Hay tanto que ver cerca de Marrakech que una escapada de pocos día resultará bastante escasa para disfrutar de los muchos atractivos de la región. Lo cierto es que esta ciudad se encuentra en una encrucijada geográfica (de ahí su importancia histórica) entre el mar, el desierto y la impresionante cordillera del Atlas, lugares tan interesantes como atractivos.

Eso sí, tan importante como determinar qué ver cerca de Marrakech es la elección del cuando, dado que hay épocas del año en que ciertas excursiones son bastante desaconsejables. Por ejemplo, la visita al desierto en pleno verano o a la alta montaña durante los días más duros del invierno.

A continuación detallamos algunas de las mejores excursiones que pueden realizarse desde Marrakech, por carretera y en tan solo unas pocas horas de viaje.

La gran experiencia del desierto

Sin duda el Sáhara es un lugar imprescindible que ver cerca de Marrakech. Pasar una noche en el mayor desierto cálido del planeta (con más de nueve millones de kilómetros cuadrados) es una experiencia imposible de olvidar. Aquí no hay contaminación lumínica y son millones de constelaciones las que pueden observarse a simple vista.

Y, luego, despertar en plena noche para levantarse a contemplar la salida del sol sobre las dunas del desierto es algo que roza lo sublime.

 

 

Una de las excursiones clásicas es la que conduce desde Merzouga hasta Zagora, pasando por el pequeño pueblo de Ramlia, pues permite descubrir la diversidad de paisajes que muestra el desierto en esta zona: inmensas planicies áridas, dunas, valles desecados, desfiladeros, oasis…

Esta ruta se puede realizar en vehículo todoterreno en unas cuatro horas, aunque la mayor parte de los viajeros suelen salir de Merzouga por la mañana y llegan a Zagora, o viceversa, a última hora de la tarde, para aprovechar al máximo la experiencia en el desierto.

Camellos en el desierto de Merzouga
Camellos en el desierto de Merzouga

Esauira, el puerto de artistas y artesanos

Esauira es una de las grandes sorpresas que ver cerca de Marrakech. Una localidad de fisonomía absolutamente portuguesa asomada (aupada más bien) a la inmensidad del océano Atlántico.

Las huellas lusas son visibles a cada paso que se da por esta ciudad, incluso cuando se divisa desde la lejanía: casas blanqueadas y decoradas con azulejos geométricos, calles con el típico pavimento portugués, puertas y ventanas de madera pintadas con llamativos colores, una muralla construida con piedras doradas… A todo ello hay que sumar la presencia de numerosos artistas y artesanos, que han encontrado en este lugar la inspiración para sus creaciones.

Descubre los encantos de Essaouria
Descubre los encantos de Essaouria

Esauira tuvo el nombre de Mogador durante el periodo de la dominación portuguesa de esta zona de Marruecos (siglos XV-XVIII) y fue uno de los puertos más importantes del país. Esto supuso una riqueza que explica la belleza de su medina, incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2001.

Tan atractivas como la propia localidad son las playas de la zona, en las que disfrutar (si el tiempo lo permite) de toda la belleza y el placer de bañarse en el océano o de practicar deportes náuticos.

Por ejemplo, la propia playa urbana o la de Diabat-Thagarte, con sus seis kilómetros de arena dorada y junto a la que se encuentran los restos del Castillo del Sultán Negro (del siglo XVIII).

Ouarzazate, el Hollywood de Marruecos

Ouarzazate (o Uarzazat) supone uno de los lugares más escenográficos que ver cerca de Marrakech. No en vano numerosos directores han elegido esta ciudad y su provincia como escenario para el rodaje de películas y series de televisión de fama internacional. Por ejemplo, Lawrence de Arabia, La joya del Nilo, Gladiator, La Momia, Star Wars, Juego de Tronos

La mayor parte de esas producciones aprovecharon el soporte técnico de Atlas Studios, considerados como el Hollywood de Marruecos. Y muchas escenas utilizaron como telón de fondo las murallas de tierra roja de esta ciudad, considerada como la Puerta del Desierto.

