En Marrakech el Shikat, que es como se conoce a la danza del vientre en la región, es un espectáculo que atrae a visitantes de todo el mundo. Los colores llamativos del vestuario de las bailarinas profesionales y la sensualidad de sus movimientos pélvicos ejercen un especial encantamiento sobre los espectadores. El baile resulta hipnótico para quien lo contempla. Se acompaña de música de percusión que alterna las secciones rítmicas más rápidas con otras de mayor lentitud.

En la capital marroquí son muchas las ofertas de shows en locales que prometen las mejores actuaciones. Es una buena manera de disfrutar de este arte tan singular. Pero la forma en que los marroquíes lo viven y lo integran en su cotidianidad se percibe con mayor autenticidad si se asiste a una fiesta local o a una boda. En esta ceremonia las invitadas se entregan a la danza ataviadas con los típicos caftanes.

Historia y orígenes de un baile seductor

La danza del vientre es común a diferentes países del Medio Oriente y Norte de África. Son muchas las variantes que se practican de este tipo de baile basado en los seductores movimientos de vientre y caderas. Se trata de una fusión de distintos estilos de danzas populares étnicas.

En tumbas faraónicas del antiguo Egipto y en murales de los santuarios neolíticos de Catal Huyuk, en Turquía, se han encontrado imágenes de coreografías similares. Los orígenes no están del todo claros, pero lo que sí se sabe es que este tipo de danza está relacionada con el tema de la fertilidad, la tierra y los poderes mágicos atribuidos a la mujer por su capacidad para alumbrar nuevas vidas.

La denominación de danza del vientre se empezó a utilizar en el siglo XIX. Fue el nombre que le dieron los viajeros europeos. El exotismo del baile, tan distinto a las modalidades occidentales, les impresionó desde un primer momento y contribuyeron a expandir su fama lejos de sus fronteras naturales. Con anterioridad se conocía como Danza Oriental. En los Países Árabes la forma más elemental del baile, basada en simples movimientos de caderas, convive con otras más sofisticadas, donde todas las partes del cuerpo adquieren protagonismo.

 

 

Son evidentes los componentes eróticos y místicos de la danza del vientre. Cada vez se practica más en Occidente esta antiquísima especialidad artística que, sin embargo, no es bien vista por el integrismo musulmán. En los países donde el islamismo es más fuerte, el baile está prohibido en los lugares públicos y se practica de forma clandestina en determinados locales. Pero esto no sucede en Marruecos, donde está totalmente permitido, goza de gran aceptación y es una de las atracciones favoritas de los turistas.

Particularidades de la danza del vientre en Marruecos

El Shikat siempre ha estado ligado a la celebración de la vida a través de la matriz como centro fecundador. La variante marroquí de la danza del vientre se caracteriza por los movimientos sensuales de cadera, pelvis, brazos y manos. Las bailarinas profesionales usan trajes de colores llamativos, con tops de lentejuelas y faldas largas o pantalones sueltos. También se emplean joyas exóticas, incluyendo cinturones hechos de monedas que, en el pasado, constituían la riqueza de toda la familia. Otros accesorios utilizados durante la danza del vientre en Marruecos son las espadas, serpientes, grandes vasos e incluso enormes candelabros con las velas encendidas.

Es frecuente que se use una ligera tela en la cadera para llamar la atención sobre los movimientos de la parte inferior del cuerpo. Los meneos más rápidos, al ritmo de la percusión, se alternan con otros más suaves y ondulados. Se utilizan unos instrumentos muy antiguos llamados crótalos (de latón, también conocidos como zills). La danza se practica generalmente con los pies descalzos, una manera de enfatizar la conexión física entre las bailarinas y la Madre Tierra.

La coreografía cambia ligeramente si se asiste a una fiesta o a una tradicional boda marroquí. En la celebración nupcial las invitadas llevan caftanes, típicos vestidos largos y sueltos, con mangas en forma de campana y hermosos bordados. Lo habitual en estos encuentros es que una mujer baile en el centro de un círculo, rodeada por las demás, que la aplauden al ritmo de la música. Los hombres presentes se ponen de rodillas en un círculo y animan a la mujer a continuar con su baile solitario y embriagador.

Dónde ver espectáculos de danza del vientre en Marrakech

En Marrakech se puede disfrutar de espectáculos de danza del vientre en numerosos festivales regionales y culturales, pero lo más habitual cuando se viaja a la ciudad es acudir a restaurantes y clubes privados especializados en este tipo de actuaciones. En la antigua ciudad imperial este baile seductor se utilizaba principalmente para complacer a los sultanes y animar las bodas. En la actualidad es valorado como una expresión artística y las bailarinas demuestran sus habilidades, su estilo y maestría en numerosos festivales por todo el país. También son muy frecuentes las demostraciones en actuaciones privadas para grupos.

La danza del vientre remite a las leyendas de Las mil y una noches, pero también se ha convertido en un baile de moda que desean aprender las mujeres de otras partes del mundo. En el Marrakech más moderno y cosmopolita hay clubes y restaurantes donde el baile es un indudable punto de atracción para los visitantes.

Restaurantes donde cenar y disfrutar de la danza del vientre

El barrio de Hivernage, donde se ubican muchos hoteles, es una zona que hay que visitar en busca de una buena actuación. Si se desea acompañar de una cena exquisita, conviene anotar la dirección del restaurante Le Comptoir Darna, en la Avenida Echouhada. Se trata de un lugar muy chic, de moda en los circuitos nocturnos de la capital. Destaca su decorado moderno, la buena relación calidad precio y la fuerza del espectáculo.

Otras opciones son Le Marrakchi y Dar Nejjarine, ambos en el entorno de la famosa Plaza Jemaa El Fna. El primero es un restaurante con vistas a este entorno en el corazón de Marrakech. Se ofrecen platos elaborados con recetas tradicionales y hay espectáculo de danza del vientre todas las noches. El segundo es la antigua residencia de un gobernador y, actualmente, un elegante riad. En el entorno, comida, música y danza hacen las delicias de los visitantes.

Muy cerca, en la Place des Ferblantiers, se encuentra Le Tanija. En su espacio, con panorámicas de la espectacular Mezquita Koutoubia y de los tejados de la Ciudad Roja, se puede degustar una tradicional cena marroquí, animada con música y danza del vientre.

Un escenario de cine en el corazón de la medina

El restaurante Dar Essalam es célebre gracias al influjo del cine. Aquí se rodó una escena de la película de Alfred Hitchcock El hombre que sabía demasiado. Aunque el establecimiento cuenta con varios salones, el más famoso entre los visitantes es el Salón K’Dim, donde se sentaron Doris Day y James Stewart para hacer algunas tomas del filme. Este espacio es el más antiguo y refinado del local, con un tradicional estilo marroquí.

Además de Hitchcock, otras personalidades como el político Winston Churchill y el músico francés Charles Trenet fueron clientes de este restaurante ubicado en un palacio lujoso de la medina (170 Riad Zitoun Kedim). En sus instalaciones se puede disfrutar de una comida típica marroquí. Se acompaña de distintos espectáculos, con bailarinas de danza del vientre y músicos de diferentes partes del país. Los amantes del cine que visitan Marrakech no suelen perderse una cena en este escenario tan mágico.