Ubicada en el extremo noroeste de la isla de Madeira, la localidad de Porto Moniz es una caja de sorpresas. Enclavado entre el mar y la montaña, este rincón de innegable encanto rural ofrece todo tipo de posibilidades ligadas a su singular naturaleza, desde darse un refrescante chapuzón en sus icónicas piscinas naturales hasta disfrutar de las vistas en los espectaculares miradores que se asoman al mar desde lo alto de los acantilados, pasando por rutas de senderismo y BTT, excursiones de buceo, playas para practicar surf, sitios ideal para los amantes del barranquismo… Un gran parque de recreo rodeado de mar y de los frondosos bosques Laurisilva de Madeira
La gastronomía, las fiestas populares –como la célebre Semana do Mar, a finales de julio–, el rico patrimonio cultural y el propio encanto rural del municipio, que también incluye a las parroquias vecinas de Santa, Levada Grande, Ribeira da Janela y Seixal (enlace a Seixal), entre tantas otras, terminan por hacer de Porto Moniz un destino que, desde luego, merece una visita.
- Historia de Porto Moniz
- Piscinas naturales de Porto Moniz
- Fuerte de São João Baptista
- Mirador da Santinha o Mirador de la Santa
- Dónde dormir en Madeira
Historia de Porto Moniz
Una de las parroquias más antiguas de la región norte de Madeira y la más remota de la isla, Porto Moniz surgió en la segunda mitad del siglo XVI –apenas un siglo después del comienzo de la colonización portuguesa del archipiélago– como un asentamiento dedicado a la ganadería, la siembra de cereales, la extracción de madera y, posteriormente, a la viticultura y la caza de ballenas, dos actividades que han sido fundamentales en el desarrollo de este archipiélago portugués.
La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, de finales del siglo XVII; el Fuerte de San Juan, a un costado del puerto, y la iglesia de Santa María Magdalena, uno de los templos más antiguos de la costa norte de Madeira, ubicado en la vecina parroquia de Santa, son solo algunos de los testimonios de la rica historia de este pintoresco municipio.
Piscinas naturales de Porto Moniz
El agreste paisaje de Porto Moniz da lugar a sus principales atractivos, incluyendo, desde luego, sus espectaculares piscinas naturales. Delimitadas por la roca volcánica que caracteriza la costa norte de Madeira e inundadas de cristalina agua de mar, estas singulares áreas de baño ofrecen un extraordinario punto de contacto con la naturaleza de la zona y una opción más que atractiva para disfrutar de ella.
Ubicadas en la zona del Acuario de Madeira y el puerto, frente al islote de Mole, las conocidas como Piscinas Naturais do Cachalote o Piscinas Viejas, son una de las postales más conocidas de Porto Moniz. Enmarcadas por caprichosas formaciones rocosas y apenas intervenidas por barreras artificiales, estas piscinas de acceso libre son, sobre todo, un auténtico espectáculo natural.
En el otro extremo del paseo marítimo, las Piscinas Naturales de Porto Moniz son las piscinas naturales de agua salada más grandes y conocidas de Madeira. En sus cerca de 8.000m2 –entre solárium y áreas de baño– conforman un gran balneario que cuenta con todo los servicios turísticos, desde piscina y parque infantil, acceso para minusválidos y aparcamiento hasta vestuarios, taquillas para guardar los efectos personales, chiringuito abierto en temporada de verano, primeros auxilios, alquiler de tumbonas y sombrillas. Estas piscinas están abiertas todo el año y es necesario, en este caso, pagar una entrada prácticamente simbólica.
Fuerte de São João Baptista
Reconstruido a finales de la década de los años noventa del siglo XX a partir de los restos del fuerte original, datado en 1730, este es uno de los lugares históricos más icónicos Porto Moniz. Ubicada junto al espigón del puerto, en la parte más expuesta de la fachada marítima de la villa, la antigua fortificación se construyó fundamental para repeler los ataques perpetrados por piratas, frecuentes en aquella época.
Hoy en día, el renovado bastión defensivo de San Juan alberga el Acuario de Madeira, una moderna e interesante instalación en la que conviven, repartidas en una docena de tanques temáticos, de distintas dimensiones, más de 90 especies representativas de la rica biodiversidad del Archipiélago de Madeira y, en general, de las islas de la Macaronesia (en donde se incluyen, además de Madeira, las islas Azores, las islas Salvajes, las Canarias y Cabo Verde). En todo caso, una bonita experiencia para toda la familia.
Mirador da Santinha o Mirador de la Santa
Con las altas montañas que caracterizan el litoral norte de Madeira a sus espaldas, uno de los atractivos más especiales de Porto Moniz es su conjunto de espectaculares miradores. Ventanas naturales ubicadas en distintos puntos de la parroquia, que se abren al mar y a la exuberante franja costera de la isla, dibujada por sus enormes acantilados y las estrechas terrazas de cultivo que parecen desafiar la gravedad.
El Miradouro do Pico, el Miradouro do Redondo, el Miradouro da Pedra Mole, el Miradouro do Pico da Assumada… Distintos puntos de vista, todos ellos excepcionales, para descubrir el incomparable encanto de esta zona de Madeira. Como lo es también el Miradouro da Santinha o Mirador de la Santa, ubicado sobre la serpenteante carretera (ER101) que une la costa con la parte alta de la isla. Este mirador es, muy posiblemente, el que ofrece las mejores panorámicas del pueblo, el islote de Mole y las famosas piscinas naturales de Porto Moniz.
Dónde dormir en Madeira
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