Monumentos como la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro, el Teatro Romano o el mercado de Atarazanas, nos trasladan a un fértil pasado. Numerosos museos como el Picasso, el Thyssen o La Térmica, centro abierto a las últimas tendencias del arte, muestran la efervescencia de una ciudad que apuesta por la cultura.
Descubre qué ver en Málaga, dónde el viajero no deja de descubrir atractivos en una ciudad que se abre al mar Mediterráneo, tranquila, luminosa y dinámica.
- Museo Picasso
- Tivoli World
- Alcazaba de Málaga
- Teatro Cervantes
- Catedral de Málaga
- Palacio Episcopal
- Gibralfaro
- Plaza de la Merced
- Museo Thyssen de Málaga
- Teatro Romano de Málaga
- Playa de la Malagueta
- Otras playas de la ciudad
- Paseo Marítimo de Málaga
- Mercado Central de Málaga
- Calle Larios
- Plaza de la Constitución
- Plaza de toros de Málaga
- Museo Pompidou
- Barrio del Soho
- Puerto de Málaga
- Parque de Málaga
- Dónde comer en Málaga
Museo Picasso, todas las etapas del genio malagueño
Málaga es una ciudad que apuesta por la cultura. Sus monumentos y su oferta museística cada vez atraen a un mayor número de viajeros. El Museo Picasso es uno de los centros más atractivos de la ciudad andaluza. Se ubica en el casco antiguo, en el palacio nazarí de Buenavista. Imposible un espacio más adecuado para albergar la ecléctica y rompedora obra del creador, nacido en Málaga un 25 de octubre de 1881. Si algo le entusiasmaba a Picasso era mezclar distintos lenguajes y estilos. Aquí, la arquitectura renacentista convive con elementos mudéjares.
En el interior los lienzos, esculturas y cerámicas del artista, se exponen bajo deslumbrantes techos de madera y en el subsuelo asoman ruinas fenicias y romanas. En el patio se puede escuchar el rumor de una pequeña fuente de inspiración árabe, rodeada de buganvillas y naranjos. La remodelación del edificio fue dirigida por el arquitecto Richard Gluckman, junto a Isabel Cámara y Rafael Martín Delgado. En 2006 —tres años después de la inauguración del museo— el proyecto obtuvo el Institute Honor Awards for Architecture, otorgado por el American Institute of Architects.
En la fundación del centro resultó fundamental el interés y generosidad de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, nuera y nieto del artista. Cumpliendo la voluntad del pintor, ambos cedieron a Málaga las obras que componen la colección permanente. El Museo Picasso de Málaga se une a otros museos dedicados al pintor en distintos puntos de la geografía española.
Adquiere un significado especial porque se encuentra en su ciudad natal y porque recorre toda su trayectoria. A través de 166 obras, repartidas en 11 salas, los visitantes pueden observar la evolución de Picasso. Aquí hay muestras de sus primeros trabajos y de las célebres fases azul y rosa. Y no faltan obras de sus etapas cubista y surrealista.
La muestra expositiva recorre el universo de Picasso a lo largo de ocho décadas de continua experimentación. Si algo queda claro en el recorrido es la capacidad del autor de El Guernica por experimentar y absorber todas las corrientes artísticas, adaptándolas a su mirada, a su intenso flujo creativo. Todos los Picassos están presentes en el Museo Picasso de Málaga. El centro también se abre, a través de distintas muestras temporales, a un diálogo con otras personalidades de la vanguardia.
Tivoli World, un clásico de las atracciones
En el municipio de Benalmádena, a tan sólo 20 kilómetros de la ciudad de Málaga, se encuentra el parque de atracciones Tivoli World. Un lugar que no pueden perderse los amantes de la diversión y las emociones fuertes. El espacio, todo un clásico en la región, fue inaugurado en 1972 por la familia danesa Olsen. Se levantó siguiendo el modelo del innovador Tivoli World de Copenhague. Y desde entonces ha sido visitado por más de 30 millones de personas.
Considerado uno de los mayores parques temáticos de Andalucía, su gigantesco recinto alberga un total de 40 atracciones, a las cuales se suman numerosas tómbolas, espectáculos y conciertos, restaurantes temáticos y tiendas. A pesar de que su público objetivo es el infantil, algunas atracciones de vértigo, como la Torre de Caída Libre de 60 metros o la mítica Montaña Rusa, acaparan también la atención de los adultos.
