Ir al hammam (denominado hamam o hamán, en castellano) en Marrakech es una costumbre muy placentera, sin duda. Pero lo que muchos no saben es que este agradable ritual tiene mucho más de higiene que de hedonismo. Y, más que una opción de placer, se trata de un obligado hábito semanal en el que suele participar la mayoría de la población.
De hecho, al hammam van los marroquíes en familia, los hombres por un lado, las mujeres por otro. Sin prisa alguna, pues para que sea efectivo el tratamiento, lo ideal es pasar una mañana o una tarde entera en las salas de esta especie de spas de Marrakech. Aunque conviene decir que el spa tiene un concepto algo más moderno, frente al hammam, cuyo origen es milenario.
Para comprender y disfrutar del hammam en Marrakech merece la pena ir a alguno de los más auténticos y clásicos. Es decir, aquellos no concebidos específicamente para los viajeros extranjeros que frecuentan la ciudad.
Porque ir a un hammam tradicional en Marrakech es, sin duda, una de las mejores formas de comprender una parte importantísima de la vida habitual de los marroquíes y de cómo se establecen sus relaciones sociales.
En este sentido, familias enteras y grupos de amigos acuden al hammam, al menos un día por semana. Por lo general, en torno al viernes (el día de oración del Islam), así que conviene tener en cuenta esto a la hora de elegir el momento en que visitar cualquiera de estos centros.
En este sentido, es mucho mejor hacerlo por las mañanas (siempre que el hammam esté abierto), a no ser que se quiera disfrutar del bullicioso ambiente que hay en muchos baños tradicionales a media tarde, coincidiendo con la salida del trabajo.
El ritual del hammam: en qué consiste y qué llevar
En los hammam de Marrakech más tradicionales los marroquíes suelen llevar jabón negro (o jabón beldi, hecho a base de aceite de oliva, sosa y cenizas), champú, guante exfoliante (kiis), toalla, ropa de baño, un cubito para el agua, útiles de afeitado y/o rasurado y perfumes o trocitos de ámbar.
Esto no es así en los centros más acostumbrados a recibir a extranjeros, donde solo hay que llevar ropa de baño o prendas interiores para cambiarse luego
Una vez se llega al hammam, y tras desnudarse, comienza el ritual:
- Sala inicial: se toman dos cubos, uno con agua fría y el otro con agua caliente. Sentados en el lugar donde cada cual quiera, se limpia la piel de una forma superficial. La idea es comenzar a aclimatarse a la temperatura existente dentro del hammam.
- Sala caliente: está a una temperatura bastante superior a la sala precedente, con la idea de provocar la aparición del sudor. De esa forma, se logra expulsar la suciedad acumulada en los poros de la piel. Lo normal es permanecer aquí hasta que el cuerpo aguante, aunque también es posible refrescarse echándose encima algún cubo de agua fría.
- Regreso a la sala inicial: esta vez para aplicarse generosas cantidades de jabón negro con el que limpiar todo el cuerpo. Los marroquíes suelen ayudarse unos a otros para enjabonarse la espalda, pero en los hammam de Marrakech más turísticos son los empleados del centro los que ayudan a los bañistas. Después se aclara la espuma resultante echándose agua con el cubo.
- Masaje: siempre que el centro ofrezca esta posibilidad, tras el ritual anterior, es conveniente un buen masaje para alcanzar una absoluta relajación. Este es también el momento para tratar la piel con aceite de argán y de perfumarla con ámbar o cualquier otra esencia.
- Sala fría: donde se aclimata el cuerpo a la temperatura exterior y se completa la relajación sentados en bancos de mármol. Algunos hammam de Marrakech también tienen en esta sala duchas para eliminar los restos de jabón (cuando no se ha pasado por la aplicación de argán y perfume, claro).
Uno de los mejores hamanes: Barceló Palmeraie
Para disfrutar de una auténtica experiencia de relajación y bienestar, sin duda una de las mejores experiencias de hammam en Marrakech es la que ofrece el Hotel Barceló Palmeraie. Este hammam está integrado en su completo centro wellness, de más de 500 metros cuadrados.
En este espacio es posible disfrutar de este ritual al estilo tradicional, pero con la privacidad que supone el hecho de que solo pueden utilizarlo los huéspedes alojados en el propio hotel.
Quien quiera completar la experiencia también tiene la posibilidad de bañarse en las piscinas de hidromasaje y de los tratamientos terapéuticos y de belleza que se aplican en este mismo centro. Todo enfocado a conseguir la máxima relajación posible, en un entorno muy cuidado e higiénico.
Los hamanes o baños turcos más recomendables de Marrakech
Hay decenas de baños turcos públicos y privados repartidos por toda la ciudad de Marrakech, algunos en el propio zoco. Más o menos tradicionales, más o menos lujosos o populares. Para disfrutar de la experiencia de cada uno de ellos, lo importante es seguir las normas del propio local y, en caso de recibir ayuda o tratamiento de los empleados del establecimiento, nunca olvidar una buena propina.
Estos son algunos de los hamames o hamanes más recomendables de Marrakech:
- Les bains d’Azahara: junto con el hammam tradicional (de unos 45 minutos de duración), este centro ofrece baños de aromaterapia, de pies con pétalos de rosa, aplicación de arcilla y todo tipo de masajes.
- Rosa Bonheur (Derb el Aarsa, 35): además del hammam, este centro ofrece diferentes tratamientos terapéuticos, tanto de estilo marroquí como oriental, con productos cosméticos naturales. Se puede vivir la experiencia tanto de forma individual como en pareja.
- Ziani (Rue Riad Zitoun el Jdid, 14): clientes locales y también bastantes visitantes extranjeros son los que frecuentan uno de los hamames más auténticos de Marrakech, con un ambiente que evoca a otros tiempos.
- Les Bains d’Orient (Arset Aouzal, 214): todo un riad dedicado en exclusiva a la relajación y el bienestar, con uno de los baños turcos más lujosos de Marrakech. También es un buen lugar donde descubrir y experimentar la cosmética tradicional marroquí.
- Hammam de la Rose (130 Dar el Bacha, Medina): este centro lleva el concepto del hammam al siglo XXI, con una decoración y tratamientos que se salen de lo convencional. En este sentido, destaca por sus originales masajes y tratamientos de belleza, complementarios a la experiencia del propio hammam.