La belleza de República Checa no se concentra exclusivamente en la capital, sino que son muchos los lugares que se pueden visitar. Entre ellos, está el Castillo de Karlštejn, del que os hablaremos de forma pormenorizada.

Desde Praga existe la posibilidad de hacer excursiones de un día para visitar castillos rodeados de bosques y montañas, como el de Křivoklát; en emplazamientos idílicos junto al río Elba, como es el caso del castillo de Podĕbrady; o el que  nos ocupa, situado en el pueblo homónimo y a tan solo 30 kilómetros de Praga. ¿Quieres saber por qué merece la pena esta escapada?

Karlštejn, uno de los principales castillos de República Checa   

Antes de visitar este edificio es interesante conocer algunos de los detalles de su origen. Para ello, hay que remontarse hasta el año 1348, cuando el rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos IV mandó construir el castillo para convertirlo en residencia privada y guardar el tesoro real.

No se sabe a ciencia cierta quien fue el arquitecto, aunque se sospecha que pudo ser Matías de Arrás, el primer arquitecto de la Catedral de San Vito que habría muerto antes de ver terminado el castillo.

 

 

Tras concluir las obras en 1365, se celebró una ceremonia para consagrar la capilla de la Santa Cruz situada en la Gran Torre. Este lugar era el de mayor importancia de todo el complejo, donde se custodiaban las joyas de la corona y los valiosos relicarios de Carlos IV. Las leyendas cuentan que el emperador tenía tanto respeto por este espacio que solía acceder descalzo. Los tesoros se acabaron llevando a Praga durante el transcurso de la Guerra de los Treinta Años.

El precioso entorno del Castillo Karlstejn
El precioso entorno del Castillo Karlstejn

A lo largo de los años, el Castillo de Karlštejn sufrió diferentes remodelaciones. En 1480 se hizo una reconstrucción siguiendo los últimos coletazos del gótico; en el siglo XVI las reformas llevaron el sello renacentista; y, finalmente, el arquitecto Josef Mocker intentó devolver el espíritu primitivo a la obra en el siglo XIX con su restauración en estilo neogótico, dándole su aspecto actual.

El Castillo de Karlštejn se alza rodeado de árboles sobre una colina, una imponente fortaleza cuyos torreones y murallas te trasladarán al pasado gracias a su excelente estado de conservación.

Qué puedes ver en el Castillo de Karlštejn

La postal que se crea al ascender por el camino que llega hasta el castillo es digna de enmarcar. El camino entre las casitas de esta localidad regala bellas panorámicas del edificio y podrás fotografiarlo desde todos los ángulos que quieras.

Tras un paseo de una media hora llegarás a las puertas de la fortaleza. Solo se permiten visitas guiadas (en inglés, checo o alemán) y se puede elegir entre tres opciones según lo que te interese ver:

Muralla interior del Castillo de Karlstejn
Muralla interior del Castillo de Karlstejn
  • Tour básico. Incluye los interiores históricos de la primera y la segunda planta del palacio imperial, los salones privados del emperador. En este trayecto también podrás conocer la primera planta de la torre Mariana, que conserva mobiliario original datado entre los siglos XIV y XIX. Igualmente, se recorre la capilla de San Nicolás, el salón de banquetes, los dormitorios, la capilla de San Wenceslao y la cárcel. Además entrarás en el tesoro del Castillo donde se conserva una copia de la corona de San Wenceslao, la cual han llevado todos los reyes de Bohemia. Esta visita dura aproximadamente 55 minutos.
  • Tour exclusivo. Seguramente este sea el recorrido más impresionante de todos, pues conocerás el ala oriental del Castillo de Karlštejn y la segunda planta de la torre Mariana, con la iglesia de la Virgen María y la capilla de Santa Catalina. En el ala oriental tendrás la oportunidad de subir a la Gran Torre por una escalera decorada con los murales medievales originales. En este lugar es donde se halla la famosa capilla de la Santa Cruz, en la segunda planta de la torre. Este es el auténtico corazón del castillo, un hermoso espacio plagado de luz y decoración. Asimismo, se permite acceder hasta lo alto de la Gran Torre, donde gozarás de unas impresionantes panorámicas. La visita se prolonga unos 100 minutos.
  • Vistas de la Gran Torre. En este tour solo se incluye la subida a la Gran Torre, pero sin pasar por la capilla de la Santa Cruz. Podrás contemplar los mosaicos medievales de las escaleras y la armería hasta llegar arriba para disfrutar de las vistas. Este trayecto es el más corto, unos 40 minutos.
El Castillo de Karlstejn en toda su esencia
El Castillo de Karlstejn en toda su esencia

Tras conocer a fondo el castillo puedes aprovechar para pasear por el turístico pueblo de Karlštejn, atravesado por el río Berounka, un afluente del Moldava. El centro histórico está lleno de tiendas de recuerdos y restaurantes típicos, como el caso de U Adama. Aquí podrás reponer fuerzas y probar la gastronomía local mientras contemplas el castillo, ¿no es un plan perfecto para un día redondo?