La ubicación geográfica de Rabat, en la costa atlántica y a no demasiados kilómetros de ciudades de gran interés turístico como Casablanca, Fez o Meknes, y al contar con uno de los principales aeropuertos con conexión con España, la convierten en un destino ideal para ir a otros puntos del país del norte de África. 

Si el viajero pasa varios días conociendo la capital del Reino de Marruecos y quiere ir a otros lugares teniendo a Rabat como centro de operaciones, hay muchas opciones. 

A continuación, seleccionamos varios planes para saber qué ver cerca de Rabat. 

  1. Visitar el desierto
  2. Excursión a Fez
  3. Excursión a Volubilis
  4. Excursión a Chefchaouen
  5. Excursión a Casablanca
  6. Kenitra
  7. Bosque de la Maamora

Visitar el desierto

Marruecos también es conocido como el país de las dunas debido a que su territorio favorece estas características formaciones de arena. 

Una de las excursiones que más agencias de viajes ofrecen al desierto del Sáhara es al pueblo de Merzouga, que se encuentra en el Erg Chebbi (o mar de dunas Chebbi). Técnicamente no forma parte del Sáhara, pero está en una parte de estepas presaharianas. 

Allí, las dunas pueden llegar a alcanzar hasta los 150 metros de altura y los cinco kilómetros de anchura. El pueblo de Merzouga se encuentra a los pies de las dunas, pero desde allí se pueden hacer excursiones en camello al desierto, en cuatro por cuatro o es posible pasar la noche en las dunas y ver el espectacular amanecer del día siguiente. 

Caravana de camellos que atraviesa el desierto del Sahara en Marruecos al atardecer

Desde Rabat, se ofrecen tours de tres días que pasan por por el Atlas Medio, Ouarzazate -donde hay estudios donde se han rodado secuencias de películas de Hollywood como Gladiator– o Marrakech. 

Excursión a Fez

Una de las excursiones desde Rabat que debería hacer cualquier visitante que esté varios días en la capital de Marruecos es a la ciudad de Fez. Con doce siglos de historia, Fez es junto a Marrakech, Mequinez y Rabat una de las cuatro “ciudades imperiales” al haber sido capital del país en el pasado. 

A unas dos horas y media por carretera, Fez se podría visitar en un día saliendo muy temprano y agotando el día hasta la noche. O para los que prefieren disfrutar con más tranquilidad de esta ciudad medieval, considerada como capital cultural y espiritual de Marruecos, habría que hacer noche allí. 

Puerta a la antigua Medina de Fez, Marruecos

Pasar la mañana, la tarde o el día, paseando y conociendo la Medina de Fez el-Bali, incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981 y que está considerada como la mayor zona peatonal del mundo, es el plan que hay que hacer en Fez. Supone un viaje al medievo y allí están ubicadas dos grandes mezquitas, la de los Andaluces y la Mezquita de El-Qaraouiyyîn; las madrasas (escuelas coránicas) de Bou Inania y Al Attarine; el Museo Nejjarine de Arte y Artesanía; o el Mausoleo de Mulay Idrís II, entre otros puntos de interés. 

Además de tomar un té típico de Marruecos y comer comida local, si hay tiempo merece la pena conocer alguna de las cuatro curtidurías tradicionales que alberga Fez. Allí se puede observar cómo los curtidores sumergen el cuero en fosas de diferentes colores para teñirlo. 

Excursión a Volubilis

Volubilis dista también a unas dos horas y media en coche desde Rabat. Este yacimiento arqueológico de la época romana con 20 hectáreas de superficie excavada, está ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad de Mequinez. 

Debido a su excelente grado de conservación, la Unesco la nombró Patrimonio Mundial en 1997. Fue fundada en el siglo III a.C. y se erigió como capital de la Mauritania Tingitana hasta que fue ocupada por el Imperio Romano que la abandonó en el siglo III d.C. 

Ruinas Volubilis en Marruecos

El Foro, el Arco del Triunfo de Caracalla, el templo de Júpiter Capitolino, la Casa de Baco, la Basílica, la Casa de Orfeo, los extraordinarios mosaicos que aún se conservan, las antiguas almazaras… Todos estos restos arqueológicos merecen la pena visitar para conocer el pasado. 

