Villa Borghese es un parque inmenso, posiblemente el más grande de Roma, y un espacio lleno de encanto y elegancia en el que se puede disfrutar de una calma que resulta inédita en una gran ciudad. Este gran espacio verde, que tiene forma de corazón e infinidad de pinos, fue diseñado en el siglo XVII por el cardenal Scipione Borghese, un sobrino del papa Pablo V, que mandó construir, entre otros muchos monumentos, fuentes de Giovanni Fontana y esculturas de Pietro Bernini. Pero la Villa Borghese de Roma es mundialmente famosa, sobre todo, por su Galleria y Museo, donde se encuentran grandes obras maestras del arte italiano.
Recién estrenado el siglo XX, concretamente en 1901, Villa Borghese pasó a ser propiedad del estado italiano, por lo que sus jardines permanecen abiertos al público y en su recinto los romanos dan paseos en bicicleta y hacen otros deportes. Además, aquí encontrarás desde un zoo (el Bioparco) y un anfiteatro hasta un lago artificial, por lo que también es un destino muy recomendable en una escapada a Roma con niños.
Parque Villa Borghese: el gran espacio verde de Roma
El anfiteatro, rodeado de árboles, se encuentra en la piazza di Siena y muy cerca está la Casina di Rafaello, que dicen fue propiedad del genial artista italiano. Hay multitud de fuentes y estatuas dispersas por Villa Borghese, así que debes estar atento, porque es posible que te encuentres en el paseo con “personajes” como Byron, Goethe o Víctor Hugo.
En el centro del parque de Villa Borghese se encuentra el Giardino del Lago, un jardín con un lago artificial donde podrás alquilar un bote y dar un paseo, y un templo jónico dedicado al dios de la salud. También merece la pena buscar la fontana dei Fauni (fuente de los Faunos) porque es un hermoso monumento Art Nouveau.
Visita a la Galleria e Museo Borghese
La Galleria y Museo Borghese son relativamente pequeños en relación con la Villa Borghese, pero concentran en su interior los grandes nombres del arte universal, como Bernini, Canova, Rafael o Caravaggio. Son piezas que formaron parte de la colección que reunió el cardenal Scipione Borghese (1579-1633). La mayoría se vendió al Museo del Louvre de París en 1807 por presiones de Napoleón, cuya hermana contrajo nupcias con el príncipe Camilo Borghese. Y el resto de las obras fue cedido al estado italiano en 1902, que se hizo de esta manera con una de las colecciones más importantes de Roma. Aquella gran colección está ubicada en lo que fue el casino o casa de veraneo de la Villa Borghese.
La colección se distribuye en dos plantas. La baja está dedicada a la escultura y las antigüedades clásicas, y la superior, a la pintura. Una de las piezas estrella de la Galleria Borghese es, sin duda, la escultura de Paulina Borghese que fue inmortalizada por Antonio Canova como si de una Venus se tratara. Una obra que mereció el homenaje del escritor Terenci Moix en su novela Venus Bonaparte.
Joyas de Bernini, Correggio y Tiziano
Pero la efigie realizada por Canova no es la única joya de la Galería Borghese, pues hay piezas tan singulares como el ‘David’, de Bernini, representado en el momento en que lanza la piedra a Goliat; o ‘Apolo y Dafne’, también de Bernini, quien retrató a Dafne mientras huía de Apolo y comenzaba a convertirse en un laurel. La planta superior acoge pinturas tan excepcionales como ‘El descendimiento’ (1507), de Rafael; una ‘Dánae’ (1530), de Correggio; el ‘Retrato de hombre’ (1475), de Antonello de Messina; o ‘Amor sacro y amor profano’ (1514), de Tiziano.
El catálogo de obras maestras incluye también ‘La cacería de Diana’, de Domenichino; ‘La Piedad’, de Rubens; ‘Venus y Amor’, de Lucas Cranach, o ‘El juicio de Salomón’, de José de Ribera.
Hay que recordar que Scipione Borghese fue el primer mecenas de Bernini y un apasionado de la obra de Caravaggio, por lo que ambos artistas están muy bien representados en el museo, además de otros pintores, como Rubens, José de Ribera, Bronzino o Barocci.
Debido a que el museo es pequeño y hay mucha demanda de visitas, la entrada a la Galleria e Museo de la Villa Borghese sólo se puede hacer con reserva previa. En caso contrario, hay que hacer cola e intentar conseguir una entrada de última hora. Así que no lo olvides. Tenlo en cuenta para evitar contratiempos.