En Staré Město, la Ciudad Vieja, es donde se concentran las plazas y templos que conforman la parte medieval de Praga. A partir del siglo XI las construcciones se extendieron desde el castillo hacia la orilla derecha del Moldava, hasta convertirse en uno de los lugares más palpitantes de la urbe. Una de los templos más reconocibles de este barrio, y que más nos interesa en esta guía de Praga, es la iglesia de Tyn.
La Plaza de la Ciudad Vieja
Aprovecha tu visita a Praga para callejear por Staré Město hasta llegar a la Plaza de la Ciudad Vieja, auténtico centro neurálgico de la zona y donde se hayan algunos de los mayores atractivos de la capital. Aquí se encuentra el Ayuntamiento, con su magnífica torre gótica que regala unas estupendas panorámicas. En su pared sur acoge el famoso Reloj Astronómico que cada hora en punto ofrece su espectáculo.
En el centro se sitúa el monumento a Jan Hus, líder protestante del siglo XIV condenado a la hoguera, y un símbolo de resistencia. Los templos también tienen su espacio, como la iglesia barroca de San Nicolás. Sin embargo, dominando el cielo de Praga se alzan las puntiagudas torres de la iglesia de Tyn, que le confiere un carácter único a la Plaza de la Ciudad Vieja.
Inicios de la iglesia de Nuestra Señora de Tyn
Una de las preguntas que puede venir a la cabeza al contemplar este bello monumento es de qué modo surge este edificio. El origen hay que buscarlo en el siglo XI, cuando se construyó en ese mismo emplazamiento una iglesia románica cuya popularidad llevó a tal punto que fue necesaria su ampliación hasta convertirse en la actual construcción gótica (se eliminaron los restos románicos). Para llegar a buen puerto se convocó a los arquitectos más sobresalientes de la época: Matías de Arrás, el primer arquitecto de la Catedral de San Vito, y Peter Parler, supervisor de las obras del Puente de Carlos.
La intención de la burguesía era levantar una iglesia que pudiera competir con la catedral, en la otra orilla del Moldava. A lo largo de su historia, este templo pasó de los husitas a los católicos, cambiando los símbolos y la decoración durante años.
Cómo entrar y qué ver en la iglesia de Tyn
La iglesia se sitúa justo delante del Patio de Tyn, por donde tenían que pasar los comerciantes para pagar los impuestos de las mercancías. Týn (con esta grafía checa) significa algo así como “encerrado”, exactamente como se encuentra este edificio en la plaza. La fachada no es visible al estar rodeada por varias casas y situarse dentro de este patio, el cual tendrás que cruzar para poder acceder a la iglesia.
Exteriormente, cuenta con cuatro portales góticos cuyos tímpanos están decorados con ricos relieves. Las joyas que más destacan son las dos torres prismáticas que rematan en punta y alcanzan los 80 metros de altura. Siguiendo la tradición gótica una es algo más baja que la otra para simbolizar a Eva y Adán, algo casi imperceptible para el ojo humano.
En el interior, la decoración barroca contrasta con la apariencia externa. Este cambio de estilo se debe a que un rayo causó un grave incendio, por lo que parte de la iglesia se restauró a finales del siglo XVII. Aquí tendrás la oportunidad de contemplar más de un tesoro.
Curiosidades sobre la iglesia de Tyn
Son muchos los detalles a los que prestar atención en esta magna obra entre el Gótico y el Barroco en Praga. No te pierdas nada de este edificio que encierra un auténtico museo:
- El interior de las diferentes capillas y los altares están decorados con obras de reputados artistas checos. Llaman especialmente la atención las pinturas del altar Mayor, realizadas por el autor barroco Karel Škréta y centradas en la Asunción de la Virgen.
- Prácticamente todo el mobiliario es original del período barroco. No dejes de admirar el magnífico órgano que data de 1670 y es el más antiguo de la ciudad.
- El baldaquino tallado en piedra se realizó como monumento funerario para un arzobispo husita y es una de las piezas de mayor atractivo de la iglesia de Tyn. Pertenece al taller del famoso escultor gótico Matěj Rejsek y merece la pena detenerse en sus cuatro columnas con pináculos, así como en la compleja ornamentación con elementos florales y figuras zoomorfas.
- Un detalle peculiar son las numerosas tumbas de personajes ilustres que podrás encontrar. Cabe destacar entre todas ellas la del eminente astrónomo danés Tycho Brahe, incansable observador del cielo que murió en Praga en el año 1601. Se hizo una gran ceremonia en la iglesia de Tyn para darle sepultura, donde hoy puedes presentar tus respetos si te acercas al sur de la nave principal.
- La pila bautismal, fechada en 1414, es uno de los pocos elementos medievales que se conservan. Es la más longeva que se conserva en toda Praga.
- En la época nazi, una de las campanas de la torre norte se fundió para fabricar munición. No fue hasta el año 1992 cuando se restauró. Hoy en día, el tañido vuelve a sonar completo.
- No olvides pasear por la plaza de noche para deleitarte con la perfecta iluminación pensada para este templo, brillando sobre el cielo nocturno de la ciudad.
La historia de la iglesia de Tyn camina junto a la de Praga, dándose la mano y dejando una huella imborrable en este edificio que resulta de obligada visita para profundizar en el pasado de la urbe, además de para maravillarte con su arquitectura.