Varsovia con amigos: cultura, espacios verdes y ocio
Viajar a Varsovia con amigos es un plan ideal para un fin de semana o un puente largo, aunque también puede servir como punto de arranque de un viaje por Polonia. Historia, modernidad, gastronomía, vida nocturna y actividades culturales se combinan en una ciudad que tuvo que ser reconstruida tras la II Guerra Mundial.
La Varsovia de hoy alberga un casco histórico completamente reconstruido a imagen y semejanza del que había antes de la llegada de los nazis, edificios de estilo comunista fruto de su época como República Popular de Polonia (1945-1989), rascacielos modernos, zonas verdes y calles llenas de vida. El río Vístula divide a la capital polaca en dos.
Situada en el centro del país, la capital polaca está muy bien conectada por transporte aéreo desde muchas ciudades europeas. Desde España, vuelan compañías low cost como Ryanair y, principalmente, operan WizzAir y Lot con precios de vuelos que rondan entre los 100 y 200 euros desde ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga.
Viajar a Varsovia en invierno o en Navidad tiene su atractivo por los precios más bajos, la posibilidad de ver la capital bajo un manto de nieve o llena de luces navideñas, pero un “pero” puede ser el frío. Visitar la capital polaca en primavera o verano tiene el atractivo de no tener que llevar el chaquetón y disfrutar del sol, pero los precios son más altos. En cualquier caso, Polonia es un destino económico.
A continuación, te ofrecemos una selección de planes si viajas a Varsovia con amigos.
Selección de planes
Visitar el casco histórico y los lugares más emblemáticos
Para visitar Varsovia a fondo, bastan un par de días. Si vamos con menos tiempo, se pueden ver las principales calles, plazas y monumentos en una jornada.
La que en su día fue conocida como “la París del Este” sufrió una devastadora destrucción durante la II Guerra Mundial (1939-1945) por parte del ejército alemán -sobre todo, tras el histórico Alzamiento de Varsovia en 1944-. Entre 1945 y 1953 se llevó a cabo una gran reconstrucción de la ciudad, un hito que hizo que la UNESCO reconociese a su casco histórico como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1980.
Hoy, la Ciudad Vieja (Starówka, en polaco) es prácticamente nueva en construcción, pero mira al pasado a través de sus edificios reconstruidos. Está delimitada por Wybrzeże Gdańskie, a lo largo del Vístula, y por las calles Grodzka, Mostowa y Podwale.
Un punto de partida podría ser el Castillo Real, a orillas del Vístula. Residencia oficial de los reyes polacos hasta 1795, es aquí donde se promulgó en 1791 la considerada como primera constitución europea. En su plaza exterior se erige la popular columna del rey polaco Segismundo III (1587-1632).
Desde el castillo, previo paso por la Catedral de San Juan (siglo XIV), se puede callejear hasta llegar a la Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja (Rynek Stare Miasto), con el monumento a la sirenita blandiendo una espada y un escudo en el centro (la sirenita es el símbolo de Varsovia). También alberga el Museo de Varsovia y es una de las plazas con más vida de la capital, junto con la Rynek Nowe Miasto, que es la plaza nueva y está a pocos metros de distancia. A pocos pasos de la Plaza del Mercado se sitúa la Barbacana, una antigua estructura defensiva medieval cuyo origen data del siglo XVI.
La Ciudad Nueva de Varsovia (Nowe Miasto) está un poco más al norte de la Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja y forma parte del núcleo histórico de la capital polaca. Como casi todo en Varsovia quedó hecho cenizas en 1944. Su origen data de finales del siglo XIV, momento en el que obtiene el título de ciudad independiente de la ciudad vieja. Ya con la Constitución de 1791 entra a formar parte de la Varsovia de aquella época.
El espacio más emblemático de la Ciudad Nueva es la Plaza de la Ciudad Nueva (Rynek Nowe Miasto). Construída entre los siglos XIV y XV, en su momento albergó un ayuntamiento y cuenta con algunos edificios de la etapa comunista. La calle principal de la Ciudad Nueva es Freta, que nace en Barbacana y donde se esparcen tiendas, restaurantes o la casa natal de la Premio Nobel de Física y de Química, Marie Curie. No hay que dejar de ver el Monumento a los héroes del alzamiento, que se encuentra en la plaza Krasinskich y es recomendable visitar la Ciudadela de Varsovia.
