Desde luego, encontrar un sitio donde comer en Praga resulta bastante fácil y satisfactorio. A cada paso que se da por esta fantástica ciudad asaltan todo tipo de propuestas. Tanto de comida típica checa como de todo tipo de cocinas internacionales.
Es lógico, si tenemos en cuenta que esta es, sin duda, una de las capitales más diversas de Europa, recorrida a diario por miles de personas procedentes de los lugares más remotos del planeta. Y esto favorece una buena competencia entre los restauradores praguenses.
También, aunque resulte curioso, en la diversidad de propuestas para comer en Praga juega un papel importante la afición a la cerveza de los checos. Una buena jarra de esta bebida no se disfruta igual si no se acompaña de un generoso plato de comida.
Tampoco hay que pasar por alto el amor de los praguenses por los cafés históricos. Muchos de ellos mantienen el ambiente intelectual de finales del siglo XIX y principios del XX que tanta fama dio a la ciudad.
Por ejemplo, el de la Casa Municipal, muy próximo a la Plaza de Wenceslao y que preserva intacta su brillante decoración modernista. O el Café Imperial (Na Poříčí 1072/15), de un ecléctico estilo Art Déco, y cuyas tartas y pasteles se consideran entre las mejores de Praga.
Dónde y qué comer en Praga
Sin duda, uno de los lugares más populares donde comer en Praga es en la calle. Eso, a pesar de los rigores del clima. Pero lo cierto es que por las principales calles, avenidas y plazas de la capital checa es habitual encontrar puestos, kioscos y algún que otro food truck.
En ellos se venden, fundamentalmente, salchichas acompañadas de salsas (clara influencia germánica). Junto a ellos también hay puestos especializados en patatas fritas que, por cierto, aquí las preparan de una forma deliciosa.
Muy sorprendentes son los puestos en los que se vende carne asada, por lo general de cerdo, regada con abundante salsa y acompañada de queso y verduras cocidas. Aunque esta opción no resulta muy cómoda, sobre todo para comer de pie, lo cierto es que es un plato suculento y muy nutritivo.
No hay que olvidar los puestos de trdelník, canutillos con rellenos dulces que, en los últimos años, han tomado un gran protagonismo en las calles praguenses. Suponen un buen tentempié entre visita y visita a cualquiera de los lugares de interés de la ciudad. Y, además, están deliciosos.
Pero la fórmula de más éxito para comer en Praga es la de las cervecerías. Al modo de las tabernas, de los pubs irlandeses o de los bares y tascas españoles, tomar una cerveza en alguno de estos locales es una excusa perfecta para las relaciones sociales, al tiempo que se llena el estómago. Con productos de calidad, se entiende.
Hay cientos de cervecerías repartidas por cada uno de los barrios de la ciudad, algunas con tanta historia como U Fleků (Křemencova, 11), que lleva en funcionamiento, de forma ininterrumpida, desde el siglo XV.
Y, por supuesto, para comer en Praga está la opción de disfrutar de sus muchos restaurantes. Alguno de ellos reconocidos por las mejores guías gastronómicas internacionales.
Restaurantes de Praga para degustar comida checa
Resulta difícil hacer una selección de restaurantes de calidad en los que comer en Praga. Porque la realidad es que, alentados por la llegada del turismo, en las últimas décadas han prosperado muy buenos cocineros y restauradores en la capital checa.
Algunos de los mejores restaurantes de Praga
- Alcron (Štěpánská, 623): solo para 24 comensales, observados desde las paredes por enormes reproducciones de escenas neoyorquinas pintadas por Tamara Lempicka. Es, sin duda, una de las mejores experiencias gastronómicas de Praga, reconocida por la célebre Guía Michelin con una estrella.
- Field (U Milosrdných, 12): la nueva cocina checa, sorprendente y siempre suculenta, tiene en este local uno de sus principales templos. También llama la atención la decoración, con varios aperos agrícolas que cuelgan de las paredes como contrapunto de detalles tan modernos como su juego de luces.
- La Degustation Bohême Bourgeoise (Haštalská, 18): alta cocina tradicional checa y producto de temporada en un local donde impera el minimalismo y lo natural. Por ejemplo, en las magníficas mesas de madera vista. Todo, según el concepto culinario de Oldřich Sahajdák.
- Café Savoy (Vítězná, 124/5): clásico entre los clásicos de Praga. Aunque muchos vienen a disfrutar de sus desayunos y meriendas, en un típico ambiente de café modernista, lo cierto es que su carta de comida y cena es más que recomendable. Platos de la tradición checa y francesa, sabiamente ejecutados por František Skopec y su experimentado equipo de cocina.
Comer barato en Praga
Tal y como ya hemos escrito, la mejor forma de comer en Praga de una forma económica es hacerlo en la calle. Además, aquí lo barato no es sinónimo de baja calidad, sino todo lo contrario.
Pero si se quiere disfrutar de la comida de una forma más cómoda o a resguardo de posibles inclemencias climatológicas, hay algunas opciones buenas (y baratas):
- U Sádlů (Klimentská, 2): es uno de los restaurantes más populares de la Praga histórica. Está situado en un edificio medieval y es un buen lugar donde degustar tanto su propia cerveza (Budvar) como los vinos de Moravia, acompañados de las especialidades culinarias locales.
- U Hrocha (Thunovská,10/2): a esta taberna vienen a comer tanto turistas como los propios vecinos del barrio y hasta los funcionarios del cercano Castillo de Praga (vincular a URL correspondiente). Y lo hacen atraídos por el buen ambiente que reina en el local, por la calidad de la comida que sirven y, desde luego, por los buenos precios.
- Havelská Koruna (Havelská, 501/21): sorprende lo poco que cuesta comer en este local, sobre todo teniendo en cuenta que está a dos pasos de la Plaza Vieja de Praga (vincular a URL correspondiente). Eso sí, en horas punta (mediodía, sobre todo) la lista de espera es enorme. Muy frecuentado por los propios praguenses. Por algo será.
- Pivnice Štupartská (Štupartská, 745/9): en la Ciudad Vieja, este local lleva sirviendo comidas y cenas desde mediados del siglo XIX. Sobre todo especialidades locales, pero también de los países del entorno, como el goulash, que se sirve dentro de un pan redondo.