La madrasa Al Attarine es uno de los más importantes centros espirituales de Fez y uno de los monumentos más visitados de esta ciudad marroquí que fue habitada por numerosos eruditos y artesanos y que tiene en su haber una larguísima historia y un gran bagaje cultural. En esta escuela coránica, también conocida como “medersa”, se alojaban los alumnos que estudiaban verso a verso todo el contenido del Corán. Fue fundada nada menos que en el siglo XIV, exactamente en el año 1325, por el sultán Abu Said y desde un principio se diseñó como un anejo de la vecina mezquita de Karaouine, considerada la universidad más antigua del mundo, ya que fue construida en el año 859 bajo el mandato de Fátima al Fihriya.
En el patio central de la madrasa se pueden contemplar los motivos tradicionales de la artesanía del sultanato benimerín, de origen bereber, con magníficos mosaicos (o “zellij”), estucos tallados y maderas nobles, especialmente de cedro. Unas columnas de ónice flanquean el mihrab u hornacina que está orientado siempre a La Meca.
Situada en el corazón de la laberíntica medina de Fez, Al Attarine Madrasa está restaurada con mucho cuidado, atendiendo a la estructura de la primitiva escuela coránica.
Historia e introducción
Dicen que la Medersa Attarine es la más bonita de Marruecos y una de las principales escuelas de la religión coránica, donde los estudiantes podían residir mientras cursaban sus estudios. Se situó junto a la Mezquita Al Karaouine, porque en este templo musulmán se impartía una gran parte de las clases.
Se denomina Attarine por el nombre del barrio en el que se encuentra, concretamente el del Zoco de las Especias y los Perfumes, y permaneció en uso hasta comienzos del siglo XX, cuando los 60 estudiantes que residían entocnes en sus 30 habitaciones tuvieron que abandonarla definitivamente. Conviene recordar que Fez era, en aquella época, la capital de la ciencia y el conocimiento del Magreb.
Pero la madrasa Al-Attarine no es la única de Fez. Es importante citar la madrasa de Bou Inania, también del siglo XIV, que cuenta con un minarete, por lo que los viernes también funcionaba como mezquita. Sin embargo, el tamaño de ésta es algo mayor al de la madrasa Al Attarine.
Interior y arquitectura
Ubicada en la Rue Talaa Kebira, la medersa Al Attarine se extiende en torno a un patio abierto en cuyo centro existe una imponente fuente de mármol que se alimenta del agua procedente de un arroyo subterráneo. Al final del patio, una cúpula de madera de cedro muy decorada cubre la sala para la oración en la que se puede contemplar el mihrab cuya función es indicar a los fieles la dirección de la Meca.
Los muros de la medersa están decorados con bonitos mosaicos sobre los que aparecen inscritas algunas frases del Corán como modo de decoración. Y en la parte superior de las paredes se puede contemplar un detallado trabajo en estuco con motivos florales.
Otra de las características de la Medersa de Al-Attarine es la técnica usada para labrar el azulejo vidriado negro. Es conocida como “taqshir”, consiste en crear obras de arte con las curvas de la caligrafía árabe y se basa en pulir parte del esmalte brillante para tallar las letras u otras formas decorativas.
Las plantas superiores de la Medersa Attarine están ocupadas por las pequeñas habitaciones donde los jóvenes alumnos pasaban sus años de estudio y cuyas ventanas miraban al patio central.
Aunque en Fez hay otras medersas, Attarine sobresale por la elegancia y armonía de su arquitectura. Se trata de una de las medersas mejor conservadas y más ricamente decoradas de todo Marruecos.
La visita a la madrasa se puede hacer de lunes a domingo de 8:30 a 12:30 y de 14:30 a 18:30 h y su precio ronda los 2 euros, que vienen a ser unos 20 dirham.