Poca gente sabe que la célebre escultura de “El oso y el madroño” de Madrid es obra de Antonio Navarro Santafé (1906-1983), pero todo el mundo reconoce su silueta en el escudo de la ciudad. Es todo un emblema de la capital, por mucho que en Madrid no haya osos y que no abunde el madroño. También es uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad y a ello también contribuye su céntrico emplazamiento, en una de las esquinas de la Puerta del Sol, concretamente la más cercana a la calle de Alcalá.
- Historia del Oso y el Madroño
- La estatua del Oso y el Madroño
- El gran símbolo de Madrid
- Otras teorías para el oso y el madroño
- Qué ver cerca de la estatua del Oso y el Madroño
- Dónde comer cerca de la estatua del Oso y el Madroño
- Dónde dormir cerca de la estatua del Oso y el Madroño
Historia del Oso y el Madroño
La escultura del oso y el madroño de Madrid fue inaugurada el 10 de enero de 1967. Se sabe que costó 200.000 pesetas y que fue promovida por el Área de Cultura del Ayuntamiento con la intención de representar en distintos monumentos los símbolos heráldicos de Madrid y de España. Sin embargo, hay que recordar que la historia del oso y el madroño en Madrid es bastante antigua, pues aparecieron por primera vez juntos en el escudo de la villa en el siglo XIII.
Aunque la escultura de Navarro Santafé siempre estuvo en la Puerta del Sol, ha ocupado tres emplazamientos diferentes. Hasta 1986 estuvo entre la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo; desde ese año y hasta 2009, se colocó temporalmente junto a la calle del Carmen, y a partir de entonces se halla en el nacimiento de la calle de Alcalá.
La estatua del Oso y el Madroño
La escultura del Oso y el Madroño tiene un peso de 20 toneladas y está elaborada en piedra y bronce. Mide 4 metros de altura y descansa sobre un gran pedestal de granito de la sierra madrileña. La figura representa las armas heráldicas de Madrid, con el madroño superando la altura del oso y éste dirigiendo sus fauces hacia uno de los frutos del arbusto. El artista, según confesó en su día, se inspiró para realizar la obra en un oso pardo macho que entonces estaba en la Casa de Fieras del Retiro y que fue capturado en los Picos de Europa. Sin embargo, el oso del monumento, a pesar de su erguida posición, no tiene atributos masculinos visibles, al igual que ocurre con los leones del Congreso de los Diputados. Por esta razón, se ha alimentado una teoría que considera que el oso de Madrid no es macho, sino hembra, con el argumento, además, de que, en heráldica, las hembras simbolizaban la fecundidad y la abundancia.
El gran símbolo de Madrid
¿Por qué el oso es uno de los símbolos de Madrid? En realidad hay varias teorías, una de las cuales apunta a que la ciudad iba a llamarse “Ursa”, nombre que significa “oso” en latín. La tesis más generalizada es la que señala que, cuando se fundó la ciudad, este animal todavía merodeaba por los montes cercanos. La primera vez que aparece en un escudo de Madrid fue en 1222, una fecha que está vinculada al reparto, entre la ciudad y la iglesia, de las tierras que rodeaban la capital en un acuerdo en el que la iglesia se quedó con los pastos y el Cabildo municipal, con los bosques.
Lo que no está muy clara es la causa de elegir el madroño en Madrid para acompañar al oso, porque en un primer momento el oso estaba unido a una torre. Hay quien asegura que los madroños también abundaban en las afueras de la ciudad en la Edad Media, otros consideran que es por el parecido de su nombre con el de Madrid y, por último, hay quien asegura que la elección obedece a que las hojas de este arbusto eran un buen remedio contra la peste.
Otras teorías para el oso y el madroño
Otra teoría vinculada al oso señala que el rey Alfonso XI cazó un ejemplar en las cercanías de Madrid y que, para recordar la hazaña, el escudo asumió la figura de un oso. Curiosamente, las siete estrellas que aparecen en el escudo de Madrid simbolizan la Osa Mayor, una constelación conocida como “el Carro” debido a la forma que se desprende al unir los puntos de las mismas desde la tierra.
Lo que sí corroboran los historiadores es que la figura del oso y el madroño fue utilizada en Madrid por primera vez por las tropas madrileñas en las campañas contra los musulmanes en Andalucía.
Una doble curiosidad: el oso es también un emblema de la ciudad de Berlín y el club de fútbol Atlético de Madrid cuenta con una réplica de esta estatua a las puertas del estadio Wanda Metropolitano que, tras su inauguración, originó cierta polémica al no respetar exactamente la posición y la actitud del oso del escudo original.
Qué ver cerca de la estatua del Oso y el Madroño
Puerta del Sol
La estatua del oso y el madroño es uno de los emblemas de la ciudad de Madrid y se sitúa en la plaza más famosa y concurrida de la capital, la Puerta del Sol. Su nombre se debe a que en el siglo XV no había una plaza como tal, sino una de las puertas de la muralla que rodeaba Madrid y, en la misma, se podía observar la figura de un sol tallado en bajorelieve. Sol -así es como también se conoce entre los madrileños- se erige también como punto de encuentro de algunas de las avenidas más conocidas y con mayor tránsito de la capital, como la calle Arenal o Preciados.
