Cancún y Riviera Maya forman un gran collage, un mosaico, un enorme rompecabezas formado por piezas de todos los colores, y su cocina es una clara muestra de ello. Desde las sabores ancestrales del Mundo Maya hasta los platillos e ingredientes que han llegado a la zona provenientes del resto de México y del mundo, la gastronomía de este rincón del Caribe te ofrece un poco de todo, pero siempre delicioso.
En este sentido, la gastronomía tradicional mexicana ha cumplido 10 años como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, un reconocimiento que ha confirmado lo que todos sabíamos: comer en México es una auténtica maravilla. Por supuesto, Riviera Maya también forman parte de este delicioso escenario gastronómico, pero como destino global también puede presumir de ser un digno representante de los sabores del mundo. Cocina thai, americana, francesa, italiana, china, argentina, japonesa… ¡lo tienes todo y más!
Y si las recetas e ingredientes son muchos y muy distintos, los lugares en que puedes disfrutar de una buena comida lo son todavía más: unos taquitos de cochinita pibil en plena calle o un restaurante del lujo en un hotel 5 estrellas; una pizzería artesanal, con todo el encanto de Italia, o un delicioso asador argentino; el mejor sushi o un auténtico mole oaxaqueño; el mejor pescado y marisco, recién salido del mar, o una hamburguesa tan buena como la que te puedes comer en Texas o Nueva York.
- La conchita pibil
- Los panuchos
- El pescado Tikin-xic
- El Poc Chuc
- El Ceviche
- Los chilaquiles
- El pozole
No importa si estás en Cancún, en Playa del Carmen, en Cozumel o en cualquier otro punto del Caribe Mexicano, disfrutar de la gastronomía es una de las cosas que hará de tus vacaciones una experiencia realmente inolvidable. Y para facilitare un poquito las cosas, aquí te tienes una pequeña lista de sugerencias, de corte más tradicional, que no te puedes perder:
1. La cochinita pibil: la joya yucateca
Un poquito picante, con un toque acidito, un aroma indescriptible y alguna nota dulce, la cochinita es el plato más icónico de la cocina tradicional yucateca. Cocinarla bien tiene su chiste: la clave está en el marinado o recado –hecho con pasta de achiote, especias, naranja agria, manteca, sal…– y en el largo tiempo de cocción que necesita para quedar súper tiernita. Si, además, se cocina envuelta en hoja de plátano en un pib tradicional –el horno maya que le da nombre al guiso y que se hace cavando un hoyo en la tierra, en el que se quema leña para calentar varias piedras, sobre las que se deposita un recipiente con la comida y finalmente se vuelve a cubrir todo con tierra para dejarlo cocer durante varias horas– ya la cosa es manjar de reyes. En tacos, sopes, tortas, panuchos… y siempre acompañada de su chilito habanero y su cebollita encurtida, la cochinita pibil es una auténtica delicia.
2. Los panuchos: una botana perfecta
Siguiendo con el recetario típico yucateco, los panuchos son uno de los antojitos más ricos de toda la Península. Se trata de una tortilla de maíz rellena de frijoles negros colados al estilo Yucatán (originalmente también llevaba dentro una rebanada de huevo duro, pero hoy ya no es tan común), que se fríe, tradicionalmente en manteca de cerdo, y encima se “decora” con lechuga en juliana, pollo deshebrado, rebanadas de jitomate, aguacate, cebollita morada encurtida y chile habanero. Además de pollo, también se pueden encontrar panuchos de cochinita pibil, de pavo guisado o en escabeche, de relleno negro… ¡Perfectos para botanear!
3. El pescado Tikin-xic: sazón marinero
Este es uno de los platos más típicos en buena parte de la costa de la Península de Yucatán y se prepara marinando el pescado –puede ser mero, huachinango (pargo rojo)…, abierto por la mitad y sin espinazo– con achiote, naranja agria y especias (recado colorado). Después de reposar unas tres horas, se cubre con tiras de chiles xcatic (chiles güeros), cebolla morada, rodajas de jitomate y orégano, se baña con cerveza, sal y pimienta, y se concina a la brasa, envuelto en hoja de plátano y cáscara de coco. Dentro de toda la región, Isla Mujeres es un lugar clásico para comer el Tikin-xic, incluso se dice que fue ahí donde se cocinó este singular platillo por primera vez.
4. El Poc Chuc: para carnívoros con un twist
En maya yucateco, poc significa «tostar» y chuc, «carbón». Y eso es, básicamente, el poc chuc: carne de cerdo –normalmente se utiliza lomo– fileteada y asada al carbón. Un plato ideal para los más carnívoros. Pero, ojo, que el secreto está en el twist, porque la calve de este manjar está en que la carne hay que marinarla primero en jugo de naranja agria (hay quien también usa orégano, tomillo y pimienta). Al estar sumergida en el jugo durante un buen rato (entre más, mejor), la carne adquiere un sabor incomparable. Habitualmente, este plato típico se acompaña con arroz, frijoles colados, aguacate, rodajas de rábano, trozos de cebolla asada y mezclada con jugo de naranja agria y cilantro, y una salsa hecha con jitomates también asados a la brasa y chile habanero.
5. El Ceviche: sabor a mar
En México, si hay mar hay ceviche. Y, por supuesto, la Riviera Maya no es la excepción. De camarón, de pescado, de pulpo, de caracol… producto fresco cocido en jugo de limón y acompañado con cebollita y jitomate picaditos, cilantro, aguacate, chilito habanero… y todas las variantes que te puedas imaginar. Quizás el más clásico de la zona es el ceviche estilo Chetumal, que es de caracol. Para prepararlo hay que golpear primer la carne del caracol con un martillo o una piedra para ablandarla, luego se corta en trozos pequeños y se cubre con agua hirviendo hasta que se enfría. Ya frío, se escurre y se mezcla con jugo de limón, cebolla picada, sal y pimienta, y se deja reposar (por lo menos un par de horas). Al servirse se añade jitomate picado y habanero desvenado, y se puede acompañar con tostadas y aguacate.
6. Los chilaquiles: un clásico indiscutible
El maíz es la base de la comida tradicional mexicana y la tortilla es la forma más común de consumirlo. Con ellas se puede hacer de todo, desde un taco hasta una tostada o una quesadilla, y, por supuesto, los clásicos totopos, esos crujientes trozos de tortilla frita que se pueden acompañar con casi cualquier cosa (¡nada de nachos, son totopos!). Y los chilaquiles no son otra cosa que totopos bañados en salsa verde o roja… eso sí, acompañados con cualquier cantidad de cosas, desde crema, cebolla, cilantro y queso hasta frijoles, aguacate, huevo, pollo, cecina, chorizo… ¡al gusto! Un plato sencillo pero realmente delicioso, y uno de los desayunos más típicos de todo México.
7. El pozole: un caldo único
Una vez más, el maíz hace acto de presencia, pero ahora en grano y cocido en un rico caldo de carne de cerdo o pollo. El pozole es un guiso de origen prehispánico que tiene distintas variantes en todo el país: lo hay blanco, verde y rojo, dependiendo de los ingredientes que se sumen al caldo, pero siempre con granos de un tipo de maíz conocido comúnmente como cacahuazintle, más grandes y blancos que el maíz común. Como a tantos otros platos típicos, al pozole también lo acompañan todo tipo de guarniciones y condimentos: lechuga en juliana, cebolla finamente picada, crema, orégano, jugo de limón, rodajas de rábano, aguacate, queso fresco, chile en polvo… una explosión de sabor en cada cucharada.