Asomada hacia las aguas del Atlántico, Casablanca es la ciudad más grande de Marruecos, la más poblada (con unos 4 millones de habitantes) y su principal puerto; es el centro económico y comercial más importante del país y, en general, del noroeste de África. Pero no solo eso.

Efervescente y cosmopolita, Casablanca conecta sus profundas raíces históricas, desde su fundación como la antigua Anfa, en el siglo XI, con el singular entusiasmo vital que caracteriza a las grandes urbes del continente africano en el siglo XXI. Las antiguas mezquitas se entrelazan con los modernos edificios de negocios; los centros comerciales con los zocos; un viejo café y un restaurante de alta cocina…, modernidad y tradición dan lugar a un coctel de experiencias que, desde luego, no tiene desperdicio.

En todo caso, más allá del manido cliché del clásico hollywoodense de la gran pantalla, Casablanca es una ciudad apasionante en la que se reflejan todas las caras de Marruecos, desde la más tradicional hasta la más ecléctica y vanguardista, y recorrerla supone descubrir y disfrutar de auténticas maravillas.

  1. Mezquita de Hassan II, el gran icono de Casablanca
  2. La Corniche, la ciudad con vistas al mar
  3. Medina de Casablanca, herencia y tradición
  4. El Palacio Real, joya de la corona
  5. Rick’s Café, de la pantalla a la realidad
  6. Plaza de las Naciones Unidas, puente entre ayer y hoy
  7. Plaza Mohammed V, el corazón de la Casablanca “europea”
  8. Quartier Habous, la nueva medina
  9. Parque de la Liga Árabe, el pulmón verde de Casablanca
  10. Morocco Mall, la Casablanca más moderna
  11. Catedral de Casablanca, joya arquitectónica
  12. Dónde comer en Casablanca
  13. Dónde alojarse en Casablanca

Mezquita de Hassan II, el gran icono de Casablanca

Con su gran minarete de 200m de altura, asomado al mar, como si fuese un enorme faro, la Mezquita de Hassan II es uno de los iconos indiscutibles de Casablanca y, desde luego, un lugar de visita obligada.

 

 

Inaugurada en 1993, es una de las cinco mezquitas más grandes del mundo –su sala de oración puede albergar hasta 25.000 personas– y toda una proeza arquitectónica. Las frescos y zelliges (azulejos cerámicos fabricados a mano), los elementos decorativos en madera pintada y tallada, los innumerables estucos y arabescos con motivos geométricos o caligráficos…, el lugar es una auténtica oda al delicado trabajo de los maestros artesanos marroquíes.

Además, la de Hassan II es la única mezquita abierta para no-musulmanes en todo Marruecos, aunque el acceso solo se permite a través de visitas guiadas; el coste de la visita es de unos 12€ por persona y estas se realizan todos los días en horarios determinados.

mezquita de hassan II
Mezquita de Hassan II

La Corniche, la ciudad con vistas al mar

Bordeando la mayor parte del litoral atlántico de la ciudad, este largo paseo marítimo ofrece una colección de experiencias para todos los gustos, desde playas para practicar surf hasta algunos de los mejores restaurantes y clubes nocturnos de Casablanca.

Podría decirse que La Corniche comienza, al norte, en la pequeña península de El Hank, coronada por su histórico faro, y continúa hacia el sur hasta la playa de Aïn Diab. Sin embargo, la ciudad no para de crecer y en los últimos tiempos se ha incluido también el tramo que va desde el faro hasta la Mezquita de Hassan II, totalmente reformado, y, por el extremo contrario, todo el entorno del enorme Morocco Mall y la playa de Madame Choual. Sea como fuere, cualquier visita a la ciudad debe incluir un paseo –a pie, en bicicleta, en patines…– por esta animada zona costera.

La propia Mezquita de Hassan II, el mencionado faro de El Hank, los restaurantes, las tiendas, los clubs de playa y discotecas de Lalla Meryem y Aïn Diab, y el exclusivo centro comercial Morocco Mall son solo algunos de los atractivos que se encuentran a lo largo de este kilométrico paseo marítimo frecuentado, de día y de noche, tanto por turistas como por los propios habitantes de la Casablanca. Las puestas de sol… sensacionales.

