Dos de los paisajes más espectaculares que se pueden visitar en Marruecos son los de las Gargantas del Todra y del Dadès, dos cañones de roca de fama mundial entre turistas y aficionados a la escalada. En pleno Alto Atlas y a las puertas del desierto aparecen estas brechas que parecen partir la montaña en dos, como si la propia Tierra indicase que el camino hacia el sur de Marruecos está por ahí, con una fisonomía que parece recordar al Gran Cañón del Colorado,
Y es que tanto la Garganta del Todra como la Garganta del Dadès se encuentran en el centro de Marruecos, en pleno corazón del interior del país alauita. El paso de la cordillera del Atlas por ese lugar es la barrera natural que cambia el paisaje marroquí por completo. El verde deja su protagonismo al ocre de esta zona montañosa que anticipa la llegada del Sáhara.
Ambas gargantas se encuentran enclavadas en los respectivos valles de los ríos Dadès y Todra (éste último río es estacional), dos pasos naturales que serpentean entre las montañas del Atlas dirección norte-sur, para confluir en sucesivos ríos que desembocarán en el Atlántico. En el transcurso de los ríos, la ciudad de Ouarzazate, la llamada puerta del desierto.
Las dos gargantas se disponen en paralelo, la Garganta del Dadès en el lado occidental y la Garganta del Todra en el lado oriental. Vamos a descubrir un poco más acerca de ellas y cómo llegar hasta allí.
Las Gargantas del Todra y el valle de Todra
Las Gargantas del Todra se sitúan en el lado oriental del Alto Atlas, la subcordillera donde se encuentra la mayor altitud de todo el Atlas marroquí. El paso del extinto río Todra, cuyo caudal solo aparece estacionalmente, tiene unas dimensiones excepcionales. Las paredes pueden alcanzar los 300 metros de altura, mientras que la garganta se estrecha hasta tan solo 30 metros de lado a lado. Un auténtico pasillo natural de rocas que se abre paso dentro de una cordillera de carácter mundial.
Para recorrerla, lo mejor es dejar el coche en uno de los aparcamientos que hay al inicio y recorrerla caminando, para dejarse impresionar por la altura de los acantilados. Algunos puestos ambulantes animan el camino. Dada la magnitud de las paredes, el paisaje se vuelve sombrío, dejando al visitante empequeñecido ante esta obra de la naturaleza.
Este lugar es hoy un paraíso para los amantes de la escalada y del senderismo, y ha ganado mucha popularidad entre los que visitan Marruecos. Desde aquí parten rutas de senderismo muy recomendables que permiten conocer la garganta desde la parte superior. Su única dificultad, salvar el desnivel para ascender a lo alto de los acantilados.
En el camino en coche hacia el Todra descubriremos también el impresionante palmeral de Tinghir, a las afueras de esta ciudad. Denso y frondoso, es un auténtico oasis verde, un vergel de palmeras y olivos entre el color ocre y rojizo del desierto.
Acceso a la Garganta del Todra
El Todra se encuentra a 25 kilómetros al norte de Tinghir, ciudad referencia para acceder a la garganta y que marca la carretera de acceso. Tinghir está a unos 350 kilómetros de Marrakech, y a casi 500 de Fez. Lo más cómodo es viajar desde Ouarzazate, ciudad con aeropuerto internacional y que dista a 160 kilómetros de las gargantas. El camino es a través de la N10, que aprovecha el curso del río Dadès hasta abandonarlo, dirección Tinghir.
Valle del Dadès y Garganta del Dadès
Una carretera de vértigo. Conducir por la Garganta del Dadès es una de esas sensaciones que buscan todos los amantes de los road trip y que solo conceden determinados lugares del mundo.
La ruta comienza kilómetros atrás. El río Dadès ya da muestras del vergel que representa para las poblaciones de la zona. Una mancha verde entre casas de adobe y desierto rocoso. Según se avanza se va ganando en altura, superando los 1.500 metros de altitud. El río comienza a serpentear según se introduce en el Atlas y la carretera intenta seguir su paso.
Toda esta zona pertenece a la denominada Ruta de las Mil Kasbahs, cuyo nombre hace referencia a la construcción tradicional de adobe tan habitual en el sur de Marruecos. Un recorrido que pasa de las cumbres nevadas del Atlas al desierto, dejando atrás estos valles y cañones que combinan el paisaje seco con la vegetación de ribera, camino de Ouarzazate. Muchos recordarán películas como Lawrence de Arabia o La guerra de las galaxias, rodadas aquí.
Acceso a la Garganta del Dadès
La Garganta del Dadès está en un paso anterior que la del Todra, cuando vienes desde Ouarzazate. No hay más que seguir el curso del río Dadès desde Ouarzazate, por la carretera N10. En la localidad de Boumalne Dadès, hay que desviarse a la carretera R704 para continuar el río y adentrarse en las gargantas, localizadas unos kilómetros más adelante.