Muchos denominan a Madeira como el “Jardín del Atlántico” o la “Isla de la Flores”, y no les falta razón porque el archipiélago ha sido bendecido por la naturaleza y una capa de color verde envuelve prácticamente todos sus rincones. La belleza de sus jardines, la frondosidad de sus espacios naturales donde reina la laurisilva, y la energía de sus cascadas resultan impactantes para todos los viajeros. Sin embargo, hay algo para lo que no solemos estar preparados cuando viajamos a Madeira, y es al vértigo. Un vértigo que asoma al acercarnos a lugares como el cabo Girão, con sus altísimos acantilados, al subir al teleférico de Funchal, o al recorrer las sendas cerca de la Punta de San Lorenzo (São Lourenço). En Madeira vas a vivir momentos muy emocionantes tanto en la propia línea costera como en sus cimas más altas.
La mejor manera de recorrer Madeira es en coche porque te brinda una libertad que no encuentras en otros medios de transporte. También te permite improvisar, ya que en esta isla, como también ocurre en Canarias, el tiempo puede ser muy diferente en la zona norte y en la sur. De este modo, puedes moverte por el territorio insular para huir de la lluvia o para localizar rincones espectaculares como el cabo Girão, en el municipio de Câmara de Lobos.
- Entorno del cabo Girão
- Mirador de cabo Girão
- Teleférico de Rancho
- Câmara de Lobos, un pueblo de pescadores
- Dónde comer cerca de cabo Girão
- Dónde dormir cerca de cabo Girão
Entorno del cabo Girão
Siempre resultan curiosos los récords que muchas publicaciones turísticas mencionan en sus guías. En este caso, aseguran que el cabo Girão cuenta con el acantilado más alto de Europa. Aunque realmente no es así porque los hay mayores en Noruega, en España y en otros países, sí que se alcanzan en este cabo unos 580 metros. Estos acantilados resultan muy espectaculares no sólo por la altura sino por su forma de diamante, su tonalidad rojiza y su aspecto de muralla infranqueable. A los pies de los mismos se sitúa una zona de cultivo, muy frondosa, que llega casi a la orilla del mar y a la que se puede acceder en teleférico.
Mirador de cabo Girão
La mejor manera de admirar el paisaje de esta zona es dirigirse al mirador de cabo Girão, con una sorprendente plataforma de cristal (skywalk) suspendida a casi 600 metros de altura. Si no tienes vértigo, te encantará recorrer este balcón con suelo de cristal para admirar las bellas panorámicas de las fajãs (terrazas) de Rancho y Cabo Girão, de Câmara de Lobos y Funchal. Esta privilegiada posición es aprovechada por algunos deportistas para lanzarse al vacío mientras practican salto base y parapente.
Si el día está despejado, sin niebla, seguro que podrás hacer fotos espectaculares en este lugar. No olvides llevar tu cámara o batería en el móvil. Puedes continuar la ruta visitando la capilla de Nuestra Señora de Fátima, un lugar que despierta mucha devoción.
Teleférico de Rancho
Justo al lado del mirador panorámico se sitúa el teleférico de cabo Girão que enlaza, desde 2003, la población de Rancho con las Fajãs do Cabo Girão. El recorrido no tarda más de unos minutos pero es una experiencia muy emocionante ya que se desplaza casi en vertical y las vistas van cambiando por segundos: acantilados, terrazas cultivadas, océano Atlántico, plataneras… así hasta que llegas a la estación inferior. Una vez abajo, puedes dar un paseo por la playa, escuchar el sonido del mar y comer en el restaurante un rico pescado o pulpo a la brasa. El teleférico de Fajãs do Cabo Girão sólo tiene dos cabinas panorámicas, con paredes de cristal, y una capacidad de seis personas. Inicialmente, esta solución para bajar al pie del acantilado se ideó para los agricultores que debían trabajar la tierra y subir el fruto de sus cosechas.
Câmara de Lobos, un pueblo de pescadores
Después de pasar por el mirador y la plataforma de cristal del cabo Girão, es muy recomendable dirigirse a Câmara de Lobos, la población del municipio homónimo. Es una de las localidades más pintorescas de Madeira y la primera donde vivió João Gonçalves Zarco, el descubridor de Madeira. Es un placer pasear por sus escasas calles, admirar su iglesia de São Sebastião, del siglo XVI; el mercado, donde se venden los productos locales; y el pequeño puerto con sus barcos pintados de alegres colores. Los pescadores suelen afanarse en arreglar las redes y en hacerles una puesta a punto antes de salir a faenar. Si encuentras una escultura de Winston Churchill con una paleta de pintor en tu paseo no debe sorprenderte porque este ministro inglés visitó la isla en 1950 e inmortalizó alguna de sus estampas.
Dónde comer cerca de cabo Girão
El mejor sitio para comer si estás de excursión por el entorno del cabo Girão es Câmara de Lobos, ya que en esta población se sitúan excelentes restaurantes. Entre ellos nos gustan especialmente, Vila do Peixe, tanto por su pescado y marisco como por las preciosas vistas del pueblo, el puerto y el mar. Si lo tuyo no son los sabores marinos puedes elegir Vila do Carne, un lugar ideal para probar las famosas espetadas de la isla (parecidas a una brocheta gigante) o ricas carnes maduradas. Ambos cuentan con salones muy amplios por lo que casi siempre encontrarás sitio para comer. Otra opción más es Casa do Farol, un restaurante que transmite autenticidad y un buen lugar para pedir platos tradicionales, ricas lapas, pulpo… y si vas con niños, incluso sus ricos sandwiches.
Otras propuestas alejadas del puerto, y más cerca de la montaña, son el restaurante bar Panorâmico, y el restaurante Miradouro Cruz da Caldeira, ambos ofrecen gastronomía tradicional y unas vistas impresionantes.
Dónde dormir cerca de cabo Girão
Funchal se encuentra a sólo 15 kilómetros de cabo Girão por lo que es la mejor opción para alojarse y disfrutar también de la oferta gastronómica y nocturna de la capital madeirense. En la zona del Lido se sitúa el Allegro Madeira, un cuatro estrellas Adults only que es perfecto para descansar y organizar diversas excursiones por la isla. Dispone de 124 habitaciones, renovadas y decoradas con sumo gusto. Algunas están orientadas al Atlántico y otras a Funchal, elige tus vistas favoritas. Las instalaciones del hotel también incluyen piscina, un centro Wellness, gimnasio, restaurante, bares y una terraza panorámica, el Rooftop Bar 360, donde tomar un cóctel al atardecer.
El Allegro Madeira es también una alternativa excelente para quienes desean teletrabajar ya que ofrece todo lo necesario para ello.