Una de las claves del éxito del parque radica en sus continuas reformas y actualizaciones. Pero el ambiente vintage del lugar, su estética setentera, se mantienen. Es un atractivo añadido que entusiasma a muchos visitantes nostálgicos. Algunas de las primeras atracciones del Tivoli siguen funcionando, como el teleférico o la clásica noria. Y junto a ellas se encuentran otras que nada tienen que envidiar a parques más modernos.
La oferta de ocio del Tivoli World es muy amplia. Se organiza por zonas temáticas: El salvaje oeste, Andalucía, España, la jungla… En cada una de ellas abundan atracciones mecánicas y tómbolas de distinta índole. El espacio también cuenta con numerosos escenarios. El Tivoli Theatre el más emblemático del recinto. En función de la época del año, este teatro al aire libre brinda más o menos conciertos de artistas importantes y espectáculos infantiles.
Alcazaba de Málaga, viaje a un pasado de esplendor
Si hay un lugar en Málaga que deslumbra a los visitantes es la Alcazaba. Se encuentra en el centro histórico de la ciudad, sobre las faldas del monte Gibralfaro. La mirada queda prendida de esta enorme fortificación, doblemente amurallada, que data de la época árabe. Fue construida en el siglo XI por el rey de taifas bereber de Granada Badis ben Habús y su recinto ocupa una extensión de 15.000 metros cuadrados. Se puede visitar subiendo a pie o en ascensor desde la calle Guillén Sotelo, frente al Ayuntamiento.
El exterior de la Alcazaba (Ciudadela) es una roca, áspera e inexpugnable. En su día los Reyes Católicos no tuvieron fácil su conquista. En el interior sorprenden patios, jardines y estanques de gran belleza. El recinto está protegido por el Castillo de Gibralfaro, construido en lo alto de la colina en el siglo XIV. El conjunto ha sufrido ataques, terremotos e incendios a lo largo del tiempo. Y ha tenido distintos usos: prisión, hospital y zona de viviendas en su parte baja. En los años 30 del siglo XX comenzaron los trabajos de rehabilitación y el recinto fue declarado Patrimonio histórico de España (en la actualidad, Bien de Interés Cultural).
En el recorrido por sus espacios hay que hacer paradas en la Plaza de Armas, el sitio donde se instalaron los cañones de artillería tras la conquista cristiana. Se encuentra junto a la Torre de la Vela y, a través de la Puerta de la Coracha, conduce al corredor amurallado que conecta con el castillo. También destaca la Torre del Homenaje, del siglo XV, y el Palacio, donde se encuentran las dependencias que habitaron los reyes taifas y posteriormente los nazaríes.
Su decoración recuerda a la Alhambra de Granada. Cuenta con rincones tan bellos como el Patio de los Naranjos y el de los Surtidores, con una fuente central y arcos originales de la época califal. Desde este patio se accede a la Torre de la Armadura Mudéjar y a la Torre de Maldonado, que ofrece una bella panorámica de Málaga.
Teatro Cervantes, escenario del Festival de Cine de Málaga
El Teatro Cervantes es el más antiguo de Málaga. Fue inaugurado el 17 de diciembre de 1870, con una versión sinfónica de la ópera Guillermo Tell. El edificio, obra del arquitecto Gerónimo Cuervo, se caracteriza por su sobria fachada neoclásica. Cuenta con un elegante patio de butacas en forma de herradura y con cuatro pisos de altura. En su día llamó la atención por su gran capacidad (2.300 localidades, hoy reducidas a 1.171) y por la decoración interior, realizada por el pintor Bernardo Ferrándiz.
Un gran lienzo de este artista destaca en el techo del patio de butacas. Se trata de Alegoría de la Historia, Industria y Comercio de Málaga, una pieza alegórica que representa a una ciudad floreciente económicamente. En otra de las pinturas de Ferrándiz, el propio pintor aparece autorretratado en la figura de Mefistófeles, que abre la cortina a un mundo poblado por personajes dramáticos.
