La necrópolis de Chellah, en Rabat, se asienta en el espacio que un día ocuparon los fenicios, los primeros en habitar esta colina sobre el río Buregreg, y que después, en torno al año 40 d.C., tuvo como vecinos a los romanos, que rebautizaron la población como Sala Colonia. La ciudad, abandonada en 1154, estuvo desierta hasta que, en el siglo XIV, el sultán benimerín Abu al-Hassan decidió construir una necrópolis a la que dotó de la protección de una colosal muralla.

Hoy prácticamente en ruinas, el visitante puede acceder a un mirador para descubrir los restos de la ciudad romana y lo poco que queda del complejo islámico: un esbelto minarete de piedra y azulejos. Aquí también están las ruinas del mausoleo de Abu al-Hassan y su esposa, con piedras esculpidas y algunos restos de la típica decoración “zellij” (mosaicos realizados con trozos de azulejos), y las tumbas de algunos santos. Hay que descubrir también la Bassin aux Anguilles, una poza en la que viven anguilas a las que las embarazadas alimentan con huevos cocidos, porque, según la leyenda, esta acción favorece la fertilidad y un parto sencillo.

  1. Historia de la Necrópolis de Chellah
  2. Acceso a la Necrópolis de Chellah
  3. Qué podrás ver en la Necrópolis de Chellah
  4. Información para la visita

Historia de la Necrópolis de Chellah

La histórica necrópolis de Chellah toma su nombre de una tribu local que se asentaba sobre el flanco sur de las murallas que mandó construir Abu al-Hassan. Fue un espacio que en su tiempo tuvo mucha importancia, hasta el punto de que aquí hubo una pequeña universidad o madraza de la que todavía se pueden ver restos de columnas, celdas de los estudiantes, un mihrab para la oración y una piscina ornamental. Sin embargo, el lugar más célebre de la necrópolis de Chellah es la tumba del sultán Abu al-Hassan y de su esposa, Oum el-Izz. Sus sucesores, Abu Yaqub y Abu Thabit, también fueron enterrados aquí. Desde este singular espacio, nace un sendero bordeado de flores y palmeras muy agradable de recorrer. 

Las murallas que rodean la necrópolis, de color ocre, las construyó Abu al-Hassan y hay quien dice que son una reconstrucción de unas murallas romanas ya existentes. Ya en el año 1500, León el Africano dejó escrito en sus crónicas que existían aquí, al menos, 30 tumbas benimerines

Todos los años, durante el mes de septiembre, en este yacimiento se celebra el festival Jazz Au Chellah, en el que participan músicos célebres de Europa y Marruecos. 

Acceso a la Necrópolis de Chellah

Ubicada en el sureste de Rabat, a unos dos kilómetros del centro de la ciudad, la entrada principal a la necrópolis de Chellah es una puerta almohade que tiene un arco de herradura sobre el que hay una franja de caligrafía con el nombre del sultán Abu al-Hassan y la fecha de 1339. Esta puerta está flanqueada por dos monumentales torres. Una vez que se traspasa la histórica puerta, comienza un camino escalonado hasta una explanada con vistas al valle del río Buregreg, a la necrópolis de Chellah y a los restos de la ciudad romana de Sala Colonia.

Qué podrás ver en la Necrópolis de Chellah

La necrópolis de Chellah es hoy el espejo de cómo vivían fenicios, cartagineses, romanos y árabes. Rodeada de murallas, aquí están las ruinas de la mezquita que levantó Abu Yusuf y de los edificios que la rodeaban. Detrás del mihrab se puede contemplar el santuario de Abu Yaqub Yusuf. Sin embargo, lo más destacable de este histórico espacio es el mausoleo de Abu al-Hassan, conocido también como “el sultán negro”, y el de su esposa, una cristiana que se convirtió al Islam y que fue la impulsora de la construcción de la madraza Bou Inania de la ciudad de Fez. Es interesante también descubrir lo que queda del arco del triunfo, el foro y las termas de la ciudad romana. De la época árabe, quedan vestigios del antiguo hamman y varios sepulcros y santuarios que otorgan un carácter mágico a este emplazamiento que hoy está habitado por numerosas cigüeñas.

Información para la visita 

En la actualidad, la necrópolis de Chellah se encuentra cerrada. En principio, se trata de algo temporal. Por eso, conviene informarse antes de visitar este emplazamiento histórico, que está situado a las afueras de Rabat, en el sureste de la ciudad. Su horario habitual de visitas es de lunes a domingo de 9 a 17 horas.

Para llegar a la necrópolis de Chellah, hay que dirigirse hasta la avenida Mussa Ibn Nusair, que es el lugar donde se encuentra el acceso al yacimiento. La mejor opción es llegar en taxi, lo que supondrá un coste de 20 a 30 dirhams, pero también se puede llegar en tranvía, con la línea 2.