Fez es una ciudad llena de rincones románticos donde pasar unos días con tu pareja llenos de paseos, comidas con vistas y atardeceres en el desierto o admirando el ritmo vital de unas callejuelas que nunca duermen. Además, una de las cosas que más llaman la atención de las parejas que visitan la ciudad marroquí es el zoco dedicado a las novias y las tiendas en las que se puede alquilar hasta el trono labrado que utilizan las prometidas en los días de la ceremonia. Una experiencia muy divertida.

  1. Selección de planes
  2. Dónde dormir en Fez

Selección de planes

Visitar la medina

Una ciudad milenaria puede ser el lugar más romántico del mundo sobre todo si buscamos rincones únicos como callejuelas tan estrechas donde solo cabe una persona o puertas decoradas con azulejos que rompen la monotonía del resto de edificios; fuentes que llevan siglos aliviando el calor de autóctonos y viajeros o plazas donde el ritmo vital no descansa ni por las noches. Para recorrer sus casi 300 barrios y miles de calles, lo mejor es contratar un guía local o, si preferimos, perdernos desde Talaa Kebira a través de callejones y vías que te llevan de un zoco a otro marcando la vida de un reloj que parece haberse detenido hace siglos.  

 

Zoco de bodas o Kissariat El Kitafah

Es un lugar muy curioso dentro de Fez, sobre todo para parejas que estén pensando en casarse próximamente. Este mercado de ropa exclusivamente para bodas está cerca de la calle Rue Laa Tarine y a su alrededor hay numerosos comercios donde se venden kaftanes de novia, bordados a mano en distintos colores y con un precio muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta que en una ceremonia tradicional la novia puede cambiarse hasta 7 veces de vestido.

También son muy curiosos los tronos de oro y brillantes, que normalmente se alquilan para las ceremonias, y unos conos gigantes donde los novios van guardando los presentes que les hacen los invitados. 

Zapatos festivos de novia

Museo Nejjarine

Los artesanos de Fez son unos expertos en el trabajo de la madera, labrando desde objetos más pequeños como cajas para guardar joyas hasta muebles, puertas y sillas. Este museo —el propio edificio es una joya del siglo XVIII— recoge las herramientas que tradicionalmente utilizan los ebanistas, pero también artesanías antiguas y hasta alguna puerta tradicional de una de las mezquitas.

Además, alrededor de Nejjarine se ubica el zoco de los carpinteros, donde se puede ver en directo cómo trabajan los artesanos y también comprar cualquier cosa en madera que podamos imaginar. 

 

Curtiduría Chouwara

El trabajo de la piel en la curtiduría más grande de Fez es un espectáculo que no nos podemos perder. Para visitar el patio de los curtidores tenemos que pedir permiso a los comerciantes para que nos dejen acceder a su terraza. Nos darán unas ramitas de hierbabuena o menta que son imprescindibles para poder observar todo el tratamiento de pieles y aguantar el olor. Hay que fijarse en las cubas blancas, donde se limpia la piel de animal con excrementos de paloma, y en las marrones, donde los tintes naturales y los aceites de higo le dan ya el color y la suavidad que podemos ver luego en la tienda hechas babuchas, bolsos o pufs.

Palacio Real y el barrio judío

Las siete puertas del Palacio Real, que no se puede visitar por dentro, son uno de los lugares más fotografiados de Fez debido a su belleza y espectacularidad. Las siete entradas son un símbolo de las siete fases de la monarquía y también de los días de la semana. Desde allí, lo mejor es visitar el barrio judío, que se diferencia del musulmán sobre todo en los balcones, y también la sinagoga Ibn Danan, una de las más antiguas del norte de África y uno de los lugares menos conocidos. 

El atardecer en las ruinas Merinides

Se trata de un necrópolis que la dinastía Merinida construyó en el siglo XIV junto con un palacio y una mezquita, ahora en ruinas. Esta colina guarda una belleza muy romántica entre puertas y arcos medio derruidos pero, sobre todo, esconde una de las mejores vistas sobre la ciudad de Fez al atardecer, un lugar mágico en esas horas en las que el sol empieza a perder fuerza.

Dormir en el desierto

Uno de los planes más románticos que se pueden hacer en Fez es una excursión al desierto de Merzouga donde pasar la noche bajo las estrellas entre las dunas de Erg Chebbi. Además, el viaje cuenta con un paseo en camello y el hospedaje en un campamento donde tomar el té, pasear tranquilamente y disfrutar de un espectáculo de tambores.

Dónde dormir en Fez

Una de las mejores opciones para descansar es el Barceló Fès Medina, un hotel moderno pero ubicado muy cerca de la medina, por lo que se convierte en un lugar de descanso sin perder la conexión con la ciudad antigua.

Además, está a solo 20 minutos del aeropuerto y a cinco de la estación de tren, por si queremos continuar con el viaje a otras ciudades de Marruecos.

Sus 134 habitaciones están decoradas con un estilo contemporáneo y cuentan con todas las comodidades que podamos imaginar.

El Barceló Fès Medina cuenta también con un moderno restaurante internacional con platos típicos marroquíes en la carta y un Jazz Bar donde descansar el final del día con un rico cóctel o una bebida.

En este hotel podemos acudir al spa, al hammam con alguno de sus tratamientos o a la piscina exterior para refrescarnos.