Una escapada de 4 días a Madeira puede cambiarte el humor y también la rutina. El archipiélago de Madeira, formado por la isla homónima, Porto Santo y una serie de islas deshabitadas, se presenta como un destino atractivo y exótico a un paso de la Europa continental. Apenas mil kilómetros separan este conjunto insular de la ciudad de Lisboa, sin embargo, su forma de vida, el clima y la orografía no podrían ser más diferentes. Pisar tierras madeirenses es cambiar de manera automática, contagiarse de una alegría y bienestar que sólo es posible en las islas.
Ya sea con vuelos directos o con escalas en Lisboa u Oporto, merece la pena disfrutar de un viaje de cuatro días, ya que permite recorrer sin prisas la capital, Funchal, y también hacer algunas excursiones al interior para conocer sus cumbres más altas. Otras experiencias obligadas en Madeira son el senderismo por las levadas (antiguas acequias de regadíos), una visita a pueblos pintorescos como Câmara de Lobos o Santana, y un baño en una piscina natural (Porto Moniz o Seixal). Opcional, aunque súper recomendable, es una excursión en ferry hasta la isla de Porto Santo, donde se sitúan las mejores playas del archipiélago.
Reserva de la Biosfera, protector de las tradiciones y un lugar idóneo para realizar caminatas. Santana es uno de esos rincones de Madeira que siempre te regala una alegría.
Dinámica, divertida, cultural y animosa, así es Funchal. La capital de Madeira brinda una propuesta urbana centrada en la arquitectura, los museos y la gastronomía.
Playas, calma, paseos, pueblos con encanto, buenos restaurantes... Porto Santo lo tiene todo para convertirse en una de las excursiones más deseadas desde la isla de Madeira.
Grandes o diminutas, de arena dorada o de piedras... las playas de Madeira son todas diferentes pero su carácter natural y salvaje hará que te enamores de ellas.
Ubicado en el extremo este de la isla, Machico es un lugar íntimamente ligado a la historia de Madeira y, desde luego, a su impresionante naturaleza.
Asomada a la inmensidad del Atlántico, la “capital del norte” de Madeira te ofrece todo tipo de experiencias ligadas a su exuberante naturaleza.
Enclavada entre los acantilados y el mar, la pequeña villa de Seixal ofrece un espectacular encuentro con la naturaleza en la costa norte de Madeira.
La naturaleza de Madeira abruma en todos los puntos cardinales de la isla pero en rincones como el cabo Girão, con unos acantilados espectaculares, deja sin aliento.
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