La Medina de Casablanca es un lugar indispensable en toda visita a esta ciudad de la costa atlántica marroquí. Este espacio constituye el legado del pasado de una urbe que vivió su gran desarrollo en el siglo XX bajo la influencia francesa, un área de interesante valor histórico y cultural. ¡Bienvenido a la Medina de Casablanca!
Que sea una ciudad más moderna que otras urbes marroquíes no impide que Casablanca tenga su Medina, o ciudad vieja, que merece la pena explorar. Una zona pegada al puerto, germen de esta enorme ciudad.
Como en cualquier otra medina, hay que entrar en ella y perderse durante el día. El ambiente de zoco te invadirá enseguida. Casablanca es una ciudad muy dinámica, hecha para vivir y disfrutar, villa de comercio como buen puerto de mar y, ahora, gran urbe atlántica del norte de África.
- Historia de la ciudad vieja de Casablanca
- Qué se puede ver en la Medina
- Mercados y lugares de compras
- Probar la gastronomía marroquí
- Dónde alojarse en Casablanca
Historia de la ciudad vieja de Casablanca
Casablanca se desarrolla a partir de su Medina y del puerto. Comparada con las ciudades imperiales de Marruecos, la Medina de Casablanca es mucho más modesta, midiendo en torno a unas 50 hectáreas de extensión. La zona es la Casablanca previa al siglo XX y a la llegada de los franceses. Una pequeña ciudad que vivía de su puerto y que ha llegado hasta nuestros días en forma de las características calles y algunos monumentos históricos como las murallas y las puertas de la vieja villa.
Lo que hoy conocemos como Casablanca era siglos atrás la ciudad de Anfa, un asentamiento fundado por los bereberes en torno al siglo VII d.C. que llegó a ser independiente en varios momentos de la historia.
Ya en el siglo XV, los portugueses arrasaron aquella villa para posteriormente construir una fortaleza militar, en el año 1515, alrededor de la cual crecería un nuevo núcleo al que llamarían Casa Branca, lo que hoy viene siendo la actual Medina. El terremoto de Lisboa de 1755 destruyó casi toda la ciudad, que sería reconstruida a partir de 1760 por el sultán Ben Abadia, rebautizándola como Dar El Beida (Casa blanca, en árabe). Sin embargo, a partir de 1781 se emplearía el topónimo en español para el definitivo Casablanca.
Hoy, la Medina ocupa una posición privilegiada en la ciudad, entre la rada portuaria y la Mezquita de Hassan II. Está rodeada de una muralla de cuatro kilómetros con ocho puertas, entre las que destaca la Puerta de Marrakech, en el lado sur. La Medina se divide en tres zonas: la Medina propiamente dicha, el barrio judío y la zona de Tnaker.
Qué se puede ver en la Medina
Como sucede en otras ciudades marroquíes, la Medina es un espacio en el que perderse y explorar. Sus callejones, sus rincones, sus gentes y comercios, el ambiente que se genera en ella la convierten en un lugar perfecto para dejarnos llevar. Prácticamente toda la Medina es un gran bazar, en el que artesanos y comerciantes ofrecen sus productos de cuero, zapatos, lino, especias o antigüedades, entre otras muchas cosas. También encontrarás cafés y pequeños restaurantes donde poder hacer una pausa.
Por supuesto, el regateo está a la orden del día por lo que puedes probar tus destrezas a la hora de negociar con alguno de los vendedores.
Pero, antes de vivir el zoco, podemos recorrer las murallas que rodean la Medina de Casablanca, un interesante perímetro de muros y puertas que merece la pena conocer. Algunas de ellas son Bab el-Marsa o Puerta de la Marina: la única que mantiene su aspecto original, Bab el-Kebir o Bab es-Souk, una puerta con un bonito arco de herradura, o la de Bab Jdid.
Junto a la puerta de Bab el-Kebir encontraremos también la torre del reloj, réplica de 1993 de la edificada en 1911 por los franceses. La torre mide 30 metros e imita un minarete.
Ya intramuros, en la Medina de Casablanca podemos contemplar también algunos monumentos interesantes. Por ejemplo, alguna de sus cuatro mezquitas, como la Gran Mezquita, la Mezquita Ould el-Hamra (del siglo XVIII) o la Mezquita Kubba Sidi Balyouth.
Otra zona interesante para explorar es el barrio judío, o Mellah, donde encontraremos la sinagoga de Beth-El o el gran cementerio, que no acoge nuevos enterramientos desde 1947.
Mercados y lugares de compras
La Medina de Casablanca ya es un bazar por sí solo. Sus comerciantes pueblan las calles durante todo el día por lo que no podemos seleccionar un mejor lugar de compras en Casablanca que este.
Sin embargo, en la Medina y alrededores también encontramos algunos mercados interesantes. El Mercado Central es todo un templo de los sentidos, donde se juntan pescados, mariscos, frutas, verduras o flores disponibles para los locales cada mañana. Además, puedes comer allí en alguno de los restaurantes de la zona.
También puedes visitar el Mercado Bab Marrakech, otro gran mercado de ciudad en plena Medina de Casablanca.
Probar la gastronomía marroquí
Además de ser magníficos lugares para recorrer y bucear entre los puestos, las medinas ofrecen también buenísimas oportunidades donde probar la rica gastronomía marroquí. En ellas encontrarás puestos de comida y pequeños bares, restaurantes o teterías donde hacer un receso y probar cualquier tipo de plato o producto.
No podemos olvidar algunos establecimientos modernos que puedes visitar en la Medina. Probablemente hayas visto alguna vez la película Casablanca en el que aparece el bar-cabaret regentado por Rick (Humphrey Bogart), el Rick’s Cafe. Si bien las escenas se rodaron en Hollywood, en Casablanca han querido representar aquel icónico bar y hacer una réplica del Rick’s Cafe, con el mismo nombre y decoración que el de la histórica película. La carta incluye desde pescados hasta parrillas, tajines o frutas, siempre bajo un ambiente musical, como en la película.
También puedes visitar el restaurante La Sqala, que hace referencia a las defensas que tenía la ciudad frente al puerto. Este restaurante es conocido por sus desayunos, con exquisitos zumos y tes, en un entorno muy agradable.
Dónde alojarse en Casablanca
Casablanca tiene numerosos establecimientos hoteleros. Desde aquí podemos recomendarte dos de ellos, por su calidad y ubicación en el centro de la ciudad. Se trata de los hoteles Barceló Casablanca y Barceló Anfa Casablanca, dos alojamientos de la cadena española que cumplen todos los requisitos para una estancia de calidad en la ciudad y en Marruecos.
El Barceló Casablanca es un cuatro estrellas ubicado en pleno bulevar de Anfa, cerca del Parque de la Liga Árabe. Es un hotel perfecto para presupuestos medios y cuenta con habitaciones con vistas sobre la mezquita.
Muy cerca se encuentra el Barceló Anfa Casablanca, de cinco estrellas. Este gran hotel es la opción ideal si buscas una estancia al más alto nivel en un lugar con todos los servicios, como piscina, terraza, spa o restaurantes.