La Medersa Ben Youssef es uno de los grandes y más hermosos emblemas del arte y la arquitectura árabe-andalusí de Marruecos. Fundada por el sultán Abou al Hasan en el siglo XIV, fue reconstruida y enriquecida posteriormente por la dinastía saadí, que aportó más esplendor, si cabe, a este monumento situado junto a la Mezquita de Ben Youssef de Marrakech. Convertida en la actualidad en museo, la medersa tiene 130 celdas destinadas a alojar a los casi 900 estudiantes que aprendían aquí el Corán y otras materias científicas y religiosas. Se trata de una visita muy recomendable si quieres entender la cultura árabe y la religión musulmana.
¿Qué es una medersa o madrasa?
En la cultura árabe, una medersa o madrasa es, sencillamente, una escuela. Aunque el vocablo se aplica a todo tipo de instituciones educativas, tanto religiosas como laicas, en Occidente se usa fundamentalmente para aludir a las escuelas islámicas. Una típica escuela religiosa árabe ofrece habitualmente dos tipos de enseñanza: el Hafiz, que consiste en memorizar el Corán, y el Ulema, que incluye cursos avanzados de lengua extranjera, ciencias e historia. En las primeras épocas del Islam no había madrasas y la más antigua, la Madrasa de Qarawiyyin de Fez, data del año 859.
La Medersa Ben Youssef, la gran difusora del saber
La Medersa o Madrasa de Ben Youssef fue el centro de difusión del saber más importante de Marrakech y el más grande de todo Marruecos. La escuela funcionó durante casi cinco siglos, hasta que cesó en su cometido en 1960. Desde entonces, sufrió el abandono y el olvido, hasta que en 1982 se abrió de nuevo al público para dar a conocer este magnífico e importante sitio histórico.
Sobre la puerta de entrada de la Medersa Ben Youssef existe una inscripción que reza: “He sido edificada para las ciencias y la oración por el Príncipe de los Creyentes, descendiente de los profetas, Abdellah, el más glorioso de los califas. Ora por él, tú que cruzas mi puerta, a fin de que sus esperanzas más altas sean concedidas”.
También se puede observar en la medersa la inscripción del año en que terminó de construirse (1565), lo que permite atribuir al sultán saadí Abdellah El Ghalib la escuela que suplantó a la edificación original. Y el nombre escogido para ella fue todo un tributo a Ali Ben Youssef, hijo y sucesor del fundador de la ciudad de Marrakech, Youssef Ben Tachfine.
Medersa Ben Youssef, estilo y arquitectura
El conjunto arquitectónico de la Medersa Ben Youssef, realizado en estuco, madera de cedro, mármol y azulejos de colores, se articula alrededor de un gran patio en cuyo centro existe una alberca rectangular. La sala donde se realizan los rezos es uno de los espacios más exuberantes en cuanto a decoración, y hay muchos motivos de palmeras y piñas en la zona del mihrab. Además, en toda la medersa hay multitud de inscripciones en estuco y azulejos, entre las que destacan la basmala, la forma con la que suelen comenzar las suras o capítulos del Corán.
Todo el conjunto tiene una base cuadrada, muros robustos y espacios armoniosos distribuidos en un área de 1.720 metros cuadrados. La entrada, situada junto al muro este de la mezquita, está cubierta con una gran cúpula adornada de estalactitas en yeso. Y, después de atravesar un largo vestíbulo, se alcanza el gran patio con suelo de mármol blanco cuya fuente central aporta frescor y serenidad a los usuarios del edificio.
En torno al patio central, en la planta baja y en el primer piso de la Madraza de Ben Youssef, descubrirás los inmensos pasillos y los patios interiores en torno a los que se distribuyen las 130 celdas de los alumnos de la escuela coránica.
Qué ver en la Medersa Ben Youssef
La Medersa Ben Youssef es una visita imprescindible en tu escapada a Marrakech Medersa Ben Youssef porque estamos ante una verdadera joya de la arquitectura de Marruecos, con magníficas esculturas de mármol y mosaicos, de más de 400 años de antigüedad.
Seguro que quedarás fascinado con la exuberante sala de rezos y su curiosa decoración a base de motivos vegetales. También es impresionante su patio interior, con su alberca central que añade frescor al ambiente. Y todo ello en contraste con la austeridad de las que fueron las celdas de los estudiantes.
Dato curioso: los increíbles interiores de la Medersa Ben Youssef sirvieron de decorado para algunas escenas de la película El viaje de Julia, dirigida por Gilles MacKinnon y protagonizada por Kate Winslet.
Si vas a ver la Medersa Ben Youssef, no te puedes perder la mezquita del mismo nombre, que se encuentra al lado. Data del siglo XII y tiene un minarete que se eleva del suelo más de 40 metros.
Y, junto a la Medersa y la Mezquita Ben Youssef, existen otros atractivos turísticos para que los disfrutes en tu escapada a Marrakech. Son el zoco, la Plaza de Jemaa el Fna, el Museo Dar Si Said, la Mezquita Koutoubia y el Museo de Marrakech.