Casablanca es una joya en sí misma, pero no solo eso, también es una perfecta base de operaciones para descubrir la infinidad de tesoros que ofrece Marruecos. Desde antiguas ciudades llenas de historia hasta algunos de los paisajes más abrumadores del norte de África, el país ofrece un enorme catálogo de atractivos que, por supuesto, merecen una visita.
Con propuestas de medio día o de día completo, salir a explorar el entorno de Casablanca, y Marruecos en general, es toda una experiencia, y se puede llevar a cabo tanto contratando los servicios de alguna agencia y/o guía local, como con un vehículo del alquiler, en tren –de alta velocidad entre Casablanca y Tánger, con paradas en Rabat y Kenitra– o, por qué no, en bicicleta, entre otras opciones. En todo caso, aquí quedan algunas buenas opciones para organizar una escapada inolvidable desde Casablanca.
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Lugares cerca de Casablanca que tienes que visitar
Ya sea que prefieras conocer una antigua mezquita, o probar lo mejor de la cocina marroquí, o disfrutar de un relajante día de playa, o practicar algún deporte, o simplemente descubrir un lugar lleno de magia… Casablanca y su entorno tienen un plan perfecto para todos los gustos:
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Rabat, capital de reino
La capital del Reino de Marruecos es una ciudad que mezcla tradición y modernidad a partes iguales. Ubicada a poco menos de 90 kilómetros desde Casablanca –además, hay conexión directa en tren de alta velocidad–, Rabat ofrece impresionantes sitios históricos, como la gran Casba de los Udayas –declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO–, la Necrópolis de Chellah o la antigua Torre Hasan, entre tantos otros, y también distintas muestras del Marruecos más moderno, como el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Mohammed VI, el Jardín Botánico, varios campos de golf, la céntrica Avenida Mohammed V y una extraordinaria selección de restaurantes de primer nivel, tanto internacional como de cocina típicamente marroquí. Además, su apasionante agenda cultural está plagada de conciertos, exposiciones, festivales, teatro, danza… Sin duda, una ciudad única.
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Fez, encanto medieval
Y si de patrimonio histórico y cultural se trata, la tercera ciudad de Marruecos (después de Casablanca y Rabat) es, sin duda, una auténtica joya. Considerada una de las cuatro “Ciudades imperiale” (junto a Marrakech, Mequinez y Rabat), Fez puede presumir de su treces siglos de historia. No es casualidad, por ejemplo, que la medina de Fez el-Bali (la más grande de las dos que hay en la ciudad, considerada la mayor zona peatonal del mundo) haya sido declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Del mismo modo, sus mezquitas y madrazas no solo son espectaculares sino que reflejan la profunda espiritualidad que caracteriza a este rincón de Marruecos ubicado a poco menos 300 kilómetros de Casablanca. Por supuesto, los distintos eventos que componen el calendario cultural de la ciudad y su extraordinaria gastronomía no hacen más que aumentar el atractivo de la antigua Fez.
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Marrakech, una joya histórica
Si Fez es una joya histórica al norte de Casablanca, la “Ciudad Roja” lo es al sur; a unos 245 kilómetros, para ser exactos. “Ciudad imperial”, situada al pie de la cordillera del Atlas (donde, por cierto, se puede disfrutar de los placeres del esquí) y fundada por los almorávides a mediados del siglo XI, esta joya histórica está plagada de atractivos, como la famosa plaza de Yamaa el Fna (rodeada de zocos, puestos de comida, cafés y personajes de lo más variopinto), la laberíntica medina, la mezquita Kutubía (siglo XII), todo tipo de casonas (riads) y palacios (entre los que destaca el Palacio El Badi), el espléndido Teatro Real, museos, el extraordinario Jardín Majorelle… Una herencia invaluable, acumulada durante siglos, que hoy se va salpicando con modernas galerías de arte, campos de golf, boutiques de lujo y demás muestras del rostro más actual de Marrakech.
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Mequinez, museo a cielo abierto
De vuelta en el noroeste, entre Fez y Rabat, la cuarta “Ciudad imperial” es un remanso de paz y un verdadero museo al aire libre. En este sentido, su casco antiguo, incluyendo la intrincada medina, los restos del antiguo palacio real, la gran plaza El Hedime y la excepcional puerta de Bab Mansour –obra maestra del arte hispano-árabe–, entre otros puntos clave, ha sido declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Mequinez fue capital del reino en tiempos del sultán Muley Ismail (1672- 727, su mausoleo es una de las visitas imprescindibles en la ciudad), fundador de la dinastía alauita (actualmente reinante), y su antiguo esplendor aún muestra la armoniosa fusión que surgió de la mezcla entre elementos arquitectónicos y urbanísticos netamente islámicos y aquellos que llegaron de Europa, particularmente tras la expulsión de los moriscos a principios el siglo XVII. En cualquier caso, este lugar ofrece un maravilloso viaje en el tiempo que invita a descubrir el inagotable encanto del patrimonio histórico, artístico y cultural marroquí.