Pese al éxito que disfrutó en su momento, la trayectoria del Teatro Cervantes atravesó una etapa de decadencia. En 1950, sus propietarios modificaron su distribución y el diseño original. Se habilitó un bar y se acondicionó el lugar como sala de cine. En 1984 el Ayuntamiento de la ciudad adquirió el edificio y emprendió una profunda reforma que recuperó su esencia. La gran reapertura, presidida por la Reina Doña Sofía, tuvo lugar el 6 de abril de 1987. Fue amenizada por la Orquesta Sinfónica Ciudad de Málaga. El éxito de la remodelación fue tal que el nuevo Teatro Cervantes obtuvo los premios Europa Nostra de la UNESCO y Mejor Rehabilitación Andaluza de 1987.
Desde su reapertura, el Cervantes ha mostrado en sus tablas todo tipo de espectáculos. Comedias, dramas clásicos, óperas, ballets, conciertos de jazz, flamenco, rock y musicales, constituyen su variada programación. Sin embargo, el evento que le ha granjeado más popularidad es el Festival Español de Cine de Málaga. Se celebra desde 1998, cada primavera, habitualmente en abril. Se trata de una de las citas más importante de la cinematografía española. Compiten los principales estrenos del año y también se muestran obras de menor difusión como documentales y cortometrajes.
Catedral de Málaga, de mezquita a templo cristiano
La Catedral de Málaga es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad andaluza. Su historia es la de una transformación, ya que pasó de mezquita a templo cristiano en tiempos de la reconquista. Esta joya del Renacimiento es conocida por los malagueños como “La Manquita”, un apelativo que hace referencia al estado inconcluso de una de sus dos torres, la sur. Los fustes de las columnas inacabadas se han convertido, con el paso del tiempo, en una de las señas de identidad de la construcción. Lejos de restarle interés, le han otorgado un singular carácter.
El arquitecto Diego de Siloé fue el encargado de fijar el trazado de la basílica, que se levantó en honor a la Virgen de la Encarnación. Desde cualquier punto de la ciudad asoma la catedral. Es todo un símbolo, un indiscutible punto de referencia para los visitantes. La fachada principal es de estilo barroco y la espacialidad del interior, las perspectivas y juegos de luces, así como las obras de arte que se atesoran, la dotan de un gran atractivo.
La Capilla Mayor es el espacio más relevante de la catedral. Pero hay otros muchos rincones que llaman la atención en este espacio religioso. Una buena manera de concluir la visita es ascender hasta sus cubiertas para contemplar algunos de los rincones más especiales de la ciudad, como el castillo de Gibralfaro, la Alcazaba o el puerto.
Palacio Episcopal, un complejo arquitectónico y muy cultural
Ante todo, conviene que saber que el Palacio Episcopal de Málaga no es un edificio como tal, sino un conjunto de edificaciones delimitadas por la Plaza del Obispo y las calles Santa María, Molina Lario, Salinas y Fresca. Cada una de estas construcciones data de una época diferente y tiene su propio estilo arquitectónico.
De todos los edificios destaca el palacio que da a la Plaza del Obispo, levantado a partir de 1762 por iniciativa del arzobispo José F. Lasso de Castilla. Del diseño se encargó, en primera instancia, el arquitecto José de Bada y, a su muerte, Antonio Ramos. Las obras las terminaría José Martín de Aldehuela.
Su característica fachada barroca, con tres alturas, está presidida por una portada-retablo realizada con gran maestría y, en su conjunto, supone una de las estampas más reconocibles del centro de Málaga. Desde 2019 este monumento es la sede del Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga, que organiza aquí todo tipo de exposiciones temporales y otras acciones de divulgación artística y cultural.
Gibralfaro, un lugar con vistas
El Castillo de Gibralfaro es uno de los rincones más visitados de Málaga. Y también de los más simbólicos. Su imagen figura en el escudo de la ciudad, otorgado por los Reyes Católicos en 1494. Recibe su nombre del faro que había en la cúspide (Jabal-Faruk) y regala una de las vistas más espectaculares que se pueden ver de la ciudad. Hacerse una idea del entorno desde aquí es muy recomendable para quienes visitan el lugar por primera vez. Gibralfaro es un espléndido mirador desde el que contemplar las siluetas del puerto, la catedral y la Plaza de Toros.
