Varsovia es una ciudad llena de historias y leyendas, de arte en las calles y en sus tiendas donde la cerámica o el ámbar del Báltico son algunos de los recuerdos que todo el mundo quiere traerse de la capital polaca.
Pero también es una ciudad para comérsela y bebérsela. Por eso, no hay que olvidar echar una botella de buen vodka.
Ámbar del Báltico
Las joyas de ámbar del Báltico pueden encontrarse casi en cualquier tienda de Varsovia aunque las piezas más preciadas están en los escaparates de las joyerías. Es un regalo muy típico de Polonia y se puede encontrar en collares, pulseras o pendientes, pero también en llaveros y otros regalos decorados con piedras de ámbar como una cuchara de café.
El precio de estos objetos sube si en el ámbar se encuentran restos de insectos o si es de un color más extraño de lo habitual como el blanco marfil o algunos tonos de verde.
Además, se considera que esta resina tiene propiedades curativas para algunas enfermedades como las tiroides e incluso se tomaba vodka con restos de ámbar para los catarros.
Artesanía (joyas y vasijas)
La artesanía en Polonia es un arte milenario y muy rico. Uno de los oficios más antiguos de artesanos en esta ciudad fueron los maestros orfebres, por lo que hoy en día es muy fácil encontrar auténticas joyas hechas sobre todo en plata y con la técnica de la filigrana.
Se pueden encontrar muchas piezas en los mercadillos, sobre todo en el de la Plaza del Mercado, pero también en tiendas especializadas donde la plata es un elemento común a joyas, velas y otras piezas.
Destacan los famosos huevos de pascua o pisankis, cuya tradición arranca en el siglo X, de cuando se conservan los más antiguos, como un símbolo religioso de la Pascua. Ahora, no obstante, también se consideran un regalo de nueva vida y prosperidad.
Otro de los regalos más típicos de Varsovia son las vasijas. Hay tres tipos de cerámicas importantes en el país: la de Boleslawiec, la de Ćmielów y la de Włocławek.
La de Boleslawiec es la cerámica más antigua -viene desde la Edad Media- y la más común. Se caracteriza por estar pintada a mano en tonos azules y blancos. De hecho, aunque pueden verse piezas con decoraciones folclóricas o frases escritas en polaco, las más populares son las vajillas o vasijas decoradas con puntos.
En el caso de Ćmielów, su fabricación arranca en el siglo XVIII y está considerada un vajilla aristocrática puesto que es utilizada en casas reales y hasta en el Vaticano.
La cerámica más moderna es Włocławek, cuyas piezas es posible encontrar en puestos y mercadillos de antigüedades.
Licores
Si hablamos de licores en Polonia lo primero que se nos viene a la cabeza es el vodka y haremos bien en traernos una botella. No en vano, Varsovia es la única ciudad del mundo que tiene todo un museo dedicado a esta bebida, el Muzeum Wódki.
Hay muchas variedades de vodka, puros o de sabores a hierbas y frutas, y envasadas en distintos tamaños, por lo que no tenemos excusa para comprar una botella.
El más famoso es el vodka de patata de Chopin. De hecho, el Chopin Black es el más premiado del mundo.
Pero si optamos por la variedad de sabor a hierbas, el más conocido es el vodka Zubrowka, en el que se puede encontrar una brizna de hierba de bisonte del Parque de Bialowieza en cada botella.
Otros licores también típicos de Varsovia es el nalewka, una especie de bebidas espirituosas infusionadas con frutas, hierbas o especias (existe casi de cualquier cosa) y que crea un licor espeso. El más famoso es el de cerezas.
Comida típica de Polonia
Es difícil encontrar un lugar con tantos tipos de chocolates y chocolatinas como Varsovia. Así que no podemos volver a casa sin una caja de chocolates o bombones. Los más famosos en la capital polaca son los de Wedel, que hasta tiene una cafetería con salones muy señoriales donde disfrutar de esta rica bebida de cacao.
Son muy populares las Ptasie Mleczko, chocolatinas de crema de vainilla y que se pueden encontrar casi de cualquier variedad: de chocolate, fresa, limón, naranja…
Menos dulces pero igual de ricas son las pierniki o galletas de jengibre, que se pueden encontrar en los supermercados porque son muy típicas. Las hay simplemente glaseadas o rellenas de mermelada de distintos sabores o chocolate.
Otro de los souvenirs gastronómicos más típicos es el oscypek, un queso ahumado elaborado con leche salada de oveja, más propio de la región montañosa pero que se puede comprar en cualquier tienda de Varsovia.
En los mercados también se pueden encontrar variedades de leche de vaca, cabra o mezcla, aunque el auténtico es el de oveja.
Tiene un sabor muy peculiar y algunos restaurantes lo sirven como aperitivo con mermelada de arándanos.
Dónde alojarse
Una de las mejores opciones para alojarse en Varsovia es el hotel Barceló Warsaw Powiśle, ubicado en el barrio del mismo nombre y muy cerca de la estación de metro ‘Centrum Nauki Korpernik’.
Se trata de un hotel moderno que se ubica en una antigua central eléctrica, lo que le da un toque industrial muy propio de las zonas más alternativas de las capitales europeas.
Sus 151 habitaciones están diseñadas en la misma sintonía que el resto del hotel con grandes tuberías, unidades de control y elegancia industrial por todas las estancias.
La oferta gastronómica del hotel Barceló Warsaw Powiśle incluye un restaurante principal y un lobby bar. También cuenta con un sky bar con piscina al aire libre en los meses de verano, en su quinta planta.
El hotel dispone de gimnasio completamente equipado con las últimas tecnologías y amplias salas para eventos.