Hay bastantes restaurantes donde comer en Rabat. La mayoría con una calidad y variedad bastante aceptables y otros más, éstos casi siempre alojados en antiguos palacios históricos, donde se puede vivir una experiencia de auténtico lujo.
Es cierto que, igual que ocurre en el resto del país, la diversidad de preparaciones no es demasiado grande. Pero lo que sí se puede decir es que la comida de Marruecos resulta de lo más equilibrada desde el punto de vista nutricional, con una apetitosa combinación de verduras, cereales, legumbres, frutas y frutos secos, pescados y carnes.
Sin olvidar el irresistible capítulo de dulces, con que debe terminar toda comida o cena, y esas baklavas (pasteles árabes) a base de masa filo rellena de frutos secos y dátiles, bañada en abundante miel.
A continuación relacionamos algunos de los mejores restaurantes donde comer en Rabat, sus especialidades y motivos por los que nos parecen recomendables. Al margen de ellos, como siempre, nuestro consejo es no tener miedo a experimentar, recorrer las calles y plazas de la capital marroquí, dejándose llevar por la intuición y también por los consejos de la población local.
Restaurantes recomendados
Dar Zaki (23 Rue Moulay Brahim)
Este es uno de los restaurantes ideales donde comer en Rabat, sobre todo si se quiere experimentar con la cocina marroquí más tradicional. Además, está situado en plena Medina antigua, en una de esas casas de estilo andalusí con las mesas repartidas entre diferentes patios, salones, plantas y terraza exterior de la planta alta.
Sí o sí aquí hay que pedir cualquiera de sus tajines (de pollo o cordero) y pastelas (torta de pasta filo rellena de carne de ave y aderezada con azúcar glas y canela).
La Menora (5 Rue er Riyad)
En sus diferentes salones, distribuidos entre las plantas de este edificio antiguo, se respira tradición, tradición y tradición. No solo en los sabores y presentaciones de los platos, también en la decoración que tanto recuerda a la de las casas andaluzas.
Eso sí, a los habituales cuscús y tajines se suman platos como sopas, kebabs, falafel, carnes y pescados a la brasa, además de ensaladas variadas. Importante: tienen una (limitada) carta de vinos marroquís y alguna que otra etiqueta francesa. Dato interesante pues no en todos los restaurantes de Rabat se sirven bebidas con alcohol.
Dar El Medina (3 Rue Benjelloul, Souk Sebbat)
Como su nombre indica, este restaurante donde comer en Rabat se encuentra en plena Medina. Por eso en sus mesas se produce una interesante mezcla entre la población local que viene en el descanso de su jornada laboral y muchos de los extranjeros que, en su paseo por el zoco, se sienten atraídos por los aromas de la cocina.
El local no engaña: comida típica de Marruecos, auténtica, especiada, colorista y muy generosa en cantidades. A destacar las brochetas de carne de pavo, pollo, ternera o mixtas, hechas a la brasa. También las pastillas de ave y de marisco.
Dar Naji (Av. Jazirat Al Arabe)
Comer y, sobre todo cenar, en este restaurante, frente a la muralla de la Medina (en su parte exterior) es una gran idea. Porque a la autenticidad de la cocina (típica y muy sabrosa) hay que añadir la afabilidad y profesionalidad de sus camareros, vestidos de forma tradicional.
Si el tiempo acompaña lo mejor es elegir alguna de las mesas de la terraza superior y dejarse llevar por los consejos del personal del restaurante. Así, por ejemplo, sorprenderá el sabor y matices del tajín de carne de cabra o el de los elaborados a base de pescado y cocinados sobre las brasas del carbón. Para finalizar la pitanza, es recomendable tomar un té a la menta, sobre todo por el placer de ver el espectáculo de cómo lo sirven.
Philippe Rey Petit Bistro (19 Av. Moulay Rachid)
Situado en el Quartier Hassan , muy cerca de la célebre torre-minarete y el Mausoleo de Mohhamed V, este restaurante es un alternativa a la tradición imperante en la mayoría de restaurantes de la ciudad. De hecho, es ideal para conocer por dónde va la nueva cocina marroquí, tan influida por la francesa.
Producto fresco de temporada y proximidad, sin demasiados aderezos pero con sabores puros muy convincentes. Los pescados y mariscos son protagonistas de una carta que cambia en función del mercado, con curiosidades (para estas latitudes) como la bullabesa o el cassoulet de mejillones al azafrán.
Le Dhow (Quai de Bou Regreg, Av. Al Marsa)
Más que un restaurante donde comer en Rabat, Le Dhow es una auténtica experiencia. Por supuesto gastronómica, pero aquí hay mucho más. Porque efectivamente se trata de un barco de madera anclado en uno de los muelles del río, con varios ambientes: café-salón de té, bar-lounge y restaurante.
En éste, dividido a su vez en cuatro salas, incluyendo el puente superior, se disfruta de unas magníficas vistas a la ciudad y se sirve una innovadora cocina fusión. Por supuesto, los sabores e ingredientes locales son protagonistas, aunque dejando un gran espacio a la innovación y creatividad de que hacen gala los responsables de cocina. Después de la cena merece quedarse un poco más y tomar una copa o un cóctel, disfrutando de un ambiente muy internacional.