Subido a esta atalaya el visitante puede forjarse una idea de la configuración del casco histórico. Durante los días claros, incluso es posible divisar algunos montes de la cordillera del Rif, en África, y el estrecho de Gibraltar. De nuevo en este rincón malagueño viajamos al pasado, a los tiempos del emirato de Abderramán I, a finales del siglo VIII. Sin embargo, las primeras crónicas árabes que mencionan la edificación datan de mediados del siglo XII.
El castillo está situado detrás de la Alcazaba, con la que se comunica, y dispone de dos líneas de murallas y ocho torreones, entre los que se encuentran la Torre Mayor, con 17 metros de altura, y la Torre Albarrana o Torre Blanca, una de las más visibles, que conserva en su interior un aljibe. También es muy singular el Pozo de Airón, excavado en roca viva y con una profundidad de 40 metros, que se halla en la parte superior.
En el Patio de Armas, donde se encontraban los barracones destinados a la tropa y las caballerizas, se celebran en verano recitales de música de diferentes estilos: jazz, étnica, clásica, flamenco… Algunas escenas de la película Scent of Mystery, dirigida por Mike Todd y protagonizada por Liz Taylor, se rodaron en las dependencias del castillo en el año 1959. Actualmente, en su parte superior, en el que fuera el antiguo polvorín, se encuentra el Centro de Interpretación Gibralfaro. Aquí se puede contemplar una exposición que repasa toda la trayectoria del castillo.
Plaza de la Merced, epicentro de cultura y de la política
La de la Merced es, sin duda, la plaza del centro de la ciudad con más personalidad y la más querida por los propios malagueños. Un rectángulo rodeado por algunos de las casas y palacios con más historia de Málaga. Entre ellos el complejo de las llamadas Casas de Campo, actual sede de la Fundación Picasso Museo Casa Natal, espacio cultural del que hablamos de una forma detallada más adelante.
No solo Picasso vivió en este lugar, también algunos personajes de importancia histórica, como el general Riego, líder del pronunciamiento militar que acabó con el reinado de Fernando VII y que supuso la llegada de la I República, en 1820. También residieron aquí el escritor Juan José Relosillas, el escultor Fernando Ortiz, el pintor Bernardo Ferrándiz y el arquitecto Gerónimo Cuervo, entre otros.
Antes de la llegada de esos artistas, la plaza fue mercado público (en el siglo XV) y posteriormente, punto de encuentro para la burguesía del siglo XIX. En ese mismo siglo, en concreto en el año 1842, se colocó en el centro de la plaza el monolito como homenaje al general Torrijos que hoy sigue siendo una referencia de la Plaza de la Merced.
Aquí está también el Teatro Cervantes, sede de Festival de Cine de Málaga, entre otros eventos, y del que ya hemos hablado. Por tanto, es fácil deducir que la Plaza de la Merced ha sido a lo largo de la historia uno de los epicentros culturales de Málaga.
Museo Thyssen de Málaga, un recorrido por la pintura del XIX
El Museo Carmen Thyssen de Málaga es otro de los espacios museísticos que ha enriquecido la oferta cultural de la ciudad. La sede del centro de arte se ubica en el Palacio de Villalón, en pleno centro histórico, a un paso de la elegante calle Marqués de Larios y de la Plaza de la Encarnación. Se inauguró en 2011 y está dedicado a la pintura del siglo XIX, con fondos reunidos por Tita Cervera, la baronesa Thyssen.
La residencia de Villalón es un ejemplo de arquitectura civil renacentista. Fue erigida entre finales del siglo XV e inicios del XVI. Para acoger el nuevo espacio expositivo fue sometida a una intensa rehabilitación. El estudio RG+ASOCIADOS se ocupó de recuperar las trazas originales, anexionando al conjunto nuevos espacios. El objetivo de la obra fue integrar de manera lo más armónica posible las dependencias históricas de la residencia palaciega y los espacios contemporáneos.