Una vez recorrido el casco histórico de Varsovia, hay dos paradas más obligatorias: el antiguo gueto judío y el Palacio de la Cultura y la Ciencia.
Construído en 1940 tras la invasión alemana de 1939 para albergar a la población judía de Varsovia, de otras regiones, el gueto judío se situaba al sudeste de la capital polaca. Un muro de 18 kilómetros de longitud delimitaba una zona en la que se llegaron el ejército nazi obligó a vivir a más de 400.000 judíos (un tercio de los habitantes de Varsovia en aquel momento) en un espacio reducido y en condiciones deplorables.
Tras años de sometimiento, tuvo lugar el levantamiento de miles de judios armados. Fue el 9 de enero de 1943, al comienzo de la segunda deportación masiva de judíos a campos de exterminio, y duró hasta mediados de mayo, cuando el ejército alemán les ganó la batalla y, en represalia, acabó por destruir todo y sembrar aún más terror. Para conocer todo lo que ocurrió, es de visita obligada el Museo de la Historia de los Judíos Polacos. En frente, se sitúa El Monumento a los héroes del Gueto. Otro monumento, el de Umschlagplatz, recuerda el punto de partida desde donde salían los vehículos que llevaban a los judíos al campo de exterminio de Treblinka.
Aún quedan partes del muro y algunos edificios, como los de la calle Waliców; también, algún búnker del momento de la insurrección judía, en la calle Mila. Todo lo demás fue pasto de las llamas y destrucción de la Alemania nazi.
Y para concluir la visita para conocer “lo imprescindible” de Varsovia, un buen punto de final de ruta puede ser el Palacio de la Cultura y la Ciencia (Pałac Kultury i Nauki). Sus 237 metros de altura lo convierten en el más alto de la capital polaca y se divisa desde cualquier parte de la ciudad.
Se ubica al sur de Varsovia. Se construyó entre 1952 y 1955, durante el régimen comunista. Su estilo pertenece al realismo socialista, aunque parece inspirado por el art decó que tiene al Empire State de Nueva York como referencia. Fue un símbolo de la Polonia socialista acogiendo, por ejemplo, congresos del Partido Obrero Unificado Polaco.
Hoy, con más de 3.000 estancias, tiene varios teatros, un cine, una piscina, oficinas, una universidad y hasta el Ayuntamiento de Varsovia está en este imponente edificio. Y dos museos: el Nacional de Tecnología y el de la Evolución. En la plata 30, a 144 metros de altitud, hay una terraza que ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de Varsovia. Alrededor del edificio están modernos rascacielos que conforman una especie de “City”.
De museos y palacios
Otra ristra de planes para hacer con amigos en Varsovia es conocer la ciudad a través de sus museos y palacios.
Hay dos museos imprescindibles para adentrarse en lo que ocurrió en la capital polaca durante la II Guerra Mundial. Ubicado en el número 79 de la calle Grzybowska está el Museo del Alzamiento de Varsovia, un espacio interactivo en el que se muestra la lucha y vida diaria de los miles de polacos que se sublevaron contra el ejército nazi entre agosto y octubre de 1944. Una resistencia contra la invasión alemana y para hacerse con la ciudad antes de que lo hiciese el Ejército Rojo.
El segundo museo es el de la Historia de los Judíos Polacos POLIN (en el número 6 de la calle Mordechaja Anielewicza). Este gran edificio de arquitectura moderna, alberga un itinerario de ocho galerías temáticas para conocer los 1.000 años del pueblo judío en Polonia. Una calle tradicional judía de la Varsovia anterior a la II Guerra Mundial, la simulación del gueto de Varsovia o una réplica de la bóveda de la sinagoga de Gwózdziec (construída con madera y destruída por los nazis), son algunas de las principales atracciones del museo.
La Premio Nobel de Física y de Química, Marie Curie, el compositor Fryderyk Chopin o el astrónomo Nicolás Copérnico, son grandes personalidades asociadas a Varsovia. En el número 16 de la calle Freta, en la Ciudad Vieja, está la casa natal de Marie Curie. Hay una exposición dedicada a su vida y obra, con objetos pertenecientes a la científica.