Para llegar hasta el oso y el madroño hay que acercarse a una de las esquinas de la plaza, la que está más cerca a la extensa calle de Alcalá, otra de las arterias más transitadas de la urbe. De frente a esta icónica estatua y dando la espalda al nacimiento de Alcalá, se ve otro de los monumentos de Sol: la estatua ecuestre de Carlos III, que ocupa el corazón de la plaza. La estatua del antiguo monarca español, considerado históricamente el “mejor alcalde de Madrid”, se debe a que durante su reinado impulsó muchas infraestructuras de la por aquel entonces denominada como villa de Madrid y que han sido parte importante de la ciudad moderna.
Enfrente de esta estatua está la antigua Casa de Correos, construida en 1768 y que actualmente alberga la Sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En lo alto del edificio se divisa el reloj de la Puerta del Sol, conocido por ser el protagonista de las campanadas de fin de año. Cada 31 de diciembre, miles de personas se reúnen en la Puerta del Sol para decir adiós al año viejo y festejar la llegada del año nuevo. Y millones de telespectadores miran su televisor para celebrarlo también desde sus casas como si estuviesen presentes en esta popular plaza escuchando las 12 campanadas.
Los otros dos grandes puntos de interés de la Puerta del Sol son la placa del kilómetro cero, que se puede ver cerca de la puerta de entrada de la antigua Casa de Correos y que simboliza el punto geográfico del que parten las seis carreteras radiales del país, y el cartel de Tío Pepe, un letrero luminoso en el que se publicita una famosa bodega jerezana y que está instalado en la azotea de uno de los edificios que bordean la plaza.
Plaza Mayor
Por la esquina que da a la Calle Mayor desde la Puerta del Sol, en pocos metros se llega hasta la Plaza Mayor, otro de los puntos de interés turísticos más importantes de la capital de España y corazón del Madrid de los Austrias. Un lugar de visita obligatoria y punto de encuentro de los madrileños, como el oso y el madroño.
De forma rectangular, la Plaza Mayor data de 1617, cuando el rey Felipe III encargó al arquitecto Juan Gómez de Mora su ejecución para crear un espacio que albergase los festejos más importantes de la villa; desde corridas de toros, mercados, hasta autos de fe. Sin embargo, tras sufrir incendios -el más devastador, el de 1790- fue el arquitecto Juan de Villanueva, gran referente de la arquitectura neoclásica española, el que le dio su aspecto actual.
De la Playa Mayor destacan la estatua ecuestre de Felipe III, que hasta mediados del XIX se ubicaba en el acceso a la Casa de Campo y en 1848 la reina Isabel II decidió ubicarla en este punto, o los diez arcos monumentales a través de los cuales se accede a este histórico espacio. El de Cuchilleros, Botoneras o la Sal, son algunos de los más conocidos.
Los edificios de ladrillos rojos, granito y la pizarra de sus tejados que la dan forma haciendo de borde, dotan a esta plaza de una estampa de una belleza y estilo únicos. También son típicas las terrazas abarrotadas de turistas y los pequeños establecimientos donde se puede comer el caracterítisco bocadillo de calamares.
Dónde comer cerca de la estatua del Oso y el Madroño
Las diferentes calles que parten desde la Puerta del Sol, como Arenal, calle Mayor, Montera o Preciados, por ejemplo, ofrecen una amplia oferta gastronómica: desde establecimientos de grandes cadenas, hasta bares y restaurantes más tradicionales. También, El Corte Inglés, en el número 2 de la Plaza de Callao, ofrece una opción variada de establecimientos en su novena planta con vistas privilegiadas a la Gran Vía.
Si te gusta lo castizo, Casa Labra, en calle Tetuán 12, es una tabercna centenaria -se fundó en 1860- cuya especialidad son las croquetas de bacalao y que mantiene un aspecto casi inalterable al paso del tiempo.
Y si quieres comer un buen bocadillo de calamares, la cervecería La Campaña, en Botoneras 6, es un buen lugar y con décadas de tradición sirviendo bocadillos.
Dónde dormir cerca de la estatua del Oso y el Madroño
La cadena de hoteles Barceló cuenta con una variedad de hoteles de calidad distribuidos en diferentes zonas de la ciudad de Madrid.
A pocos minutos caminando desde la Puerta del Sol, concretamente en la emblemática Plaza de España, se encuentra el Barceló Torre de Madrid, un hotel de cinco estrellas. Cuenta con habitaciones de lujo, un sofisticado bar, zona Wellness con un gimnasio y restaurantes con una amplia variedad de productos a elegir en la carta. También de cinco estrellas y en pleno barrio de Salamanca, junto al Paseo de la Castellana y la calle Serrano, el Barceló Emperatriz ofrece habitaciones de lujo con el máximo estándar. En cuanto a su servicio de comidas, ofrece un exquisito desayuno buffet y una selecta carta que incorpora el menú diario Healthy Gourmet de Barceló: platos que combinan el placer de cuidarse y de la alta cocina.
Más alejados del centro están el hotel de cinco estrellas Barceló Imagine, a 3 minutos andando de Plaza Castilla y las Torres Kio, y el de cuatro estrellas, Occidental Castellana Norte. Más cercanos a la zona financiera de la capital e, incluso, del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.