Corniche
La Corniche

Medina de Casablanca, herencia y tradición

Testigo de la rica herencia árabe e islámica de Marruecos, la vieja medina de Casablanca es, por supuesto, uno de los grandes atractivos de la ciudad. Y si bien es cierto que la de Casablanca no es tan antigua como la de Fez o Marrakech, sí que se puede percibir, claramente, el añejo encanto de las medinas árabes y magrebíes, con sus murallas, sus intrincadas callejuelas y pequeños cafés y tiendas de todo tipo.

En todo caso, a diferencia de las centenarias medinas de las Ciudades Imperiales (Marrakech, Fez, Rabat y Meknès), bañadas por los aromas de las especias y con ese aire exótico tan característico, aunque a veces demasiado turístico, la de Casablanca es más bien un lugar en el que la propia gente local desarrolla su día a día, con tiendas de productos básicos, talleres, cafés y teterías, alguna tienda de artesanías y pintorescos rincones, como la Plaza de Sidi Bousmara, la mezquita de Jamaa Chleuh y la Sinagoga Ettedgui, entre otros. Pero todo ello no quita que el lugar merezca una visita para contemplar, precisamente, una buena muestra del Marruecos más original, más ligado a la herencia y la tradición.

Además, en el extremo norte, muy cerca del Centro de Interpretación del Patrimonio de la propia medina se encuentran los restos de La Sqala, antiguas fortificaciones levantadas para proteger la ciudad en el siglo XVIII, y que aún hoy vigilan el puerto (aunque convertidas en un famoso restaurante de cocina tradicional).

medina de casablanca
Medina de Casablanca

El Palacio Real, joya de la corona

Este singular ejemplo de la mejor arquitectura islámica es una de las tantas residencias reales que se encuentran en prácticamente todas las grandes ciudades del país, y aunque solamente se puede ver por fuera su excepcional despliegue arquitectónico bien merece la pena –sobre todo si se combina con una visita al vecino Quartier Habous o al histórico palacio Mahkama du Pacha, también muy próximo al Palacio Real.

El gran complejo, construido a partir de la década de los años 20 del siglo pasado –a la par que la nueva medina–, alberga grandes jardines de estilo mediterráneo y todo tipo de espacios dedicados a las recepciones reales y actos protocolarios, así como las estancias del monarca y su familia. La fachada principal, con sus enormes arcos y portones ricamente decorados, es prácticamente lo único que se puede apreciar desde fuera.

palacio real de casablanca
Palacio Real

Rick’s Café, de la pantalla a la realidad

Curiosamente, ni un solo segundo de la famosa película de 1942 se filmó en Casablanca (todos los decorados se levantaron en los estudios de la Warner Bros. en Burbank, California, y los exteriores en otros puntos de Los Ángeles y el estado de Arizona). Sin embargo, el famoso Café de Rick en la ficción logró trasladarse al plano real cuando en 2004 abrió sus puertas esta réplica concebida para dar vida, de la manera más fidedigna posible, a aquel local tan especial regentado por el carismático, y cínico, Rick Blaine, interpretado por el mítico Humphrey Bogart.

Apoyado contra las murallas de la medina y alojado en una antigua casona tradicional cuidadosamente reformada y redecorada, el Rick’s Café ofrece buena comida, buenos cócteles y, por supuesto, buena música en directo, pero, sobre todo, ofrece un excepcional viaje hacia el interior de una de las grandes obras de la cinematografía de todos los tiempos. Un lugar mágico.

Plaza de las Naciones Unidas, puente entre ayer y hoy

Punto de conexión entre la antigua medina y la ciudad nueva, esta plaza es uno de los centros neurálgicos de la “Ciudad Blanca”. Y si bien es cierto que ha experimentado distintas transformaciones a lo largo del tiempo, desde antiguo zoco hasta símbolo de la urbanización colonial, hoy el lugar es un concurrido punto de reunión en pleno corazón Casablanca, donde se mezclan oficinas, locales de comida rápida, tiendas y viejos cafés, así como una importante parada de la red de tranvías de la ciudad.