Varsovia también recuerda a uno de los músicos de piano más importantes de la historia, Chopin, a través de esculturas, bancos, etcétera, pero, sobre todo, es el museo que lleva su nombre -ubicado en el Palacio de los Ostrogski-, donde se puede conocer a fondo la vida y obra del compositor. Este museo descubre la figura del compositor con piezas y muestras multimedia de su vida, lo que le otorga la etiqueta de ser uno de los museos biográficos más modernos de Europa.
El Centro de Ciencias Copérnico no es como el de Marie Curie y del de Chopin, que son biográficos, sino que toma el nombre del gran precursor de la astronomía moderna para ofrecer un recorrido interactivo y didáctico para adentrarse en los conocimientos científicos y astronómicos.
Otro de los grandes atractivos de Varsovia son sus palacios pertenecientes a diferentes épocas de la realeza polaca. Si se tiene tiempo, una opción es recorrer la Ruta real de Varsovia, un recorrido histórico de 10 kilómetros de longitud cuyo punto final es el Palacio de Wilanów. La ruta tiene sus orígenes en el siglo XIV, cuando los reyes polacos se trasladaban desde su residencia oficial hasta los palacios veraniegos que se encontraban a las afueras de la ciudad.
Hoy, la ruta está dentro de la ciudad, y discurre por algunas de las avenidas y calles más conocidas de Varsovia. Una forma de contemplar cómo cambiaba la urbe durante los diferentes periodos de las casas reales a través de palacios y jardines.
Podríamos arrancar en el Palacio y jardín Krasińskich (Pałac Krasińskich) más al norte del Catillo Real. Data del siglo XVII y destaca su estilo barroco y un bello jardín ideal para pasear. Desde allí, caminamos hasta el Palacio Presidencial, donde reside el presidente del estado polaco y es el de mayor tamaño y fue construido en el siglo XVII. Al lado se encuentra la Plaza Piłsudski y jardín Sajón, donde se ubicaba el palacio Sajón del siglo XVIII (tras la destrucción durante la II Guerra Mundial únicamente se conservan parte de sus pórticos), la tumba del soldado desconocido y un bonito jardín sajón con varias esculturas barrocas.
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Jardín sajón
Siguiendo la ruta hacia el sur, nos topamos con el Palacio Kazimierzowski, que en sus orígenes fue una casa de campo de los monarcas. La penúltima parada es el Castillo Ujazdowski, que se encuentra ya en el amplio y conocido parque Łazienki y que también fue una residencia de verano de los monarcas. Hoy es sede del Centro de Arte Contemporáneo. En Lazienki hay que detenerse en el Palacio de la Isla. La última parada de la Ruta Real es el Palacio del Rey Juan III en Wilanów, conocido como “el Versalles polaco”.
Parque de Lazienski, las playas del Vístula y una Varsovia alternativa
Además del viaje cultural por Varsovia a través de sus calles, edificios o museos, la capital polaca ofrece grandes espacios verdes, áreas de descanso o playas a orillas del río Vístula y zonas urbanas con un ambiente alternativo y moderno, como el barrio de Praga.
Una cuarta parte de la capital polaca está ocupada por zonas verdes. Un buen plan, si hace un tiempo medianamente bueno, es acercarse a alguno de los parques de Varsovia para dar un paseo, hacer un picnic o descansar un poco al césped.
Con 76 hectáreas de superficie, el Parque de Lazienski es el más popular. Su origen data del siglo XVII, cuando un noble construyó unos baños -de ahí su nombre, Lazienki, que significa baños-. Más adelante, los reyes polacos construyeron aquí la residencia veraniega del Castillo Ujazdowski o bello Palacio de la Isla, que hoy alberga un museo de cuadros de colecciones reales. Pabellones, esculturas o cascadas son otros elementos que observar durante un paseo por este parque lleno de riqueza natural en forma de árboles centenarios o pavos reales y faisanes. En verano, se pueden escuchar conciertos de Chopin al aire libre.
La prestigiosa revista National Geographic incluyó a las playas naturales del Vístula dentro del grupo de las “playas urbanas más bellas del mundo”. Y es que su arena fina y ubicación en espacios verdes, las hacen muy atractivas cuando hace buen tiempo -principalmente en verano-. Una buena opción para tomarse un respiro y darse un chapuzón en el río, tumbarse al sol, hacer una barbacoa o jugar al voley playa.