El Museo Thyssen de Málaga presenta una colección diseñada con sumo cuidado por su dueña, ideal para analizar el devenir de la pintura española —y andaluza en particular—a lo largo del siglo XIX. La misma se articula mediante cuatro ejes bien diferenciados. El primero corresponde a los maestros antiguos. Reúne pinturas y esculturas que van desde el siglo XIII al XVIII, predominando en ellas la temática religiosa. Entre las obras más sobresalientes de este área destaca la Santa Marina de Francisco de Zurbarán.
El segundo tramo expositivo alberga obras de paisaje romántico y costumbrismo. Entra ya de lleno en la primera mitad del siglo XIX, en la etapa en la que los viajeros románticos que llegaban a España idealizaron el país y lo cargaron de imágenes estereotipadas de gitanas, toreros y arquitectura morisca, entre otros elementos. El tercer tramo se centra en el preciosismo y la pintura naturalista. Y el último nos acerca al Fin de siglo. Aquí destacan los lienzos de Ramón Casas, Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny o Julio Romero de Torres, entre otros.
Teatro Romano de Málaga, historia de un descubrimiento
Situado en el centro histórico de la ciudad, el Teatro Romano de Málaga se encuentra a los pies de la Alcazaba. Está muy cerca de la Catedral de la Encarnación, la Plaza de la Aduana y a unos pocos metros de distancia del Museo Picasso. El edificio conserva gran parte del graderío o cavea, la orchestra y la scaena originales, aunque hubo que realizar considerables obras de restauración en algunas zonas.
El recinto permaneció oculto durante siglos. No fue hasta 1954 cuando emergieron los primeros restos de una antigua muralla. Sucedió durante los trabajos para la recuperación de la Casa de la Cultura, el edificio que estaba situado justo encima del teatro. Las obras se paralizaron, debido a la sospecha de que pudieran aparecer más restos arqueológicos. Años después el Consistorio decidió excavar todo el solar y se descubrió el antiguo teatro romano, enterrado y en muy buen estado de conservación.
Este interesantísimo recinto data de los primeros años del Imperio Romano, coincidiendo con la época de Augusto. Actualmente está gestionado por la Junta de Andalucía y ha sido declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento Artístico. Junto al Teatro Romano se alza otra construcción muy interesante: el Centro de Interpretación del Teatro Romano. Se trata de un edificio moderno, formado por un gran cubo de acero, madera y cristal. En él se puede realizar un recorrido virtual sobre las labores de excavación que se llevaron a cabo. También se recrea la vida y costumbres de la época en la que el teatro acogía los más destacados dramas romanos.
Playa de la Malagueta, un baño en el centro de la ciudad
Málaga es una de esas ciudades que cuenta con el regalo de una playa muy céntrica. Se encuentra en el popular barrio del mismo nombre. Abarca más de 1.200 metros de extensión, está a poca distancia del puerto y destaca por su animado ambiente. A la Malagueta se acude a darse un refrescante baño y a comer en alguno de los chiringuitos de la zona. El área fue un antiguo enclave de pescadores. También había astilleros y una gran zona industrial ocupada por fábricas azucareras y bodegas.
Con la construcción de Plaza de toros de la Malagueta y el Hospital Noble, el barrio comenzó a resurgir y empezaron a levantarse las primeras viviendas. En la actualidad está totalmente desarrollado, con infraestructuras de primer nivel y con preciosos rincones por los que perderse. Entre ellos destaca el Paseo de Reding. En él llaman la atención algunos ejemplos de casas con carácter burgués y se ubican edificios tan emblemáticos como la Plaza de Toros o el Palacio de la Tinta.
Otras playas de la ciudad, de las familiares a las malagueñas puras
Aparte de la playa de La Malagueta, sin duda la que tiene una mayor personalidad, el frontal marítimo de Málaga lo ocupan otras playas entre las que destacamos las siguientes:
La Caleta
Situada a continuación de La Malagueta, se trata de un arenal de unos 1.000 metros de longitud, en paralelo al Paseo Marítimo de Pablo Picasso. Se trata de una playa muy frecuentada por familias con niños.
El Pedregalejo
A continuación de la anterior, en dirección Este, por su pequeña longitud y estrechez es más una cala que una playa. Eso sí, con un popular chiringuito en verano.
Baños del Carmen y Las Acacias
Es una sucesión de calas artificiales en forma de semicírculo y delimitadas por espigones de rocas. Son ideales para personas que busquen bañarse en un mar tranquilo y sin apenas oleaje.
