Valladolid es uno de esos lugares de Yucatán que han sabido mantener el espíritu colonial en su arquitectura, en sus plazas y también en su gastronomía. Ese ambiente único e histórico le ha valido la categoría de pueblo mágico, junto con otras villas de la zona. Además, es un paso obligado para quienes van a Chichen Itzá, a sólo 30 minutos en coche, para descansar antes de enfrentarse a los misterios de las famosas pirámides y templos mayas.

  1. Historia de la localidad
  2. Qué tienes que ver si pasas por Valladolid
  3. Compras y mercados en Valladolid
  4. Visitas cercanas

Historia de la localidad

Fue un sobrino de Francisco de Montejo, el conquistador español, quien fundó en 1543 Valladolid justo en el asentamiento militar que utilizaron los españoles en su lucha contra los rebeldes cupules, que eran los mayas asentados en esta zona de la Península del Yucatán.

Pocos años después, descubrieron que este terreno, junto a una laguna, no era bueno para el cultivo y trasladaron la ciudad a las ruinas mayas de Zací, que significa gavilán blanco y es precisamente el pájaro que sigue apareciendo en el escudo de la ciudad.

Como algunas de las ciudades coloniales vecinas, Valladolid también sufrió la Guerra de Castas en 1847, ante las revueltas de los indígenas frente a los hacendados del henequén que los hacían trabajar en condiciones pésimas, y también tuvo su protagonismo la ciudad en el arranque de la famosa Revolución Mexicana de 1910: la Rebelión de Valladolid, como se la conoce, marcó el arranque de las históricas revueltas.

Qué tienes que ver si pasas por Valladolid

Parque Principal Francisco Cantón Rosado

Este paseo es uno de los lugares con más vida de Valladolid casi a cualquier hora del día. Se llama así en homenaje a un político del siglo XIX y está rodeado de los edificios más importantes de la ciudad como el Palacio Municipal, con su gran Salón de los Murales, desde donde se obtienen las mejores vistas de la plaza.

También encontramos en este parque el Templo de San Servacio, el más importante de la ciudad, y una fuente conocida como La Mestiza, que homenajea a una mujer vestida con la ropa típica de Yucatán que simboliza la unión de lo hispano y lo maya.

Hay muchos puestos de comida, sobre todo al atardecer, para tomar algo mientras se conversa o se pasea.

Templo de San Servacio

Se trata de la iglesia principal de Valladolid y una de las más bonitas de la península. Su historia está entrelazada con el destino de esta tierra ya que fue levantada en 1545 con las piedras de una antigua pirámide maya que se ubicaba en esta misma plaza. Sin embargo, en 1705 fue demolida después de que fuera testigo del crimen de los alcaldes, es decir, cuando un exregidor mató a su sucesor. El castigo fue parte de su derrumbe y un cambio en el altar.

Aún mantiene sus dos torres, frente a dos bonitas palmeras que le hacen todavía más estilizada, que guardan un cañón del siglo XIX. También es llamativo el reloj del siglo XVIII que sigue en funcionamiento. 

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Iglesia de San Servacio, Valladolid, Yucatán, México.

Convento de San Bernardino

Este convento fue levantado por los franciscanos en el siglo XVI para evangelizar a los indios mayas que vivían en el barrio de Sisal, la zona más ocupada por los habitantes originarios de Valladolid. Es por tanto uno de los monasterios más antiguos de Yucatán.

Su vista permite no sólo disfrutar del increíble edificio, sino que también cuenta con un museo con los objetos que ha ido conservando el convento e incluso los que se encontraron en un cenote próximo. Además, es un buen lugar para entender bien la llamada Guerra de Castas. 

Por las noches se proyectan sobre su fachada imágenes sobre la historia de Valladolid que son un buen reclamo para entender la importante historia de la ciudad.

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Convento de San Bernardino en Valladolid, Yucatán, México

Calzada de los Frailes

Es una de las calles más singulares de Valladolid que parte, precisamente, del Parque Principal hasta el barrio de Sisal. Los franciscanos del Convento de San Bernardino la utilizaban para llegar al Templo de San Servacio –de ahí su nombre– y ahora es una de las vías principales llena de restaurantes y tiendas de artesanía encuadradas en bellas casas coloniales de colores. No puedes marcharte de Valladolid sin pasearla y tomarte algo en alguno de sus bares.

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Edificios a lo largo de la Calzada de los Frailes en Valladolid, México.

Cenote de Saamal

A menos de 10 minutos del centro de Valladolid se encuentra la Hacienda Selva Maya que guarda en su interior uno de los sitios más mágicos de la ciudad, el cenote de Saamal. 

Se trata de una piscina natural de aguas cristalinas rodeada de vegetación donde darse un baño es como adentrarse en las profundidades de una tierra mágica. Además de las distintas plataformas para lanzarse al agua y de las estalactitas que caen del techo, el cenote cuenta con una tirolina desde donde las vistas sobre la ciudad son increíbles. 

El espacio también dispone de algunas rutas para hacer senderismo y circuitos específicos para las bicicletas.

Compras y mercados en Valladolid

Aunque la Calzada de los Frailes es un lugar lleno de tiendas de artesanía, una de las mejores experiencias para comprar en Valladolid es pasearse por los mercados como el de la Plaza Central, lleno de puesto de comida tradicionales con recetas autóctonas, como el Municipal Donato Bates donde se pueden comprar los mejores recuerdos de nuestro viaje.

No pueden faltar en nuestra maleta las blusas de flores bordadas, artículos hechos de paja, tallas en piedra o madera y artículos de talabartería.

Visitas cercanas

Una de las visitas obligadas desde Valladolid es Chichén Itzá, una de las siete maravillas del mundo y una de las ruinas mayas mejor conservadas y más importantes del país. Están ubicadas a sólo 50 kilómetros por lo que el acceso es muy fácil y rápido.

Pero no es la única excursión que podemos hacer desde aquí. Si nos gustan los cenotes, el de Ik-Kil es uno de los más emblemáticos de la zona porque parece una puerta de entrada al inframundo de los mayas. Tiene una profundidad de más de 48 metros.

También podemos recorrer las ruinas de Ek Balam, uno de los últimos descubrimientos en salir a la luz en Yucatán donde también hay un increíble campo de juego de pelota.