El Palmeral descubre al viajero la otra cara de Marrakech, la del desierto. Lejos del bullicio y los ruidos de la urbe, el enclave traslada a otros tiempos. Dar un paseo a camello o en calesa por este territorio dominado por las palmeras es un plan turístico ideal para toda la familia. Aquí es posible tomarse un respiro, disfrutar de un tiempo de ocio al aire libre y conocer más a fondo los orígenes, las costumbres y la historia de la capital marroquí.

Con sus más de seis mil hectáreas, el Palmeral de Marrakech es uno de los más extensos del mundo. Incluso abarcaba mucho más terreno en el pasado. En la actualidad, este rincón mítico de la ciudad, se ha convertido en una zona residencial de lujo. Majestuosos hoteles y villas vacacionales han restado espacio al área arbolada. La suntuosidad de las edificaciones contrasta con la sobriedad del paisaje. La vegetación emerge en un paraje árido que dice mucho de las duras condiciones de vida de la gente del lugar.

Historia y leyendas del Palmeral de Marrakech

El Palmeral es un entorno clave en los orígenes, subsistencia y prosperidad de Marrakech. La realidad y la leyenda se mezclan cuando se recrea la historia de este paisaje tan singular. Relatos muy antiguos señalan que el fundador de la ciudad, Youssef Ben Tachfine, fue quien impulsó el nacimiento del palmeral de manera accidental. Se cuenta que decidió acampar con su ejército en la extensa llanura, protegida por montañas. Y que los soldados derramaron en el terreno las semillas de los dátiles con los que se alimentaban, provenientes de otras regiones.

Ese gesto dio lugar con el tiempo a miles y miles de palmeras. Y, según la narración histórica, fue el hijo del líder marroquí, Ali Ben Youssef, quien para paliar la escasez de agua puso en marcha un efectivo sistema de irrigación. Conocido como Khettara, consistía en una red de canalizaciones subterráneas, unidas entre sí, que permitían subir el agua del subsuelo a la superficie. Se calcula que en la planicie se pueden contabilizar unos cinco mil pozos. Gracias a este sistema, la zona se volvió fértil. Crecieron las palmeras y a su sombra prosperó el cultivo de hortalizas y olivares, que permitió subsistir a la población.

 

 

El presente, un entorno de lujo

En su origen, el Palmeral contaba con unas 14.000 hectáreas, que se han quedado reducidas a la mitad aproximadamente. La conversión del área en una lujosa zona de hoteles, villas y campos de golf, ha aportado riquezas a la ciudad gracias al desarrollo turístico. Pero el entorno natural, en el que se han llegado a contar unas cien mil palmeras, se ha visto perjudicado. A ello han contribuido también distintas plagas y la falta de mantenimiento del milenario sistema de irrigación, lo que ha llevado a que muchos pozos se hayan secado.

A día de hoy, el entorno no es un espacio protegido. Con cierta regularidad las autoridades hablan de impulsar planes de mejora y reforestación de este lugar, con mil años de historia, que atrae a viajeros de todas las partes del mundo. Quienes lo han visitado, suelen rememorar la impresión que sigue produciendo el lugar, su peso histórico y la belleza de sus atardeceres.

Conoce el Palmeral de Marrakech
Conoce el Palmeral de Marrakech

Qué hacer por el Palmeral de Marrakech, rutas inolvidables

Pese a la urbanización del enclave, el Palmeral de Marrakech sigue siendo un lugar mítico, donde aún es posible imaginar el pasado de la ciudad. No suele estar abarrotado y su extensión garantiza zonas de calma y silencio. Muy frecuentemente los visitantes llegan al lugar en calesa. Pueden alquilar el servicio de estos carruajes tirados por caballos en el área de la medina o en la Ciudad Nueva. Desde la popular Plaza de Jemaa el Fna el trayecto dura dos horas.

Una vez en el entorno, se puede disfrutar de paseos inolvidables en camello, caballo o poni. Los más activos también tienen la posibilidad de realizar actividades como los recorridos de quads por el interior de la zona. Es muy frecuente acudir a uno de los lujosos resorts de los alrededores a degustar un té, comer e incluso darse un baño en sus piscinas. Pero, sin duda, el mayor regalo es disfrutar del paisaje, del recorrido refrescante entre las palmeras y de las espectaculares puestas de sol, con las montañas del Atlas al fondo.

En esta privilegiada zona se encuentro el magnífico hotel de 5 estrellas Barceló Palmeraie, con arquitectura árabe, jardines, piscinas y excelentes tratamientos de bienestar.

El Palmeral de Marrakech
Camellos en el Palmeral de Marrakech

La experiencia de un paseo en camello por el Palmeral

Son muchas las compañías que facilitan la excursión en grupos reducidos al Palmeral, Palmeraie de Marrakech. El itinerario arranca y termina en el hotel donde se hospedan los turistas. Incluye el típico paseo en camello durante una hora. Es habitual hacer una parada en la casa de una familia bereber para disfrutar de un aperitivo de bienvenida y un té de menta.

Las rutas resultan inolvidables al atardecer. El recorrido se inicia después de escuchar las detalladas explicaciones de un guía sobre la resistencia de los camellos. Unos animales utilizados en Marruecos como medio de transporte durante siglos, gracias a su habilidad para viajar grandes distancias sin agua. Para que la experiencia sea más auténtica se facilita a los turistas la vestimenta tradicional de los “tuaregs”. No falta el típico “sheish” (turbante) para protegerse del sol.