La Mezquita Koutoubia, sobre todo por su minarete de 77 metros, es la gran referencia monumental de Marrakech. Porque, si bien es cierto que hay muchas otras construcciones de visita imprescindible en ciudad, como el Palacio de la Bahía o la Medersa Ben Youssef, ninguna de ellas puede competir con la relevancia y popularidad de la Koutoubia.

Primero, por situación, en plena Plaza de Jemaa el Fna; segundo por su prolongada historia, con casi 900 años; y tercero porque no hay construcción que pueda superar en altura al minarete, sin duda el punto de referencia de todo paseo por Marrakech.

Historia de la Mezquita Koutoubia

La primera piedra para la construcción de la actual Mezquita Koutoubia se colocó a mediados del siglo XI y el primero de los edificios que conforman este complejo religioso abrió sus puertas en 1157. Un año después se inauguraría el segundo de los grandes espacios de  la mezquita, junto con el espectacular minarete. Todo ello, por orden del sultán Abdelmoumen.

El conjunto se edificó sobre una construcción palaciega anterior de estilo almorávide. Ésta, como otros muchos palacios, fortalezas y mezquitas de la ciudad, fue destruida por los nuevos gobernantes almohades de la ciudad (a principios del siglo XII).

 

 

Los almohades consideraban que los anteriores responsables del Imperio Almorávide, del que Marrakech era su capital, se habían apartado de los preceptos del Islam y que, por tanto, su legado religioso, patrimonial y cultural debía ser eliminado.

Así pues, se decidió edificar sobre el gran solar del antiguo palacio, una enorme mezquita, que hoy sigue en pie. Como entonces, la Mezquita Koutoubia es la de mayor tamaño de Marrakech y su región. También es el modelo en el que se han mirado otras muchas construcciones del Norte de África e, incluso, de la Al-Ándalus ibérica.

Pájaros en la Mezquita de Koutoubia
Pájaros en la Mezquita de Koutoubia

La atractiva arquitectura de la Koutoubia: estilo y periodos

Cuando se ve por primera vez el minarete de la Mezquita de la Koutoubia afloran recuerdos de otras construcciones lejanas. Fundamentalmente de la Giralda de Sevilla, monumento que también fue un minarete y cuyos constructores se inspiraron, precisamente, en esta gran torre de Marrakech.

Es el mismo caso de la Mezquita de Hassan II, en Casablanca, aunque ésta se construyó mucho tiempo después: en el siglo XX.

En cualquier caso, lo que está claro es que la Mezquita Koutoubia representa un auténtico paradigma para la arquitectura religiosa de Marruecos y otros países del Magreb. Y lo es por la precisión de sus proporciones y por la aparente sencillez de la construcción, que no es tal.

De hecho buena parte de sus muros, levantados en ladrillo y grandes bloques de piedra arenisca, están decorados por un fino trabajo de filigrana en piedra y azulejos, fundamentalmente en el interior.

La planta de la mezquita tiene forma de T, con rectángulos de 90 por 60 metros y paredes de unos 13 metros de altura. El interior del templo está dividido en 17 naves, con techos de madera sustentados por columnas y arcos apuntados, que recuerdan a construcciones de época similar en España, como la sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo.

Marrakech
Otra perspectiva de la Mezquita de Marrakech

Con todo, el elemento más llamativo de la Mezquita Koutoubia es el minarete (o alminar), desde el que el muecín llama a la oración en diversos momentos del día. En lugar de escaleras, lo que permite acceder a la parte superior de la torre es un elaborado sistema de rampas.

El minarete está coronado por un cúpula polilobulada de bronce, culminada por una aguja con tres esferas de tamaño decreciente, en un estilo muy reconocible en otras muchas mezquitas de Marruecos. Por desgracia, con el paso del tiempo se ha perdido buena parte de la decoración exterior de la torre, antes compuesta por pinturas y mosaicos.

Por fortuna, sí se conserva un cinturón de azulejos esmaltados en color verde en la cúspide del cuerpo principal y que es uno de los elementos más reconocibles de la Mezquita Koutoubia.

Uno de los monumentos imprescindibles en tu visita
Uno de los monumentos imprescindibles en tu visita

Algunos consejos para disfrutar de la Mezquita Koutoubia

Una primera consideración para todos aquellos que quieran visitar el interior de la mezquita: el acceso está restringido a practicantes de la religión islámica. Los no creyentes deben conformarse con rodear el templo, admirando los imponentes muros y contrafuertes que lo sustentan.

El mejor momento para hacerlo es a primera hora de la mañana, incluso antes del primer canto del muecín, cuando el escaso trasiego de la plaza hace volar la imaginación hasta tiempos pasados. No obstante, el atardecer también regala algunos momentos mágicos, sobre todo cuando el sol perfila en el horizonte el gran minarete y convierte su entorno en un auténtico decorado de película.

Es muy llamativo visitarla los viernes por la mañana, el día de oración para los musulmanes, cuando los fieles se acercan hasta aquí, muchos de ellos vestidos de un blanco inmaculado. Todo un espectáculo humano al que conviene asistir con el debido respeto.

Lo que sí son visitables son los Jardines de la Koutoubia, junto al flanco de la mezquita más cercano a la Kasbah o Barrio Judío. Están poblados de palmeras de diferentes variedades, naranjos y otros árboles frutales y este lugar supone un buen lugar de encuentro y descanso para los habitantes de Marrakech y sus visitantes.