Playas del Palo
Con el mismo concepto que las anteriores y situadas frente a ese popular barrio malagueño. En total, unos 1.200 metros de sucesivas calas con unos 25 metros de anchura cada una.
Playa de Huelin y La Misericordia
Se trata del mismo arenal, que se extiende al Sur del puerto de Málaga. Tiene una extensión de unos 2 kilómetros y una anchura media de 30 metros. Es la gran playa para los habitantes de esta ciudad, muchos de los cuales viven en los barrios que hay junto a ella.
Playa de Guadalmar y San Julián
A las afueras de la ciudad, junto a la carretera de Cádiz (MA-20), son las playas menos urbanizadas de la ciudad. De hecho, en algún tramo es habitual el nudismo.
Paseo Marítimo de Málaga, entre chimeneas
El Paseo Marítimo de Málaga también es conocido como Paseo Marítimo Antonio Banderas. Tiene una extensión de 2,5 km y es uno de los indiscutibles lugares de encuentro de los malagueños. Aquí se puede tomar el pulso a esta ciudad que mira hacia el mar. El recorrido abarca la totalidad de la Playa de la Misericordia. Hacia el este se transforma en el Paseo Marítimo de Antonio Machado. Y al oeste está delimitado por un gran espigón. Se usaba para refrigerar con agua salada la antigua central térmica, y por ello es conocido como El Espigón de la Térmica.
El entorno está lleno de atractivos. La playa de la Misericordia es perfecta para darse un chapuzón, tomar el sol y comer algo en los chiringuitos y restaurantes de los alrededores. Tiene dos kilómetros de longitud y debe su nombre a un antiguo hospicio dedicado a la beneficencia. La Casa de la Misericordia estuvo activa hasta 1978. Desde 2012 es el espacio cultural más dinámico de la ciudad. Todo amante del arte contemporáneo debe acercarse a La Térmica en busca de las últimas tendencias.
Junto con las palmeras y los edificios, un conjunto de chimeneas dota de carácter al Paseo Marítimo de Málaga. En este enclave se ubicaba en el pasado la industria malagueña, con sus fábricas, hornos y chimeneas. Estas últimas definen hoy las señas de identidad de esta dinámica zona de la ciudad.
Mercado Central (o Mercado de Atarazanas)
El Mercado Central de Málaga se conoce también como Mercado de Atarazanas. Es un lugar de alta actividad en pleno corazón de la ciudad. Se trata de un edificio de clara apariencia industrial decimonónica. Pero posee un pórtico central de estilo nazarí, decorado con detalles neoárabes. También llama la atención una enorme vidriera, situada en la fachada opuesta al pórtico central, que representa el puerto de Málaga y la ciudad durante el siglo XVI.
El lugar donde se ubica es el mismo que, en la época musulmana, ocupaban los astilleros (siglo XIV). Esto explica su nombre (traducido del árabe, “atarazanas” significa “lugar donde se reparan barcos”). Tras la conquista de la ciudad, el edificio adoptó diversos usos: convento, almacén, cuartel, hospital militar… Hasta que en el siglo XIX, coincidiendo con el derribo de las murallas de la ciudad (a las cuales estaba adosado el edificio), se decidió derruir también la mayor parte de su estructura. Fue el arquitecto Joaquín Rucoba el que llevó a cabo una completa obra de reconstrucción entre 1876 y 1879. Utilizó una gran cantidad de hierro y salvó el arco original.
Actualmente este mercado cubierto está distribuido en dos zonas claramente diferenciadas. Por un lado, el mercado de abastos, donde comprar frutas y verduras, pescados y mariscos, carnes, chacinas y casquería, encurtidos y salazones. Por otro lado, los bares y puestos de tapas, que son la gran novedad después de la reforma. Otra de las novedades son las terrazas exteriores, situadas en el perímetro del edificio, y que lo convierten en un polo de atracción para aquellos que busquen lo mejor de la cocina típica malagueña.
Calle Larios, la arteria comercial más disputada
La calle Marqués de Larios ―popularmente conocida como calle Larios― vertebra el centro histórico de la ciudad de Málaga, conectando el puerto con la Plaza de la Constitución. Considerada una de las calles decimonónicas más bellas de España, en la actualidad la calle Larios ostenta el tercer puesto en el ranking de calles más caras de España.
