El mito de la Dolce Vita que se creó en Roma en los años 50 del pasado siglo sigue respirándose en algunas esquinas próxima a la Piazza Barberini, muy cerca de la Vía Vittorio Veneto que tan famosa se hizo en esa época. Estrellas de Hollywood, caballeros italianos, vespas, fuentes y mucho glamour eran la base de la mayoría de historias que se vivían y se contaban en esos años. Merece la pena acercarse al barrio con esa óptica y, sobre todo, relajarse en una plaza, como la Barberini, donde reina el suave ruido del agua en un viaje infinito.
- La Historia de la Piazza Barberini
- Qué puedes ver en la zona
- Las Fuentes de la Piazza Barberini
- Dónde comer en la zona
- Mejores Hoteles de la zona
La historia de la Piazza Barberini
La Piazza Barberini como la conocemos hoy en día fue construida en el año 1625 por orden del cardenal Francesco Barberini, que ha acabado dándole nombre a este espacio. En este lugar ya había otra especie de plaza llamada Piazza Grimana, por Domenico Grimani, que recogía la tradición del Imperio romano de realizar actividades al aire libre. De hecho, en la Antigüedad, lo que ahora es la Piazza Barberini lo ocupaba el Circo de Flora. Curiosamente, fue la apertura de las vías Veneto y la actual Barberini, entre los siglos XIX y XX, las que empezaron a darle a este espacio la relevancia con la que cuenta hoy en día, rodeada de palacios y edificios aristocráticos.
Qué puedes ver en la zona
En la misma plaza está el famoso Palacio Barberini, una construcción barroca que es una de las más visitadas de Roma porque en la actualidad acoge la Galería Nacional de Arte Antiguo. Entre sus paredes se exponen obras del siglo XIII hasta el XVIII de pintores tan importantes como Tintoretto, Rafael o el gran Caravaggio. Otro de los monumentos que llama la atención en este espacio es la Iglesia de Santa María de la Concepción, una de las más curiosas de Roma puesto que exhibe los huesos de más de 4.000 capuchinos que murieron entre los siglos XVI y XIX.
Un poco más lejos también podemos disfrutar de otro templo increíble, el de Santa María del la Vittoria y la famosa Fontana de Trevi, en una plaza contigua apenas a 500 metros.
Las fuentes de la Piazza Barberini
Dos fuentes barrocas del maestro Gian Lorenzo Bernini marcan el espacio de esta plaza y le conceden parte de la relevancia artística con la que cuenta. Las dos son del siglo XVII y fueron diseñadas en honor al papa Urbano VIII. La primera y más espectacular es la de Tritón, una fuente icónica que atrae a muchos turistas que quieren verla en acción. Esta fuente de 1643 es una de las obras más importantes de Bernini y muestra a Tritón, el mensajero de los dioses marinos, sobre cuatro delfines mientras hace brotar de una caracola el agua.
Sólo un año después, en 1644, Bernini creó la Fuente de las Abejas, ubicada entre la plaza y la Via Venetto, y mucho más modesta. De hecho, has de ir atento si no quieres pasártela. En este ocasión, el escultor eligió abejas gigantes para decorar la fuente porque es el emblema de la familia Barberini.
Dónde comer en la zona
La plaza está llena de lugares donde comer un trozo de pizza rápido, tomar un café en una de las terrazas y varios restaurantes donde probar algo diferente. Uno de los más interesantes que está en los alrededores es el Colline Emiliane, un lugar donde puedes ver cómo preparan la pasta a la vista de todos. Destacan como platos estrella los raviolis de calabaza y los tallarines a la boloñesa. También está muy recomendado la Osteria Barberini, uno de los mejores restaurantes para comer trufa puesto que son expertos en su cocinado. Y si queremos darnos un capricho, podemos tomar algo en la terraza del Hotel Barberini, en el Rooftop Spritzeria Barberini, donde las vistas son increíbles.
Mejores hoteles en la zona
Hay muchos hoteles en Roma pero si buscamos comodidad, algo de historia y buenas conexiones, el Occidental Aurelia es ideal puesto que se levanta en un antiguo monasterio del siglo XVII a sólo tres kilómetros de la Ciudad del Vaticano. Justo enfrente del hotel hay una parada cercana de autobús y de metro que conectan con el centro de Roma. Además, está cerca de varios centros de convenciones lo que resulta perfecto para viajes de trabajo también. Sus 82 habitaciones son modernas y están preparadas para una estancia cómoda. El hotel cuenta con una zona exterior ajardinada donde disfrutar de la mejor gastronomía italiana y mediterránea.
Sólo un año después, en 1644, Bernini creó la Fuente de las Abejas, ubicada entre la plaza y la Via Venetto, y mucho más modesta. De hecho, has de ir atento si no quieres pasártela. En este ocasión, el escultor eligió abejas gigantes para decorar la fuente porque es el emblema de la familia Barberini.