El famoso edificio BMCI, de mediados del siglo XX; el clásico Hotel Excelsior, de estilo neoárabe; el peculiar domo conocido como «Kora Ardia» (Globo terráqueo), diseñado por el arquitecto Jean-François Zevaco, y la reproducción de la antigua Torre del Reloj de época colonial, entre otros edificios emblemáticos, son solo algunos de los atractivos de esta popular plaza, recientemente reformada, que, una vez más, aparece como ejemplo de esos distintos puntos de unión entre la Casablanca más tradicional y el rostro más actual de la ciudad.

Plaza Mohammed V, el corazón de la Casablanca “europea”

A poco más de un par de calles de la Plaza de las Naciones Unidas se encuentra otro notable espacio urbano que, en este caso, fue concebido para convertirse de cierto modo en el corazón de la nueva ciudad “europea”. Trazada en los años del Protectorado francés, a partir del gran plan urbanístico del Residente General (gobernador francés) Louis Hubert Lyautey y los arquitectos Henri Prost y Joseph Marrast, esta gran plaza es una singular mezcla de tradición y modernidad; o, dicho de otra manera, un resumen de la propia ciudad.

Inspirada en la Plaza Stanislas de la ciudad francesa de Nancy, lugar de nacimiento del propio mariscal Lyautey, la Plaza de Mohammed V está flanqueada por importantes edificios de la administración pública: la Prefectura, la Delegación regional del gobierno (Wilaya de Casablanca-Settat), el Consulado General de Francia, la Oficina de Correos, el Banco Central de Marruecos, el Palacio de Justicia… Todos ellos auténticas joyas arquitectónicas que mezclan de una manera única los matices hispanomusulmanes con el Art Déco. Y para coronar el espacio, una gran fuente circular deleita habitualmente a los paseantes con un bonito espectáculo con chorros de agua y música.

Además, para terminar de enlazar pasado y futuro, en el extremo oeste de la plaza se ha construido el espectacular Gran Teatro de Casablanca, un moderno centro de artes escénicas, diseñado por el arquitecto francés Christian de Portzamparc –premio Pritzker en 1994–, que abrirá sus puertas a finales de 2022.

plaza mohammed v
Plaza Mohammed V

Quartier Habous, la nueva medina

Construido también durante los años del Protectorado francés, este pintoresco barrio es conocido como la nueva medina y, como muchos otros testimonios de la época, supone una singular mezcla entre la arquitectura de matices moriscos o andalusíes y el Art Déco. Con sus callejuelas, plazoletas, fuentes, arcadas y puertas de piedra, su mezquita y sus baños árabes, cuesta creer que este espacio que sigue todos los códigos de una auténtica medina antigua haya sido construido en la primera mitad del siglo XX.

Recorrer sus calles empedradas significa encontrarse con pequeñas tiendas de suvenires y puestos de artesanías, joyerías y demás comercios de corte más tradicional, y turístico. En todo caso, se trata de un agradable paseo por uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y un buen lugar para descubrir el enorme valor cultural del extraordinario trabajo de los maestros artesanos marroquíes.

Parque de la Liga Árabe, el pulmón verde de Casablanca

Diseñado en 1918 por el arquitecto Albert Laprade –inspirado por los grandes parques urbanos parisinos–, este gran espacio verde de casi 30 hectáreas, recientemente reformado, es uno de los lugares más agradables de la ciudad para dar un paseo y disfrutar de algo muy escaso hoy en día: el tiempo. Se trata de un auténtico oasis situado a un paso de la Plaza de Mohammed V y habitado por altas palmeras, fuentes, pequeños cafés, zonas de juegos, espacios deportivos…

Y son precisamente los kioscos y cafés, las áreas infantiles y los equipamientos deportivos, y los paseos a la sombra de los árboles, entre otras “instantáneas” de este apacible lugar, los que permiten percibir, también, el pulso de la ciudad: el Parque de la Liga Árabe es un lugar vivo, muy frecuentado por los lugareños, que invita a descubrir y disfrutar de la cara más auténtica de Casablanca.

