Fez conserva de una manera casi única la mayor medina del mundo, es decir, el espacio peatonal más grande. Las miles de calles que conforman este recinto amurallado se entrecruzan con zocos dedicados a gremios concretos, plazas donde las fuentes ocupan un espacio artísticamente privilegiado y mezquitas y madrasas que fueron, en su día, el foco de organización de cada barrio.
En la actualidad también hay que disfrutar de las teterías en las azoteas, un privilegio abierto a todos los públicos, de los baños árabes y de restaurantes con rica comida y decoración.
También hay otro Fez donde el Palacio Real actúa como un imán rodeado de jardines y de puertas que dan entrada a la parte andalusí y judía.