un proyecto, aunque aquel plan quedó abandonado. Y se sabe que hubo también una maqueta anterior realizada por Pietro da Cortona. El caso es que la Fontana de Trevi la comenzó el casi desconocido arquitecto Nicola Salvi y la finalizó Giovanni Pannini.
La fuente se construyó adosada al Palazzo Poli para dar al monumento un mayor empuje dramático. En el centro de la fuente se encuentra la figura de Neptuno u Océano. Delante de él, hay dos tritones realizados por el escultor Pietro Bracci: el izquierdo representa el mar furioso y el derecho, el mar en calma.
Las figuras que ocupan los nichos rectangulares a cada lado de Neptuno son alegorías que representan la “Salud” (con un relieve de la joven que descubrió el manantial de Acqua Vergine, que sostiene una copa de la que bebe una serpiente) y la “Abundancia” (con Agripa dando el visto bueno al diseño del acueducto y derrochando agua de su urna). Y son obra de Filippo della Valle.
La Fontana de Trevi en el cine
El cine también ha rendido homenaje a la Fontana de Trevi. Además de La dolce vita, otras películas han inmortalizado esta monumental fuente barroca. Es el caso de Tres monedas en la fuente (1954), en la que se interpreta una canción que fue grabada por Frank Sinatra; Tototruffa’62 (1961), en la que el protagonista intenta vender la fuente a unos turistas; y Elsa y Fred, que rinde homenaje a Anita Ekberg cuando la protagonista se zambulle también en la fuente.
Como sucede con muchos monumentos situados al aire libre, el tiempo ha dejado también su huella en la Fontana de Trevi. Los siglos, la contaminación, la lluvia y el hielo consiguieron oscurecer el blanco fulgor del mármol y la piedra comenzó a dar señales de alarma, en 2012, con algún que otro desprendimiento. Así que, ante la situación de crisis económica que vivía Italia y la urgencia de la restauración, una conocida empresa textil se ofreció a “rescatar” la fuente con un plan que tuvo un coste de más de dos millones de euros.
Visita la Fontana de Trevi de noche
Sin duda, tienes que disfrutar de este monumento espectacular en tu escapada a Roma. Le puedes dedicar todo el tiempo que quieras, pero te será prácticamente imposible hacerte una foto en la que no estés rodeado por unos cuantos turistas. Siempre está llena de curiosos que lanzan sus monedas al aire y desean inmortalizarse con sus cámaras y teléfonos móviles. Cuando hayas cumplido con la tradición de tirar una moneda al agua, puedes dirigir tus pasos hacia una heladería y disfrutar de un rico y tradicional “gelatto”.
Si tienes ocasión, haz la visita a la Fontana di Trevi al caer la tarde o por la noche. Hay menos gente y la iluminación otorga al monumento un carácter muy especial y mágico. ¿Una sugerencia? Visita la cercana Piazza Navona para descubrir el ambiente nocturno de Roma en un escenario también espectacular.