El visitante puede pasar por Largo di Torre Argentina sin ser consciente de la impronta trágica del lugar. Se encuentra en pleno centro de la capital italiana, en la antigua zona de Campo de Marte. Es, además, muy transitado de camino a lugares tan turísticos como el Panteón y las plazas Navona y Campo de’Fiori. Las ruinas son como una aparición en medio de este entorno urbano y comercial. Y al acercarse a ellas llama la atención la cantidad de gatos que pululan por el lugar.
Es difícil no fotografiar a estos pequeños felinos cuando se pasa por el ya conocido como santuario de los gatos. Pero quien se haya informado previamente mirará el rincón con mayor curiosidad. Allí se encuentran los restos de cuatro templos y del Teatro y la Curia de Pompeyo, donde fue asesinado Julio César. En el año 44 a.C., el general perdió la vida a manos de un grupo de conspiradores. Un hecho dramático al que se suele aludir para hablar de traición y luchas por el poder.
El Área Sacra de Largo Argentina, los templos más antiguos
Roma fascina por su gran peso histórico y por los muchos descubrimientos y narraciones que guardan sus ruinas. En la plaza de Largo di Torre Argentina, el Área Sacra acoge los restos de cuatro de los templos más antiguos de la capital italiana. Fueron descubiertos cuando se efectuaba una remodelación de la ciudad, en la década de 1920. Datan de la etapa republicana y se edificaron para dar cuenta de triunfales victorias sobre otros pueblos.
En un principio, al no conocerse con certeza sus fechas de construcción y a quienes estaban consagrados, los templos fueron designados por los arqueólogos con las letras A, B, C y D. Con el tiempo se han ido conociendo estos detalles. El templo A se edificó en el año 241 a.C., y estaba dedicado a la deidad Juturna, Ninfa de las Fuentes. El templo B se levantó en el 101 a.C. Estaba consagrado a la Diosa de la Fortuna y en su interior se encontró una gran estatua que se expone en los Museos Capitolinos.
El más antiguo de todos, el templo C, rendía culto a la Diosa de la Fertilidad, Feronia, también protectora de los bosques, de las siegas y del trigo. Y se cree que el D, el más grande, estaba dedicado a los Lares Permarini, protectores de los navegantes. Es especialmente recomendable la visita a la Zona Sacra de noche, cuando el lugar adquiere un encanto especial debido a la iluminación dorada que se proyecta sobre las ruinas.
El Teatro de Pompeyo y la Curia, lugares célebres
Los restos que se conservan del Teatro Pompeyo, junto a los templos, forman parte del conjunto arqueológico de Largo Argentina. Se trata del más antiguo teatro de Roma y se levantó en la etapa de la República. De carácter público, debe su nombre a Pompeyo el Grande. Este militar y dirigente romano encargó su edificación en torno al año 55 a.C. Construido en mármol y de grandes proporciones, seguía el modelo de los teatros griegos. Se mantuvo en uso hasta el siglo V d.C.
El conjunto contaba con un espacio destinado a encuentros públicos e incorporaba un templo dedicado a la Venus Victoriosa. Su pórtico se decoraba con hermosas fuentes, jardines y numerosas estatuas. Al fondo, en la parte opuesta al teatro, se alzaba la Curia, uno de los lugares de Roma donde se celebraban las reuniones del Senado. Es célebre porque ahí es donde fue asesinado Julio César.
La muerte de Julio César, un acontecimiento inolvidable
Gracias a los textos clásicos que se conservan, los historiadores siempre supieron que Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo el 15 de marzo del 44 a.C. Pero fue en 2012 cuando se encontró el primer testimonio material que deja constancia del hecho.
Un grupo de investigadores españoles, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), realizó el descubrimiento. Encontraron en el fondo de las ruinas de la Curia, en la zona arqueológica de Torre Argentina, una estructura rectangular de hormigón, compuesta de cuatro muros. La mandó construir Augusto, el hijo adoptivo y sucesor de Julio César, años después de su muerte. La pretensión de este monumento era condenar el asesinato.
Infinidad de veces ha sido recreado, en el teatro, el cine, la literatura y el arte, el momento de la muerte de Julio César. A trazos breves, en la biografía de este militar, político, orador y prosista, destaca su victoria triunfal en la campaña de las Galias. Posteriormente derrotó a Pompeyo en la Guerra Civil, debilitó las estructuras de la República y se hizo con el control absoluto del poder.
Había perdonado la vida a muchos de sus enemigos, senadores que se habían enfrentado a él durante la guerra. Les ofreció incluso puestos políticos. Pero eso no impidió que montaran un complot contra su persona. Alegaron que se trataba de un tirano con él que había que acabar.
Julio César estaba sentado, presidiendo la sesión del Senado, cuando fue apuñalado. En la acción intervinieron varios hombres, entre ellos Bruto, hijo de Servilia, su amante. “¿También tú Bruto?” es la célebre frase de ficción, incorporada por William Shakespeare en su tragedia sobre la muerte del dictador.
El santuario de los gatos de Torre Argentina
Los gatos callejeros entre las ruinas del área arqueológica de Largo Argentina son todo un reclamo para los viajeros. Están acostumbrados a posar y se sienten protegidos en este lugar tan impregnado de Historia. Muy queridos por los romanos, que desde siempre los han considerado animales sagrados, los gatos han encontrado aquí su santuario. Durante muchos años se encargaron de darles de comer señoras que recibían el nombre de “gattare”. Actualmente hay una asociación protectora de animales que recibe donaciones particulares y se ocupa de cuidarlos.