“Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid”. Ya lo cantó Joaquín Sabina, madrileño de adopción: si hay un lugar en la capital de España que simbolice mejor el eterno espíritu de bienvenida de esta ciudad, es la Estación de Atocha. Corazón de hierro de Madrid, primera estación de tren que tuvo la ciudad en 1851, todas las líneas ferroviarias de España se desarrollaron en torno a esta infraestructura, destino de todos los trayectos por donde hoy pasan más de 100 millones de viajeros al año de media. Su enorme nave central, inmejorable ejemplo de la arquitectura del hierro de finales del siglo XIX, se ha convertido en un icono de la capital.
El 11 de marzo de 2004, la estación fue el escenario principal del atentado terrorista de Al Qaeda que mataría a 193 personas en Madrid. Cuatro bombas colocadas en dos trenes explotaron en Atocha. Fue un capítulo triste, pero solo uno más en la centenaria historia de este lugar de vidas cruzadas, reencuentros y despedidas donde la vida siempre se abre paso.
- Los Orígenes de Atocha
- La transformación de Atocha
- El Jardín Tropical
- Monumento de homenaje a las víctimas del 11-M
- Servicios para viajeros
- Qué ver cerca de la Estación de Atocha
Los orígenes de Atocha: del Embarcadero a la Estación del Mediodía
El 9 de febrero de 1851, la Reina Isabel II y su séquito parten por primera vez en tren hacia Aranjuez, inaugurando así la segunda línea ferroviaria construida en España. Lo hacen desde el Embarcadero de Atocha, un sencillo edificio con andenes de madera que constituye el precedente de la actual estación. Construida inicialmente como un lujo privado de la realeza, la estación –conocida entonces como Estación Central de Madrid– tuvo que ir ampliándose y adaptándose al creciente transporte de viajeros, hasta que en 1864 es consumida parcialmente por un incendio.
Este sería el punto de inflexión para que comenzaran a valorarse proyectos en hierro –más seguro que la madera- que respondieran a la gran demanda popular de viajar en ferrocarril e hicieran realidad una estación acorde a una gran capital como Madrid. Saldría vencedor en 1883 el proyecto de arquitecto Alberto de Palacio y Elissague, colaborador de Gustave Eiffel a quien le debemos la gran nave central de la estación. Su característica cubierta, sin embargo, es obra del ingeniero francés Henri Saint-James, quien construyó esta obra de arte de la arquitectura ferroviaria inspirado por la arquitectura del hierro que había visto en la Exposición Universal de París de 1867. Finalmente, quedaría inaugurada en 1892 la que entonces se llamó Estación del Mediodía, que durante el siglo XX con el desarrollo del ferrocarril en la península, crecería hasta convertirse en el gran hub de comunicaciones y kilómetro 0 de la red ferroviaria española que es hoy.
La gran transformación de Atocha: tres estaciones en una
En los años 80 del siglo XX, el progreso de la España democrática comenzó a dejar pequeña la Estación de Atocha. Ante la necesidad de hacer hueco a la llegada de los trenes AVE (Alta Velocidad Española), el arquitecto español Rafael Moneo recibió el encargo de remodelar la estación para adaptarla a los nuevos tiempos. Entre 1985 y 1992, el complejo ferroviario se amplió con dos nuevas grandes estaciones: Puerta de Atocha, destinada a albergar los modernos trenes AVE, y Atocha-Cercanías, dedicada al tráfico cotidiano de viajeros de Cercanías y a los trenes de media y larga distancia. Esta última, además, está conectada con la estación de metro (Atocha Renfe) y varias líneas de autobús.
¿Cuál es, entonces, la “tercera” estación de Atocha? No es otra que la antigua, la de la gran nave central del siglo XIX, que sigue ocupando un lugar principal en el conjunto, aunque ha perdido su función ferroviaria. Ahora, bajo la gran cubierta de hierro y cristal, sobre las antiguas vías y andenes originales, crece un hermoso jardín tropical.
El Jardín tropical de Atocha
Fue una brillante idea de Rafael Moneo: aprovechar la gran nave central, de 152 m de largo y 27 metros de altura, recubierta de hierro y cristal, como un enorme invernadero en el que creciera un jardín de plantas tropicales. El resultado es un exuberante vergel de 4.000 metros cuadrados que, plantado sobre las antiguas vías y andenes, alberga más de 7.200 plantas de 260 especies traídas dese los cinco continentes. Palmeras, plataneras, cocoteros y árboles del pan crecen con la iluminación natural que proporciona la cristalera traslúcida de la cubierta y en condiciones cuasi selváticas: temperaturas de entre 22 y 24 grados y una humedad de hasta el 70%. Las estrellas del jardín fueron hasta 2018 unas tortugas galápagos que ya son historia, después de que las autoridades decidieran trasladarlas a un centro de recuperación de fauna y cerrar su estanque. La razón fue el comportamiento incívico de muchos visitantes, que acosaban a los animales o utilizaban su ecosistema como punto de abandono de mascotas exóticas.
