Fez es una ciudad segura y un lugar mágico para los niños por lo diferente que es la ciudad antigua para nosotros. Callejuelas laberínticas, plazas donde uno no se imagina, puertas increíbles, artesanos trabajando la madera, el metal o la piel… todo un mundo que puede ser muy divertido conocer con los más pequeños. Aquí te dejamos algunos de los planes que no te puedes perder si vas con niños. 

 

  1. Selección de planes adaptados a niños
  2. Recomendaciones y consejos
  3. Dónde dormir en Fez

Selección de planes adaptados a niños

Visitar Fez El Bali

La ciudad antigua de Fez se presenta casi como un reto con los niños porque nunca se sabe qué puedes encontrar al doblar una esquina. Son miles de calles, algunas tan estrechas que sólo cabe una persona, que desembocan en plazas casi clandestinas donde no es raro ver a los más pequeños jugar al balón. 

Zocos de distintos gremios, fuentes, puertas decoradas, entradas y salidas de mezquitas, luces y sombras van jalonando el paso por los distintos barrios que están llenos de artesanos y vendedores que ofrecen sus productos.

Lo mejor para no perderse nada es contratar un guía que nos ayude en el recorrido.

Ver cómo trabajan los caldereros

Una de las plazas más importantes de Fez es la de Seffarine. Sabrás que has llegado a ella antes incluso de pisar una de sus piedras puesto que el trabajo de los caldereros golpeando el metal se escucha desde que nos acercamos. Es en este zoco donde se fabrican las famosas teteras de metal o cajas para guardar el té. También son muy llamativos los calderos gigantes que hay en el centro de la plaza y que normalmente se alquilan para algunas ceremonias.

El Jardín de Jnan Sbil

Este paraíso situado a 15 minutos caminando desde Fez El Bali es un remanso de paz y verdor que fue construido en el siglo XVII por el sultán Moulay Abdellad para el disfrute de su familia. Ya en el siglo XX se instalaron bancos para que la gente pudiera disfrutar de un espacio donde el lago, la noria y el jardín andaluz son tres de los imprescindibles de la visita.

También hay un paseo con palmeras y una zona de bambú con distintas especies de estas gigantescas plantas que son un respiro en los días de más calor. La entrada es gratuita.

El Jardín de Jnan Sbil

Curtiduría Chouwara

Hay que tener en cuenta que esta curtiduría, la más grande de Fez y una de las más antiguas de todo Marruecos, es un lugar donde los olores son muy fuertes. De hecho, antes de iniciar la visita, los vendedores que permiten la entrada a sus terrazas para disfrutar de las vistas dan a cada uno de los visitantes unas hojitas de hierbabuena. Pero si crees que tus hijos pueden aguantar el hedor, es un lugar increíble para ver cómo se trabaja la piel en Fez de la manera tradicional, como se ha hecho toda la vida. Además, ver cómo la piel coge los distintos colores con los tintes puede resultar un juego casi mágico para los más pequeños.

Tanques antiguos de las curtidurías de Fez con pintura de color para cuero

El Palacio Real

Las puertas de este imponente monumento en Fez es una de las imágenes más fotografiadas de toda la ciudad y eso que no son las únicas ricamente decoradas. No se puede visitar su interior, pero merece la pena recorrer sus siete puertas llenas de simbolismo ya que representan los siete días de la semana y los siete niveles de la monarquía.

Además, se puede visitar el Fez Al Jdid, la ciudad nueva, que surgió alrededor del palacio y que conforma el barrio judío, un lugar muy diferente a la parte musulmana sobre todo si nos fijamos en los balcones.

Recorrer la gran muralla

La muralla de Fez hay que verla en perspectiva para entender cómo se ha conservado la medina más grande del mundo gracias, en parte, a esta construcción que protege el corazón de la ciudad desde hace siglos. La mejor forma de verla es recorrer las puertas principales y salir de la medina en algunos tramos, para entender su grandeza, además de subirse a las dos torres que quedan en pie, Borj Nord y Borj Sud, para tener una mejor perspectiva de esta barrera de defensa.

En la Borj Nord está ubicado el Museo de Armas, una visita también muy divertida para los más pequeños, que explica la historia bélica de una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos.

la gran muralla

El Museo Nejjarine

Está ubicado en una antigua fonda del siglo XVIII donde se alojaban los hombres de negocio que venían a comprar artículos de lujo a Fez. El edificio en sí mismo es un buen motivo para visitarlo pero es que además, en su interior, aloja una exposición de objetos de cómo se trabaja la madera de manera tradicional, uno de los aspectos decorativos más importantes de la ciudad. Entre otras cosas podemos ver herramientas, instrumentos musicales, muebles y hasta puertas labradas antiguas.

Comer una hamburguesa de camello

Para los más pequeños siempre es un aliciente probar algo nuevo, como las hamburguesas de camello que sirven en el Cafe Clock, un restaurante bastante turístico con una azotea con buenas vistas. Está ubicado cerca de la puerta Bab Bou Jeloud y tiene una carta bastante occidentalizada donde se puede desayunar, comer, cenar o simplemente tomar un té. Las hamburguesas vienen con patatas y ensalada.

Darse un baño

Si bien es cierto que algunos hammam permiten la entrada de niños mayores de seis años, lo mejor si viajas con menores es alojarse en un hotel que tenga piscina al aire libre y poder darse un chapuzón, sobre todo en las horas de más calor y si vamos en pleno verano. 

Puede resultar divertido refrescarse justo después de visitar la ciudad antigua y antes de seguir con otro de los planes.

Excursión al Atlas Medio

Si viajamos a Fez en los meses más calurosos, ir al Atlas Medio es un viaje de un día hacia zonas donde el aire es más fresco y las vistas son increíbles. Entre las ofertas que podemos encontrar está recorrer Immouzar, Ifrane, un lugar famoso por su baja temperatura y donde se puede esquiar en invierno, y Azrou, con sus bosques de cedros, donde viven los macacos más simpáticos y hambrientos de todo Marruecos.

Recomendaciones y consejos

Fez es una ciudad con un clima extremo en verano y en invierno por lo que la mejor época para poder visitar la ciudad es primavera. Si viajamos en los meses de vacaciones, la recomendación es alojarse en un hotel con piscina donde los más pequeños podrán darse un respiro del calor y recuperar fuerzas. Si visitamos Fez en invierno, nos tenemos que asegurar que el hotel o riad tiene calefacción, sobre todo para cuando cae la noche.

También es recomendable si viajamos con niños tener un seguro médico porque nos facilitará el acceso a un hospital si ocurre cualquier incidente.

Dónde dormir en Fez

Uno de los mejores hoteles con piscina cerca de la ciudad antigua es el Barceló Fès Medina, un buen lugar para tener el campamento base si viajamos con niños. 

Además, este hotel está muy bien comunicado con el aeropuerto, a solo 20 minutos, y con la estación de tren, apenas a cinco minutos. 

Se trata de una construcción moderna con una decoración de diseño y donde sus 134 habitaciones cuentan con todas las comodidades que podamos necesitar en nuestro viaje.

Junto a la piscina exterior, el Barceló Fès Medina dispone de un hammam con sauna y tratamientos y un gimnasio para poder estar en forma hasta en vacaciones.

El restaurante internacional incluye en su carta platos típicos marroquíes y en su Jazz Bar se puede tomar un cóctel o una bebida al caer el día para recuperar fuerzas con calma.