Por unos 10 euros se puede realizar la visita con guía (sin guía la entrada cuesta poco más de 6 euros). 

Excursión a Chefchaouen

Chefchaouen se sitúa en el noroeste de Marruecos, rodeado de las montañas del Rif y cerca de la ciudad de Tetuán. Es otra de las excursiones desde Rabat, aunque al estar a más de cuatro horas por carretera hay que pasar una o dos noches allí. 

Chefchaouen o Chauen es conocida por el color azul y blanco de las fachadas de sus casas, escalinatas o patios interiores. Y su ubicación en la falda de una montaña hacen que desde la distancia toda su silueta se bañe de un bello azul. 

Fundada en el siglo XV por los bereberes, fue refugio de moriscos y judíos expulados de España por los Reyes Católicos -dicen que es una de las razones por las que se asemeja a un típico pueblo andaluz-. 

Chefchaouen, la ciudad azul de Marruecos

Cuenta con un importante patrimonio cultural, empezando por su Medina, la  Kasbah (o gran fortaleza de imponentes muros rojos y exuberantes jardines), la Gran Mezquita, hasta la plaza Uta al-Hamman. 

Si el viajero tiene tiempo, hay varias rutas senderistas por las montañas y ríos circundantes. 

Excursión a Casablanca

Casablanca es la excursión más cercana a Rabat: está a una hora en coche. Con más de tres millones de habitantes, es la ciudad más grande de Marruecos y se erige como el epicentro comercial, industrial y portuario. 

Bien merece una visita de uno o dos días desde Rabat. Y no solo para conocer sus principales puntos de interés turístico, sino también para empaparse una atmósfera de una Marruecos moderno en la ciudad más europea del país del norte de África. Se puede observar en los bulevares como la Corniche, con beach clubs exclusivos o por la calle, viendo a mujeres que no se cubren la cabeza. 

Mezquita de Hassan II en Casablanca

El viajero quedará impresionado en su visita a la Mezquita de Hassan II, de enorme tamaño -está considerada como la tercera más grande del mundo, por detrás de las de Medina y La Meca- y en un enclave sobre una plataforma que se eleva por encima del mar, se puede entrar en su interior para admirar su majestuosidad. Alrededor de este templo hay una explanada de grandes dimensiones (puede albergar hasta 80.000 fieles). Es la única mezquita marroquí que está abierta a visitas de personas que no profesan el islam. 

Otros puntos interesantes que visitar son la plaza de Mohamed V, el Palacio Real, la Medina vieja y la nueva, así como pasear por el paseo marítimo o ir de compras por el Quartier Habous. Casablanca también ofrece al visitante muchas opciones para degustar una buena comida o cena, así como locales con animada vida nocturna. 

Kenitra

A 40 kilómetros por carretera desde Rabat y camino al norte se sitúa la ciudad costera de  Kenitra, capital de la región agrícola Garb-Chrarda-Beni. Romanos, almohades, españoles, portugueses o franceses han pasado a dominar esta ciudad. Cuenta con un puerto fluvial en el río Sebú que a lo largo de la historia se ha utilizado a nivel militar, pesquero y comercial. 

Detalles arquitectónicos tradicionales y típicos marroquíes. Mezquita en Kenitra, provincia de Chrarda Beni Hussein, Marruecos. Día soleado

Además de ser una excursión para disfrutar del sol y la playa, la ciudad actual, que tiene origen a principios del siglo XX durante el periódo francés -en aquella era conocida como Port-Lyautey-, cuenta con una mezquita, la de Mohamed VI, hay una antigua medina, así como edificios de estilo francés fruto de la herencia pasada.

Bosque de la Maamora

Considerado como el mayor alcornocal del mundo -el alcornoque es el árbol del que se extrae el caucho-, el bosque de la Maamora se extiende entre Rabat y Kenitra en una meseta de 80 kilómetros desde el océano Atlántico tierra adentro. Con 133.00 hectáreas, el bosque de la Maarmora es el pulmón verde de la capital marroquí y un espacio para pasar una jornada de paseo en el campo. 

La mejor época del año para visitar este bosque es en primavera, cuando el suelo se cubre con un espectacular manto de flores. 

Bosque de Maamora en Marruecos con árboles de roble de corcho