De hecho, desde aquí parten buena parte de las excursiones que se adentran en el Sáhara para pernoctar en jaimas y tiendas de campaña. También algunas de las rutas que recorren los valles y llegan a las grandes alturas de la vecina cordillera del Atlas.

En cuanto a la ciudad de Ouarzazate, como tal, en toda visita no debería faltar un paseo por su laberíntica medina, así como admirar su Kasbah Taourirt, fortaleza con numerosas habitaciones y pasadizos ricamente decorados con yesos y azulejos. Sin duda, una de las construcciones de este tipo más auténticas que ver cerca de Marrakech.

Estudios Atlas de Ouzarzate
Estudios Atlas Ouarzazate

Ait Ben Haddou, una alcazaba en pleno desierto

A unos 30 kilómetros de Ouarzazate se encuentra el ksar de Ait Ben Haddou, que es, sin duda, unas de las alcazabas más interesantes que ver cerca de Marrakech. Levantado con barro y piedra, es tan auténtico que está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

De hecho, se considera uno de los ksar mejor conservados de Marruecos, al que se accedía y del que salía a través de dos puertas perfectamente controladas y desde donde se regulaba el tránsito por el interior del recinto.

Aupado sobre una colina, desde donde se dominan muchos kilómetros alrededor, en el interior de Ait Ben Haddou perduran construcciones históricas como el antiguo castillo almenado o la mezquita, amén de numerosas torres fortificadas. Mientras, el laberinto de callejuelas de la medina está flanqueado por decenas de  negocios de artesanos y vendedores de souvenirs.

Edificios de Ait Ben Haddou
Edificios de Ait Ben Haddou

Las cascadas de Ouzoud y el fértil Valle del Ourika

De los lugares que merece la pena ver cerca de Marrakech, las cascadas de Ouzoud son, sin duda, lo más refrescante. Eso, siempre y cuando no se haya secado el cauce del río, algo que ocurre durante los veranos más duros y secos.

Situadas junto al pueblo de Tanaghmeilt, estas cascadas de Ouzoud no son solo un lugar para el baño. También son una buena referencia para realizar excursiones de media montaña y para muchas familias marroquíes suponen simplemente un buen espacio de descanso.

De hecho, llama mucho la atención la proliferación de negocios hosteleros y comerciales que han surgido en su entorno. Por ejemplo, esos restaurantes que colocan sus mesas sobre el propio cauce del río, para que los comensales puedan disfrutar de la comida con los pies metidos en el agua.

Antes de llegar a Ouzoud hay que pasar por el Valle del Ourika, una fértil zona agrícola en torno a la cual han surgido pequeños pueblos donde tomarle el pulso a la vida rural de Marruecos. En estas localidades se puede comprar todo tipo de artesanías e, incluso, el apreciado aceite de argán.

Cascadas de Ouzaoud
Las cascadas de Ouzoud y el fértil Valle del Ourika

La gran cordillera del Atlas

Junto con el Sáhara, la cordillera del Atlas es uno de los lugares más espectaculares y diversos que ver cerca de Marrakech. Así, a poco más de 100 kilómetros de esa ciudad está el Tubqal, máxima altura de Marruecos y del Norte de África, con sus 4.167 metros.

Una excursión reservada a los buenos aficionados al alpinismo y a los amantes de la nieve. De hecho, las rutas hasta ese punto suelen ser de varios días de duración y no están exentas de una cierta dificultad.

Pero hay otras muchas opciones para admirar los paisajes del Atlas con menos esfuerzo. Sobre todo, gracias a las excursiones por los llamados Tres Valles. Es decir, los de los ríos Ourika, Asni y Oukaimeden, que dejan a su paso fértiles tierras de labranza y pequeñas localidades, habitadas desde tiempos inmemoriales por el pueblo bereber y enmarcadas por escenográficas panorámicas a las cumbres del Atlas.

Ascenso a la cordillera del Atlas
La gran cordillera del Atlas