Monumento de homenaje a las víctimas del 11-M
Un gran cilindro de cristal frente a la Estación de Atocha nos recuerda que, la mañana del 11 de marzo de 2004, este lugar quedo marcado para siempre por el trágico atentado terrorista que acabó con la vida de 193 personas. El monumento, de 11 metros de altura y 9,5 metros de diámetro, fue inaugurado por los Reyes de España en 2007. Desde el vestíbulo de la estación puede accederse a su interior, una sala diáfana de color azul en cuyas paredes se leen cientos de mensajes de condolencia que ciudadanos anónimos dejaron escritos en la estación tras el atentado.
Servicios para los viajeros en Atocha
Consignas de la Estación de Atocha
Un servicio muy valorado por los viajeros en la Estación de Atocha es el de las consignas, ya que permite emplear las taquillas como un lugar seguro –con vigilancia– donde dejar el equipaje. Es frecuente que el horario de los trenes no coincida con el de entrada o salida de nuestro hotel, por lo que el espacio de consignas de la Estación de Atocha nos brinda unas horas de libertad para recorrer la ciudad sin maletas.
Las consignas están ubicadas en la planta 0, justo al fondo del Jardín tropical, y tienen un horario bastante amplio: de 5:30 a 22:20 horas. Además, se puede elegir entre tres tamaños de taquilla: pequeña, mediana o grande. Los precios varían en función del tiempo contratado, desde horas a días completos. La página web de Adif ofrece información actualizada de sus tarifas.
Restaurantes en Atocha
La Estación de Atocha funciona como un micromundo, un lugar de paso donde el viajero lo tiene todo para entretenerse y aprovechar las esperas. Puede ir de compras, pasear por un jardín tropical o bien elegir alguno de sus espacios de restauración para saciar el apetito o deleitar el paladar. En su mano está tomar un café, un snack o algo rápido en Burger King, Rodilla, Gambrinus, Enrique Tomás, Foodissimo, Puro Gusto, Café Espresso, etc. O bien, si dispone de tiempo, puede elegir un restaurante de categoría como Samarkanda, que ofrece en un ambiente tranquilo sabrosas recetas mediterráneas e, incluso, cócteles. Suele abrir de 12 de la mañana a 12 de la noche, excepto los domingos y lunes que cierra a las 4 de la tarde.
Qué ver cerca de Atocha
La céntrica situación de la Estación de Atocha permite acceder a lugares icónicos de la capital madrileña en muy pocos minutos. Si llegas con tiempo a la estación, o dejas tu equipaje en consigna, aprovecha para dar un paseo por los alrededores, o bien para visitar algunos de los mejores museos de Madrid.
Museo Reina Sofía
El Museo Nacional Reina Sofía, uno de los museos del llamado ‘Triángulo del Arte’ de la capital se encuentra ubicado justo enfrente de la Estación de Atocha. Basta cruzar la glorieta de Carlos V para que este icónico espacio surja frente a nuestros ojos. Ubicado en un antiguo hospital, y con una llamativa ampliación llevada a cabo por Jean Nouvel, ofrece en sus fondos numerosas obras de Dalí, Miró y Juan Gris. Sin embargo, su pieza estrella es el lienzo El Guernica, de Pablo Picasso.
Dispone de exposiciones temporales, que se renuevan continuamente, además de dos excelentes restaurantes en sus instalaciones. En el edificio de Sabatini, el antiguo, se encuentra Arzábal, que cuenta con una terraza ajardinada, y en el nuevo, de Nouvel, se ubica NuBel, un espacio con una decoración vanguardista donde se sirve cocina mediterránea.
Paseo del Prado
El Paseo del Prado desemboca en la glorieta de Carlos V –donde se ubica la Estación de Atocha–, por lo que representa una excelente opción tanto para caminar como para acercarse a algunos espacios imprescindibles de Madrid. En un corto trayecto de diez minutos, salen al paso lugares como el Jardín Botánico; el CaixaForum Madrid, con un llamativo jardín vertical; el Museo Nacional del Prado, el más importante de la capital; y fuentes como Neptuno y Cibeles.
Parque del Retiro
El Parque del Retiro, a escasos diez minutos caminando desde Atocha, es junto a la Casa de Campo, una de las grandes zonas verdes de Madrid. En sus 125 hectáreas hay lugar para caminar, practicar running e ir en bicicleta o patines. Este espacio ofrece en su interior un gran estanque con barcas, además de salas de exposiciones de la categoría del Palacio de Velázquez, la Casa de Vacas y del Palacio de Cristal. Entre sus alamedas salen al encuentro bonitos jardines como la Rosaleda y numerosas fuentes y esculturas. Entre las fuentes más singulares está la del Ángel Caído, una de las pocas del mundo dedicada a satanás.
Entre los eventos que más visitantes atrae cada año al Parque del Retiro están la Feria del Libro y los fuegos artificiales durante la Feria de San Isidro.