Parque de la Liga Árabe
Parque de la Liga Árabe

Morocco Mall, la Casablanca más moderna

Si la vieja medina es ejemplo del rostro más tradicional de la ciudad, el enorme y exclusivo centro comercial Morocco Mall, con sus más de 350 tiendas, desde grandes marcas internacionales hasta lo último en tecnología, es un claro ejemplo de la Casablanca más moderna. Aunque, curiosamente, dentro del mismo centro se ha recreado, a manera de homenaje a la patrimonio cultural local, un pequeño zoco que ofrece el trabajo de medio centenar de artesanos cuidadosamente seleccionados. A fin de cuentas, parece que la “Ciudad Blanca” sí que es una innegable mezcla de tradición y modernidad.

Ubicado en el extremo sur de La Corniche, entre Aïn Diab y la playa de Madame Choual, el lugar también incluye todo tipo de propuestas gastronómicas, un acuario, un cine IMAX 3D, un parque de atracciones cubierto y una pista de patinaje en hielo, entre otras opciones. Además, la gran fuente exterior, con su espectáculo de chorros de agua, luz y sonido (con sus 6000 m² es la tercera fuente de este tipo en el mundo tras la del Bellagio de Las Vegas y la del Burj Khalifa de Dubai), termina por hacer de este lugar un sitio espectacular y con opciones para toda la familia.

Catedral de Casablanca, joya arquitectónica

Enclavada en la esquina noroeste del Parque de la Liga Árabe, la antigua Catedral del Sagrado Corazón es un singular edificio de estilo neogótico con elementos Art Déco y matices andalusíes que fue construido en la primera mitad del siglo XX. Aunque sí funcionó como iglesia católica durante los años del Protectorado francés, en realidad nunca fue catedral. Además, tras la independencia de Marruecos, en 1956, fue finalmente desconsagrada y convertida en centro cultural.

Hoy en día, esta joya arquitectónica de Casablanca es tanto un testigo excepcional de la rica historia de la ciudad como uno de los protagonistas de la agenda artística y cultural local, albergando habitualmente exposiciones, conciertos y eventos especiales de todo tipo.

Catedral de Casablanca
Catedral de Casablanca

Dónde comer en Casablanca

Y como no podría ser de otra manera, Casablanca es también un paraíso foodie, cuya amplia oferta culinaria va desde los pequeños cafés más tradicionales hasta restaurantes de primera clase que ofrecen lo mejor de la sofisticada gastronomía local e internacional. Y para muestra, un botón:

  • – A un paso del Parque de la Liga Árabe, este restaurante ofrece una singular fusión entre los sabores locales y la mejor gastronomía internacional. Cocina creativa en un ambiente relajado y con estilo; una buena muestra de la Casablanca más cosmopolita.
  • La Closerie.- Para los auténticos gourmet, esta típica brasserie francesa ofrece sabores generosos y excelentes mariscos frescos, acompañados por los mejores vinos, a un par de calles del histórico estadio Mohammed V.
  • Le Cuistot Traditionnel.- A un costado de la Plaza Mohammed V, este es uno de los mejores restaurantes para descubrir el auténtico sabor de la cocina tradicional marroquí. Tayín, cuscús, costillas de cordero, pescado fresco, té de menta… La decoración también suma al encanto de este clásico de Casablanca.
  • Rick’s Café.- Una recreación del local (ficticio) de la célebre película protagonizada por Bogart y Bergman, este simpático restaurante es perfecto para los más nostálgicos y entusiastas del celuloide. Por supuesto, la música es en directo… «Tócala otra vez, Sam».

Dónde alojarse en Casablanca

Sin duda, dos opciones perfectas para una estancia inolvidable en la “Ciudad Blanca” son el hotel Barceló Casablanca y el hotel Barceló Anfa Casablanca, ambos ubicados sobre el céntrico Boulevard d’ Anfa –no muy lejos uno del otro– y a un paso de los principales atractivos de la ciudad.

El primero es un moderno 4* con espectaculares vistas y el segundo, un extraordinario 5* de diseño Art Deco; ambos cuentan con un agradable diseño contemporáneo, habitaciones totalmente equipadas y una cuidada oferta gastronómica, y ambos, también, reflejan la equilibrada mezcla entre tradición y modernidad que hace de Casablanca un destino tan especial.