Es también una de las vías comerciales más activas de la ciudad, por lo que aquí las marcas franquiciadas compiten a la hora de conseguir un local libre. Bulliciosa y acogedora a partes iguales, la calle Larios toma parte activa en la vida social y cultural de Málaga. Mientras que en Navidad la calle se viste de gala, en agosto se convierte en uno de los principales puntos de encuentro de la Feria de Málaga.
Plaza de la Constitución
Si la calle Larios es el eje que vertebra el casco antiguo de Málaga, la centenaria plaza de la Constitución es su centro neurálgico por excelencia. Ubicada en el centro de la vida social, cultural y política de la ciudad desde los tiempos de la reconquista, esta plaza conecta en escasos minutos con lugares tan importantes como la Catedral, el Teatro Romano o la Alcazaba.
Conocida de mil maneras a lo largo de su dilatada historia, la plaza adquiere su nombre actual tras la promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812. Y es que, durante 500 años este espacio diáfano ha albergado instituciones tan notables como el Ayuntamiento de Málaga, la Casa del Corregidor, la cárcel o la Audiencia. Hoy en día, sin embargo, muchas han sido trasladas o, directamente, desaparecido.
En su lugar, hoy la plaza de la Constitución nos ofrece otros edificios interesantes como la Escuela de San Telmo o la Casa del Consulado. En un lateral de la misma también podemos contemplar la famosa fuente de Génova (o de Carlos V), una fuente de mármol datada, nada más y nada menos, que del siglo XVI
El otro gran atractivo de esta plaza son los festejos y celebraciones que recibe de manera habitual. La colocación de las casetas de la Feria de Málaga en agosto, o la toma de las doce uvas en Nochevieja son eventos que acontecen aquí, en la plaza de la Constitución.
Plaza de toros
La Plaza de toros de Málaga, inaugurada en 1876 por el arquitecto Joaquín Rucoba, se encuentra situada a escasos metros del puerto, junto al Paseo de Reding. “La Malagueta”, como se la conoce popularmente, fue construida en estilo neomudéjar y su planta, compuesta de 16 lados, puede contemplarse desde el mirador de Gibralfaro. Declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, este coso taurino alberga desde su última restauración un Museo Taurino con colecciones que recorren el arte de la tauromaquia durante sus últimos seis siglos.
Afortunadamente, atrás han quedado los fatídicos días en los que La Malagueta sirvió como campo de concentración a los militares sublevados durante la Guerra Civil. En la actualidad, la plaza celebra multitud de festejos, entre los que destacan la “Corrida Picassiana” de la Semana Santa, la “Corrida de la Prensa” en junio, o las corridas de la Feria de Málaga en agosto.
Museo Pompidou
Una de las más recientes novedades del panorama cultural malagueño la encontramos en el Museo Pompidou, la primera sede internacional del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de Francia. Inaugurado en 2015 entre los muelles 1 y 2 del puerto de Málaga, este museo nos resultará familiar por el gigantesco cubo multicolor ―en realidad, una claraboya― que corona su edificio.
En su interior aguardan algunas de las obras del arte contemporáneo más prominentes del mundo, además de un gran número de piezas selectas traídas directamente del Centre Pompidou París. En total, 6300 metros cuadrados dedicadas exclusivamente a acoger tanto colecciones semipermanentes como temporales, por no hablar del Espacio Público Joven, una sala de acceso gratuito con exposiciones-taller enfocadas a niños de entre 6 y 12 años.
Si bien el precio de su entrada resulta accesible para todos los públicos, os puede interesar saber que el Centre Pompidou de Málaga es de acceso gratuito la Noche en Blanco ―un sábado de mayo―, el Día Internacional de los Museos ―18 de mayo― y el Día Internacional del Turismo ―27 de septiembre―.
