Entre las ciudades imperiales de Marruecos, Marrakech es una de las que más experiencias ofrecerá a los viajeros. Sus monumentos, su efervescente zoco y su deliciosa gastronomía, lo convierten en un destino perfecto para entrar en contacto con la auténtica cultura marroquí. Un ajetreo ordenado que nunca se detiene reina entre sus calles. Además, al disponer de tres días en Marrakech podrás aprovechar para hacer una escapada cercana, pues la playa y varios espacios naturales increíbles están a corta distancia. Sigue los consejos de nuestra guía para aprovechar al máximo tu tiempo, descubrir los mejores lugares para comer y no perderte ninguno de los rincones de la Ciudad Roja.
Surgido de la inspiración del pintor Jacques Majorelle, el Jardín Majorelle está muy unido al destino de otro artista, el diseñador Yves Saint Laurent.
Como si de una tela de araña se tratara, las callejuelas del zoco de Marrakech te atraparán por completo en un mundo de aromas y diferentes matices.
La costumbre semanal de acudir al hammam es uno de los rituales más placenteros de Marruecos. En Marrakech encontrarás algunos de sus principales templos.
El singular y amurallado Barrio Judío de Marrakech, habitado hoy por musulmanes, recibe el nombre de Mellah y conserva la esencia del pasado.
Visitar el desierto de Merzouga, la zona marroquí del Sahara, es una experiencia única. Déjate envolver por su exotismo y descubre qué ver y qué hacer.
La danza del vientre, conocida como “shikat”, es frecuente en todo tipo de celebraciones, festivales de música y danza, y también en hoteles y restaurantes.
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