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Volubilis, la huella de Roma
Ubicado a unos 30 km al norte de Mequinez, este es uno de los yacimientos arqueológicos de época romana mejor conservados del norte de África. El Foro, el Arco del Triunfo de Caracalla, el templo de Júpiter Capitolino, la Casa de Baco, la Basílica, la Casa de Orfeo, los extraordinarios mosaicos que aún se conservan, las antiguas almazaras… Estos y otros son solo algunos de los testimonios del peso económico y político que tuvo esta ciudad fundada en el siglo III a.C. y capital de la provincia romana de Mauritania Tingitana. El Museo de sitio es también una buena referencia para comprender la envergadura y la relevancia de Volubilis, uno de los tesoros marroquíes que, desde luego, también ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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Bosque de Bouskoura, el pulmón verde de Casablanca
Situado a las afueras de Casablanca, esta gran mancha forestal de unas 3.000 hectáreas está considerada como el gran pulmón verde de Casablanca. El lugar es frecuentado por amantes de la naturaleza y el deporte, por familias y, en general, por todos aquellos que quieran disfrutar de un buen rato al aire libre. El bosque de Bouskoura está dividido en 4 grandes áreas: un bosque activo dedicado a actividades deportivas; un bosque laboratorio destinado a sensibilizar al público sobre el valor de este ecosistema, con un centro agrícola, un centro de ecología, un aviarios y un jardín ecológico; un bosque de descubrimiento, basado en el conocimiento de la fauna y la flora local, que incluye una casa del árbol, un sendero sensorial y un claro recreativo; y un bosque joven, así como un parque de aventuras y una gran casa forestal.
Las mejores playas cerca de Casablanca
El litoral atlántico de Marruecos es un sucesión de sorpresas, una larga línea costera en la que se intercalan pueblos pintorescos, grandes ciudades y, desde luego, playas maravillosas.
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Dar Bouazza
Ubicada a unos 30 kilómetros al suroeste de Casablanca, esta zona de playa es una mezcla de áreas de arena y de roca, de oleaje considerable (que se lo pregunten a los surfistas que habitualmente se dejan caer por ahí), dando lugar a un paisaje tan bello como dramático. En los últimos años, gracias al desarrollo de nuevas propuestas turísticas (apartamentos, hoteles, zonas ajardinadas, paseos marítimos, restaurantes, campos de golf…), Dar Bouazza se ha convertido en un lugar muy de moda dentro del área de la Gran Casablanca.
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Playa de Sidi Rahal
Siguiendo en la misma dirección, a unos 40 km de Casablanca, se encuentra este destino playero de más o menos reciente creación. Sus largos arenales, casi vírgenes y bañados por grandes olas, crean una estampa realmente idílica. Entre las urbanizaciones de segundas residencias que comienzan a surgir en la zona, también se pueden encontrar zonas con cafés y restaurantes, así como algunos parques y jardines. En definitiva, un lugar tranquilo, un sitios perfecto para disfrutar del sol, el mar y la arena.
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Playas de Mohammedia
En sentido contrario, hacia el noreste, en dirección a Rabat, esta importante ciudad industrial y portuaria es también un popular destino de sol y playa. Flanqueados por villas veraniegas, restaurantes y cafés, sus arenales, como Playa Miramar, Playa Manesmane, Playa Mónica, Playa des Sablettes y Playa Mimosa, ofrecen una buena muestra de la diversidad del litoral atlántico marroquí. Largas, cortas, anchas, estrechas, salvajes, urbanas… En las playas de Mohammedia hay un poco de todo y para todos.
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Playas de Bouznika
Siguiendo hacia el noreste, en dirección a Rabat, a poco más de 50 kilómetros desde Casablanca, este es uno de los sitios turísticos más destacados de la costa que se extiende entre ambas grandes ciudades. Ahí, entre el mar y los grandes campos de golf, casas de verano, restaurantes y modernos complejos turísticos, las playas (David, Dahomey, Bouznika, Said, Oued Cherrat…) de arena dorada y fina –consideradas entre las más bellas de Marruecos–, forman pequeñas bahías abiertas hacia el Atlántico.
Dónde alojarse en Casablanca
Como buena base de operaciones, Casablanca es el lugar perfecto para alojarse y, desde ahí, salir explorar el territorio vecino. En este sentido, los dos hoteles del Grupo Barceló en la ciudad, el hotel Barceló Casablanca y el hotel Barceló Anfa Casablanca, ofrecen todo lo necesario para disfrutar de una estancia de primer nivel.
El primero, un moderno 4 estrellas, cuenta con habitaciones totalmente equipadas, un restaurante con la mejor gastronomía local, salas de reuniones y el agradable B-Bar. Por su parte, el Barceló Anfa Casablanca hace gala de sus 5 estrellas ofreciendo una experiencia de primer nivel en sus 206 habitaciones, acompañadas de una propuestas gastronómica que fusiona los sabores marroquíes más auténticos con referencias a la cocina francesa y mediterránea, así como 8 salas de reuniones multifuncionales y un centro Wellness con gimnasio y spa, entre otras opciones. Ambos se ubican en el céntrico Boulevard d’Anfa, a un paso de los principales atractivos de la ciudad.