Barrio del Soho
Lo que desde principios del siglo XXI se viene conociendo como el barrio del Soho se corresponde con unas 20 hectáreas del Ensanche Heredia. Justo las que están situadas entre la Alameda y el Muelle Heredia del puerto de la ciudad. Ahí, en torno al Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) y el Teatro Soho (antiguo Alameda), han proliferado galerías de arte, como la del pintor burgalés Ignacio del Río, La Canalla, la Galería JM o la Casa Grund. También varias tiendas de moda, complementos, diseño y objetos decorativos y personales, además de algunos bares, restaurantes y alojamientos con mucho estilo y sabor.
Elemento importante en este innovador barrio es el arte urbano, manifestado principalmente a través de graffiti firmados por artistas nacionales e internacionales de la talla de Obey o D’face. De hecho, la idea del proyecto MAUS (Málaga Arte Urbano Soho), iniciativa cultural que gestiona las instalaciones del barrio, es convertirlo en un enorme muro donde puedan plasmar sus creaciones los mejores autores de street art del planeta.
Puerto de Málaga
La llegada del siglo XXI trajo para Málaga la recuperación de su puerto como un espacio para el disfrute de ciudadanos y visitantes más allá de la actividad comercial o del trasiego de pasajeros. De esta forma, la ciudad se abrió al mar en pleno centro, convirtiendo la iniciativa en un agradable lugar para el paseo, la gastronomía, las compras, el arte y la práctica deportiva.
El origen estuvo en el rediseño y apertura del Muelle 1 y el Palmeral de las Sorpresas, a la que han seguido las del Muelle 2 y, más recientemente, la del Muelle Heredia, junto al artístico barrio de Soho.
Dentro de los nuevos espacios portuarios, brilla con especial fuerza el ya mencionado Centro Pompidou, uno de los grandes pilares del arte en Málaga. También el Club Mediterráneo que, desde 1873, es la referencia en la ciudad para los amantes de los deportes náuticos, pero también de otro tipo de actividades al aire libre.
Y, hoy por hoy, uno de los grandes atractivos del puerto de Málaga son sus buenos restaurantes, entre los que destaca el de José Carlos García, reconocido con una estrella Michelin.
Parque de Málaga
También se conoce como el Parque de la Alameda y, de hecho, es una prolongación de la Alameda Principal de Málaga. Con sus 30.000 metros cuadrados, es el gran espacio verde del centro de Málaga, ganado al mar a finales del siglo XIX y plantado con hasta 350 especies diferentes de flora tropical y subtropical.
Esto explica que sea uno de los mejores parques europeos en su género, aparte de uno de los lugares más agradables de la ciudad.
El parque, en paralelo al mar, se distribuye en geométricas calles y avenidas arboladas, en las que se abren placitas decoradas por fuentes y esculturas. Y es que el arte también tiene una gran importancia en este espacio, con obras tan destacables como las ninfas del Cántaro y la de la Caracola, las estatuas alegóricas del Verano y del Invierno y la llamada Dama Goyesca.
A lo largo del año, además, tienen lugar varias representaciones escénicas y actos de todo tipo en el auditorio Eduardo Ocón, construido en los años 60 del siglo XX en pleno corazón del parque.
Dónde comer en Málaga
Quizás la cuestión no sea dónde comer en Málaga, sino qué y cómo se quiere comer en Málaga. Por la gran cantidad de bares y restaurantes de la ciudad (casi uno por manzana), lo primero que hay que decidir es si se quiere comer “de tapas” o “de sentado”.
Si se prefiere esta segunda opción, las alternativas son tan brillantes como la del ya mencionado restaurante de José Carlos García, en pleno puerto y abanderado de la alta cocina malagueña. También está el gastrobar La Santa María del Hotel Barceló, con su propuesta de cocina actual, viajera y divertida.
Y no menos recomendables resultan los restaurantes Figón de Juan (Pasaje Esperanto, 1), que apuesta por la cocina clásica de pescado; La Cosmopolita (José Denis Belgrano, 3), que reactualiza el concepto de cocina popular malagueña en platos tan sabrosos como sus guisos modernos y los arroces; y Tercer Acto (Córdoba, 13), el gastro bar del Teatro Soho, que ofrece una cocina fusión donde lo japonés tiene un protagonismo principal.
Si quieres continuar tu visita por los encantos de Andalucía, no puedes dejar de visitar nuestras completas guías turísticas de Huelva, Cádiz, Almería, Sevilla y Granada.