La más conocida es la playa Poniatówka. Se sitúa en la parte de debajo del puente Most Poniatowskiego, cerca del estadio de fútbol estadio PGE Narodowy y en la orilla de enfrente al casco histórico de Varsovia. Goza de un gran ambiente -hay fiestas por la noche-, se pueden hacer barbacoas y hay bastante espacio para tumbarse. Otra de las más populares es la Playa Rusałka, con vistas a la ciudad vieja y cerca del zoológico de Varsovia.
También enfrente del casco histórico de la capital polaca, cruzando el puente Slasko-Dabrowski, encontramos el barrio de Praga. Data del siglo VII y fue de las zonas menos afectadas durante la II Guerra Mundial, por lo que conserva una parte genuina de Varsovia. Historia y modernidad se combinan en este distrito, al que acercarse para vivir una ciudad con ambiente más alternativo, tomarse unas cervezas o salir de fiesta por algunos de sus clubes nocturnos.
Históricamente, en el barrio de Praga ha habido mucha actividad industrial. Hasta los años 70, principalmente, pero también hasta no hace mucho, han seguido funcionando grandes fábricas que hoy, para protegerlas como patrimonio histórico, se han convertido en centros culturales, de ocio o zona de coworking.
Un ejemplo es el Centrum Praskie Koneser, que constituye un ejemplo de arquitectura que rescata recintos antiguos como la destilería de Vodka Koneser para albergar un Google Campus o tiendas de diseño. Otro espacio revitalizado y alternativo es Soho Factory, una antigua fábrica de motocicletas y ciclomotores en el que actualmente hay tiendas de diseño, un restaurante o talleres de artistas.
Recomendaciones y consejos
A pesar de ser miembro de la Unión Europea, Polonia mantiene su moneda local, el zloty, y no el euro. Por tanto, si viajas a Varsovia con amigos, conviene que tengas en cuenta cómo está el cambio y dónde hacerlo. Si optas por esperar a llegar a Varsovia, en el centro hay varias casas de cambio (kantor en polaco) y también es posible hacerlo en bancos, agencias de viajes y oficinas de correos, por ejemplo. De cualquier forma, hoy en día se puede pagar con tarjeta en muchos establecimientos.
Moverse por Varsovia es sencillo puesto que, además de pie, se puede utilizar el autobús, el metro o el tranvía. Lo taxis también son económicos llegado el caso.
A la hora de comer en algún bar o restaurante, se suele dejar un 10% del total de la cuenta como propina.
Por último, en lo referente al clima, hay que tener en cuenta que la temporada alta es de mayo a septiembre, siendo los meses de julio y agosto los más calurosos -aunque a veces llueve-. Abril y octubre son meses frescos, con días soleados, y los meses de invierno son fríos y suele nevar.
Dónde alojarse en Varsovia
Si queréis pasar unos días de descanso y comodidad en Varsovia, el hotel Barceló Warsaw Powisle es una buena elección para disfrutar con amigos de la capital polaca.
Este nuevo hotel de 4 estrellas se encuentra en la antigua central eléctrica de Powiśle, en el barrio del mismo nombre, con la estación de metro Centrum Nauki Korpernik a 50 metros. Su estética y arquitectura interior y exterior ofrecen al huésped una atmósfera industrial y única. Grandes tuberías, unidades de control, etcétera, son elementos que combinan lo antiguo con la modernidad.
Cuenta con 151 habitaciones, un restaurante con una variada oferta gastronómica, un sky bar con piscina al aire libre en el quinto piso, salas para reuniones y eventos, y hasta un gimnasio.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los planes imprescindibles en Varsovia con amigos?
Visitar el casco histórico y los lugares más emblemáticos, conocer la historia y personajes ilustres de la ciudad a través de sus museos y acercarse a parques, playas naturales y al barrio de Praga.
¿Cuál es la mejor época del año para viajar a Varsovia con amigos?
A partir de abril y hasta septiembre, que son los meses en los que hace mejor tiempo. Aunque es temporada media y alta, si reserváis con tiempo, los precios de los alojamientos no serán tan caros.