Como la Ciudad Eterna que es, Roma ofrece infinidad de fórmulas para visitarla. Hay una Roma para enamorados, otra para católicos, otras más para visitar con niños o hacer un viaje cultural. Y, por supuesto, también la Urbe tiene mucho que ofrecer a quienes prefieren viajar con amigos a Roma, ya sea en un ‘tour’ de jóvenes que disfrutan de uno de sus primeros viajes en grupo o a quienes quieren evadirse juntos de los quehaceres diarios.
Para aquellos que celebran la ‘philia’ proponemos una serie de consejos e itinerarios que tienen en cuenta lo imprescindible para conocer y disfrutar de la ciudad, tanto de día como de noche. De entrada, planteamos una “escapada 4X4” a Roma con amigos, es decir, un viaje de cuatro amigos o amigas durante cuatro días.
Lo primero, los preparativos
A la hora de viajar en grupo, aunque sea reducido, hay que tener en cuenta cuáles son los gustos de cada uno. En una ciudad como Roma, en la que la oferta de actividades es tan amplia, es necesario poner en común lo que cada uno considera imprescindible. Como Aristóteles decía, en el punto medio se encuentra la virtud, y aclimatar los intereses a ese punto nos garantiza una concordia previa. Tal vez, lo sensato sea alcanzar una mezcla de actividades. No es necesario atiborrar la visita de itinerarios maratonianos que pretenden ver toda la ciudad en cuatro días. También es una pena plantear el viaje como una juerga de 24 horas… Hay tiempo para ir de compras, o para comerse un helado mientras se pasea, para disfrutar de las estupendas trattorias diseminadas por Roma o, simplemente, para improvisar sobre la marcha.
Contar con un listado previo de las actividades imprescindibles de cada uno permite adelantarse a los acontecimientos y reducir futuras tensiones. Por ejemplo, habrá quien considera básico visitar los Museos Vaticanos o el Coliseo. Si se adquiere con meses de antelación las entradas, no sólo tenemos cerrado una parte del itinerario sino que optimizamos el tiempo y podremos disfrutar de más visitas. Lo mismo respecto a los restaurantes o discotecas a las que queramos acudir.
Los gastos, desde el principio
Entre los consejos para hacer los preparativos de un Roma con amigos, está poner en común cómo se van a distribuir los gastos. Roma no es una ciudad barata y es fácil que los presupuestos se nos vayan de las manos. Plantear un fondo común, por ejemplo, y llevar un control de gastos a través de alguna aplicación –como Splitwise– pueden ser grandes aliados para evitar disgustos y reproches.
Cuándo viajamos a Roma
Como ciudad mediterránea, la mejor época del año para conocerla es entre marzo y noviembre, por su tiempo templado y agradable. En verano, el calor puede ser excesivo, pero como contrapartida, en agosto los vecinos abandonan la ciudad en masa y puede quedarse casi para nosotros solos. Además, es sencillo que un grupo de amigos coincida este mes para viajar juntos.
¿Y en Roma, cómo nos movemos?
La mejor forma de moverse es adquiriendo un Roma Pass, un pase turístico para dos o tres días con el que se puede entrar en dos museos o yacimientos de la ciudad, y que incluye el transporte público. No es recomendable alquilar un coche o una moto para moverse por Roma, ya que el tráfico rodado es caótico. Siempre que se pueda, lo mejor es caminar, aunque sin abusar, ya que puedes tener agujetas el día después.
Los mejores planes, en vuestro bolsillo
A pesar de los itinerarios que desde aquí podemos plantear, lo mejor una vez en Roma, es adquirir en cualquier kiosco la guía de ocio ‘Roma C’è’ para conocer de primera mano qué conciertos, sesiones de dj’s o exposiciones artísticas merece la pena visitar. También recomienda restaurantes y bares.
Una propuesta de itinerario para visitar Roma con amigos
En las cuatro jornadas que hemos propuesto, planteamos dedicar las mañanas –hasta la hora de comer– para visitar los monumentos y museos imprescindibles de Roma, las tardes para pasear por la ciudad , y las noches para salir a tomar algo después de cenar.
