Casablanca es una ciudad perfecta para los viajes en pareja porque brinda la oportunidad de gozar de todo tipo de planes románticos, además de disfrutar de los contrastes que permite una metrópoli de estas características. Si es la primera vez que viajáis a Marruecos, esta ciudad es perfecta para ejercer de transición entre las cómodas y reconocibles urbes europeas y la vida tradicional de la mayoría de los destinos marroquíes. En Casablanca podréis disfrutar de paseos por amplias avenidas marítimas como La Corniche mientras se elige cuál es el mejor club de playa para pasar la tarde, degustar una elegante cena con sabor francés mirando al mar, hacerse fotos en la impresionante Mezquita de Hassan II… Y, por supuesto, gozar del shopping ya que en esta ciudad hay tantas opciones que es fácil llegar a un acuerdo para elegir un lugar que os guste a los dos: los zocos del Quartier Habous, las tiendecitas de la Medina Vieja o los centros comerciales son igual de apetecibles.
Si os organizáis bien podréis vivir tanto el ambiente de día como el de noche, ya que Casablanca es una las ciudades con una mentalidad más abierta y existen numerosos clubes nocturnos, salas con música en directo, discotecas… y, aunque parezca extraño, en gran parte sirven alcohol. Eso sí, en los restaurantes lo tendrás más difícil a la hora de tomar vino o cerveza con la comida.
Planes esenciales en pareja en Casablanca
Tomad nota de los siguientes planes románticos en Casablanca porque gracias a ellos conoceréis el variado perfil de esta gran urbe marroquí. Hemos seleccionado un poco de todo para que la imagen que os forjéis sea lo más completa posible.
Visitar la Mezquita de Hassan II
Es la visita más deseada y la que más disfrutaréis juntos. Compartir lugares únicos como éste en pareja es una oportunidad que no se debe dejar pasar. Esta es la tercera mayor mezquita del mundo y tanto su ubicación, que parece que estuviese navegando junto al mar, como su construcción y ornamentación es sublime. Allí estuvieron trabajando 2.500 obreros y más de 10.000 artesanos. En su interior tiene 78 pilares de granito, ónix y mármol. El suelo está calefactado y el techo es retráctil. Las visitas son guiadas y merece la pena no perderse nada de la charla porque está llena de anécdotas y curiosidades. Además, os dejarán hacer fotos allí, así que no dejéis de llevar cámara, o al menos móvil.
Pasear por la Corniche
Pasear al atardecer por el boulevard de la Corniche es uno de esos placeres gratuitos a los que no hay que renunciar. En ese recorrido verás la mezquita iluminada con un rayo láser apuntando al cielo y también cómo el sol va desapareciendo. Es un paseo que discurre paralelo a la costa donde se dan cita numerosos clubes de playa, restaurantes con vistas al mar, alguna discoteca, parquecitos infantiles y zonas de esparcimiento. Tomar un helado mientras se siente la brisa del mar es de lo más recomendable.
Ir de compras al Quartier Habous
El Barrio de Habous, también conocido como la Nueva Medina, es una creación francesa a imagen y semejanza de las “medinas tradicionales” pero un poco más ordenada y salpicada de monumentos. Este vecindario os va a encantar porque tiene el encanto de los habituales zocos pero sin muchedumbres y con piezas de artesanía de mayor calidad. Sin duda, es uno de esos sitios donde deambular con seguridad y visitar tiendas y plazoletas donde se venden frutos secos, aceitunas, especias… etc. Os podemos asegurar que no saldréis con las manos vacías.
Curiosear en el Mercado Central
El Mercado Central también es obra de los franceses, durante su etapa de Protectorado, y se ha convertido en un lugar frecuentado por viajeros porque además de conocer los productos locales permite degustar la cocina marroquí. Sólo tendréis que elegir el producto (pescado, carne, verduras) y llevarlo para que os lo preparen al momento. Pero vayáis o no a comprar algo, sólo por vivir su atmósfera habrá merecido la pena.
Comer en un lugar tradicional
Este es uno de los planes románticos inexcusables: conocer juntos los exóticos sabores de la cocina marroquí. Si no estáis muy familiarizados será toda una experiencia. Entre los lugares que más nos gustan de Casablanca está La Sqala, un restaurante maravilloso situado en un jardín con un agradable ambiente informal y una cocina casera deliciosa. Es uno de los mejores lugares de Casablanca para conocer los platos tradicionales como el tajine con cuscús o la sopa harira.
Recordar juntos la película ‘Casablanca’
Es inevitable recordar el famoso filme Casablanca cuando se visita esta ciudad, aunque realmente aquella vieja cinta no fuese rodada aquí… Uno de los lugares que todo amante del celuloide tiene que incluir en su recorrido es el Rick’s Café, que recuerda al de la película. Su ambientación colonial es perfecta para descansar del ajetreo turístico mientras se toma una copa o bien al disfrutar de una cena en este lugar (menú internacional). Si os gusta la idea, reservad con antelación porque está siempre lleno.
Alucinar en el Morocco Mall
Para el final hemos dejado un plan solo adecuado para los amantes de las compras y los más curiosos porque el Morocco Mall es uno de los mayores centros comerciales de África y una auténtica tentación a cada paso. Allí encontraréis centenares de establecimientos, desde las franquicias internacionales que todos conocemos, hasta tiendas con sello marroquí. Estas últimas son las más interesantes. No dejes de buscar una zona denominada Le Souq donde venden algunos productos marroquís propios de zocos pero con mayor calidad (aceite de argán, caftanes, artesanías, joyas de plata). Además, también cuenta con restaurantes y un cine Imax 3D.