Una visita a la medina de Fez requiere, sí o sí, entrar en la Madrasa Bou Inania. El que es uno de los monumentos más grandes de Fez, con sus más de 1.500 metros cuadrados repartidos en dos plantas, es también uno de los pocoscomplejos religiosos que pueden visitar los no musulmanes en Marruecos.

Una vez dentro te sorprenderá la profusión decorativa con que sus alarifescubrieron prácticamente todos los espacios públicos, desde el pavimento a las techumbres. Todo, como una forma de cantar a la divinidad y de despertar el sentimiento de espiritualidad tanto a los estudiantes que residen y se forman aquí como a todo aquel que visite la madrasa.

  1. Historia de la Madrasa Bou Inania
  2. Qué es ralmente una madrasa
  3. Qué ver en el interior de la Madrasa
  4. Curiosidades y detalles para no perderse
  5. Información de interés

Historia de la Madrasa Bou Inania

La Madrasa Bou Inania lleva marcando la vida de la zona en que se sitúa, la medina antigua de Fez, desde el año 1350. Ese año culminó el gran sueño del sultán AbouInanFaris de la dinastía meriní (o benimerí). A partir de aquel momento, pasaron por ella buena parte de la intelectualidad religiosa del país.

La Madrasa Bou Inania se renovó durante el siglo XVIII, por orden Sulaymán de Marruecos, de la dinastía alauita, la familia gobernante en el Marruecos actual. Y, más tarde, en el siglo XX se renovaron buena parte de las estancias, aunque manteniendo en todo momento la estructura del edificio y la profusión decorativa que le dieron sus creadores originales.

Qué es ralmente una madrasa

Una madrasa es una escuela coránica de estudios superiores, es decir el lugar donde se enseña a interpretar los escritos del Corán y a practicar la religión musulmana de acuerdo con sus preceptos. Pero la traducción literal demadrasa essimplemente “escuela”. Así que las madrasas, hoy como en su origen, son centros de formación no solo en materia religiosa, también de lenguas, derecho y leyes islámicas, medicina, historia, matemáticas, astronomía y música.

De alguna forma se podría equiparar el concepto de madrasa con el de los seminarios mayores o, incluso, con las escuelas universitarias europeas. Aunque es cierto que en Marruecos, igual que en el resto del Magreb y otros países del orbe islámico, hay facultades universitarias como tal.

Qué ver en el interior de la Madrasa

Ante todo conviene saber que la Madrasa Bou Inania sigue cumpliendo su función como centro de estudios. Esto quiere decir que, además de las actividades educativas que tienen lugar en ella, la parte superior de este monumento hace las veces de residencia para sus estudiantes. Por tanto, no se puede acceder a esta zona.

Por contra, sí es posible visitar parte de la mezquita, siendo uno de los pocos edificios de culto islámico al que pueden acceder los no creyentes. Pero, sobre todo, lo que se puede admirar es el gran patio central distribuidor de todo el complejo que, además, es uno de los espacios más espectaculares y detallados de toda la madrasa.

Aquí aparte de las arquerías y decoración en yeso de las paredes (de lo que hablamos más adelante), llama la atención la fuente circular que hay en el medio, decorada con motivos acuáticos. Ésta se alimenta con las frescas aguas del río Oued Fes, directamente llegadas de las montañas cercanas.

Curiosidades y detalles para no perderse

Lo más llamativo de la Madrasa Bou Inania es la rica decoración en yeso y estuco que recubre buena parte de sus muros. Junto a ella, trabajados zócalos de azulejería en vivos colores y techos de madera labrada dejan boquiabiertos a todos los visitantes. Presta atención a los detalles vegetales y astronómicos que decoran los capiteles de las columnas y también a las inscripciones en árabe sobre los muros, que reproducen textos del Corán. También a los mocárabes, tan habituales en la cultura nazarí de Granada (y luego en la meriní de Marruecos), que cuelgan de buenas parte de las estructuras curvas del edificio.

También muy llamativo es el recubrimiento cerámico del minarete de la mezquita. Al incidir los rayos del sol sobre los azulejos pulidos emiten destellos que llaman la atención tanto a los visitantes de la madrasa como de los paseantes exteriores.

Una vez fuera, conviene prestar atención al reloj hidráulico que decora la fachada y que se conoce como clepsidra Dar al-Magana.

Información de interés

Puedes conocerla Madrasa Bou Inania todos los días de la semana, con excepción del viernes, día de oración para los musulmanes y cuando permanecen cerrados buena parte de los edificios públicos. El horario de visita es de 9 a 18 horas, con dos horas de cierre a mediodía. Debes tener en cuenta que tampoco está permitido el acceso al público durante los minutos de los diferentes rezos diarios. Esto es así por la consideración de esta Madrasa Bou Inania como “gran mezquita” y, por tanto, como referencia espiritual para los habitantes del barrio en el que se sitúa.

El precio de la entrada es de 20 dirhams, es decir, algo menos de 2 euros. Al tratarse de un lugar de espiritualidad es conveniente que en la visita procures evitar llevar ropa llamativa o demasiado ligera.

Es muy recomendable visitar la madrasa fuera de las horas de mayor afluencia de visitantes y estudiantes (sobre todo, antes del almuerzo). De esta forma, es más fácil dejarse llevar por el ambiente de paz que desprende este monumento y escuchar el evocador sonido del agua de la fuente del patio central.