Primer día
Damos la bienvenida a Roma visitando la zona de la Roma Antigua. La mañana podemos dedicarla a conocer el Coliseo, temprano, eso sí, para evitar colas. Después se pueden visitar el Monte Palatino, y el Foro Romano.
Haced un alto en el camino para comer por los alrededores en alguna trattoria. Buenas alternativas –a un precio nada exagerado– son la Hostaria da Nerone (via delle Terme di Tito, 96), Le Terme del Colosseo (via del Cardello, 13 ) o el económico Pasta Chef Monti (via Baccina, 42).
Un plan interesante para pasear por la tarde es visitar los alrededores del Aventino, donde se encuentran las termas de Caracalla, el Circo Máximo, la famosa Boca de la Verdad, el templo redondo de Hércules Víctor y el más clásico de Portuno. También es curioso ver desde el puente Palatino, al lado de estos edificios, la antiquísima Cloaca Máxima, que se remonta a los primeros tiempos de la Roma Antigua.
Después del descanso de rigor en el hotel ya estamos preparados para salir por la noche. La zona de más marcha para salir se encuentra en los alrededores de la plaza o piazza Navona y el Campo dei Fiori. Por allí hay infinidad de lugares para disfrutar de pizzas al taglio y para salir de copas.
Segundo día
La mañana se puede dedicar a visitar el Vaticano. Lo mejor es consagrar unas cuatro horas a recorrer los Museos Vaticanos y la basílica de San Pedro.
A la hora de comer hay infinidad de locales para disfrutar de la comida italiana. Uno cercano que recibe buenas críticas es Goose (Piazzale Gregorio VII, 33), con un buen risotto y a precio bastante competitivo. Después, para bajar el almuerzo, lo mejor es un paseo desde el castillo de Sant’Angelo por la orilla del Tiber hasta llegar al Trastevere. Ahí se puede hacer un alto y tomar un estupendo café en cualquiera de sus coquetas cafeterías.
Tras varias horas fuera del hotel, tal vez sea el momento de regresar, descansar un poco y recobrar energías para volver a salir de noche por el centro. El plan puede ser conocer alguna de las discotecas de moda que se encuentran en la zona de Testaccio como Akab Club (via di Monte Testaccio, 69), Alien (via Velletri, 13) o Radio Londra (via di Monte Testaccio, 67).
Tercer día
Por la mañana, merece la pena visitar el parque de Villa Borghese y su galería. Hay que tener en cuenta que se deben reservar las entradas con varios días de antelación. Se trata de un itinerario de un par de horas, por lo que, si hemos trasnochado más de la cuenta la noche anterior, no es necesario que madruguemos mucho.
A la hora de comer lo mejor es trasladarse a la zona del centro histórico a pie, pasando por las celebérrimas piazza del Popolo, plaza de España, Navona y disfrutando del barroco monumental, intentando descubrir dónde se esconde la Fontana di Trevi o maravillándose con el Panteón de Agripa. Por aquí, cualquier lugar es bueno para degustar comida romana, tomar un helado o saborear un buen ‘espresso’ en barra, por favor.
Tras un descanso en el hotel y si el cuerpo sigue pidiendo marcha, es hora de regresar a la zona de Campo dei Fiori para buscar un buen lugar donde disfrutar de la noche romana.
Cuarto y último día
Tal vez el plan de la mañana del último día, si no se está muy agotado de la noche anterior, es que toda la pandilla se traslade a la zona de la vía de Appia Antica y pasee, o mejor aún, alquilen una bicicleta (por ejemplo en EcoBike, al lado del Punto Informativo de este parque regional) y para recorrer esta antiquísima calle sobre dos ruedas. No está de más visitar alguna de las múltiples catacumbas de la zona. La de San Calixto es la más grande y famosa. El mejor momento para hacer esta excursión es en domingo, cuando la calle se cierra al tráfico rodado.
Después de este paseo podemos dedicar la tarde a ir de compras en Roma. Dependiendo de nuestros gustos o poder adquisitivo podemos elegir entre comprar en tiendas de diseñadores italianos de talla internacional como Dolce & Gabbana o Gucci, en la zona de Plaza de España y la exclusiva vía Condotti; antigüedades en la vía dei Coronari, cerca de la plaza Navona; o productos de bisutería y complementos en los alrededores de la plaza de Santa María in Trastevere.